El feroz ¡®noir¡¯ chino
Las peleas sucias y secas del cine de Diao Yinan, ¨¢speras y sin la espectacularidad habitual, donde la rudeza de la acci¨®n se hace a¨²n m¨¢s real, vuelven en su nuevo trabajo
La China contempor¨¢nea tiene quien la filme. Y de qu¨¦ modo.
EL LAGO DEL GANSO SALVAJE
Direcci¨®n: Diao Yinan.
Int¨¦rpretes: Hu Ge, Kwei Lun-Mei, Liao Fan, Regina Wan.
G¨¦nero: thriller. China, 2019.
Duraci¨®n: 117 minutos.
Cada uno de ellos con el drama por bandera, aunque todos sumergi¨¦ndose en el thriller social en alguna de sus pel¨ªculas, Jia Zhang-ke, Wang Bing, Wang Xiaoshuai, Feng Xiaogang y Diao Yinan, entre otros, se han adentrado en los bajos fondos y las contradicciones pol¨ªticas y sociales de un pa¨ªs en la encrucijada en interesant¨ªsimas obras recientes como La ceniza es el blanco m¨¢s puro, Bitter money, Hasta siempre, hijo m¨ªo, Yo no soy Madame Bovary y Black coal. Un panorama entre la decrepitud y el hast¨ªo, de desoladoras im¨¢genes filmadas con belleza y elegancia, en el que reincide el ¨²ltimo de ellos con El lago del ganso salvaje, cinco a?os despu¨¦s de su triunfo en el Festival de Berl¨ªn con Black coal.
Las peleas sucias y secas del cine de Diao Yinan, ¨¢speras y sin la espectacularidad habitual de la mayor¨ªa de los montajes del cine de hoy, con planos alargados en el tiempo donde la rudeza de la acci¨®n se hace a¨²n m¨¢s real, vuelven en su nuevo trabajo, en el que las bandas mafiosas, a la manera de los cl¨¢sicos del cine americano, se reparten calles y zonas de Hangzhou, ciudad de nueve millones de habitantes, aunque no tanto para vender drogas, que tambi¨¦n, sino sobre todo para mangar motocicletas, especialidad para la que incluso dan cursillos pr¨¢cticos a los novatos en los clanes.
De estructura un tanto endiablada, El lago del ganso salvaje narra en el hilo conductor (en el presente) de su primera hora de metraje el encuentro nocturno entre una prostituta y un g¨¢nster que ha matado a un polic¨ªa por error. La lluvia constante y los continuos flashbacks explicativos de lo ocurrido hasta ese momento hacen pensar inevitablemente en Rashomon, a pesar de que no sean distintos puntos de vista sobre el mismo asunto sino diversificaciones de las tramas. Sin embargo, llegado el n¨²cleo central, la narraci¨®n deja el pasado para ir avanzando en la pesadilla nocturna de huida del hombre y la mujer, mientras el director traza un panorama yermo de una ciudad que se antoja horrenda y a la vez fascinante.
El cine atmosf¨¦rico de Diao, la nieve en Black coal, la lluvia y la niebla en ¨¦sta, se complementa esta vez con los neones y las luces de la noche, de colores contrastados muy al estilo oriental, y explosiona en la maravillosa secuencia de la feria, de baile godardiano con zapatillas de fosforescencia en las suelas, y el Rasputin de Boney M. de fondo. Un instante de tensa tranquilidad en una obra de cine negro donde el retrato social del pa¨ªs se antoja feroz, deslumbrante, m¨ªsero y casi rom¨¢ntico.
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