Terrorismo: da?os colaterales
Tres grandes int¨¦rpretes (Eva Rufo, Mar¨ªa Morales y ?ngel Ruiz) para 'Atentado', un misterioso 'thriller' pol¨ªtico
Me gusta el lac¨®nico t¨ªtulo de Atentado porque me suena a guion de Pinter, pero, puesto a ser pu?etero, quiz¨¢s ser¨ªa m¨¢s sugestivo Da?os colaterales, porque ese eufemismo siniestro brota una y otra vez a lo largo de la obra. Tambi¨¦n corr¨ª a anotar la enigm¨¢tica acotaci¨®n de los autores, F¨¦lix Estaire y Xus de la Cruz: Tiempo: el que pasa entre la muerte de uno y la del otro. Hay muertes, pues. O ¡°da?os colaterales¡±, si prefieren.
La acci¨®n transcurre en un museo europeo, lujoso y elegante, con cuadros de Rubens y Delacroix. Escenograf¨ªa refinada de Alessio Meloni, que parece hacer crecer el reducido espacio de la sala Margarita Xirgu (Teatro Espa?ol), con dos espacios enfrentados, iluminaci¨®n de Lola Barroso y vestuario id¨®neo para cada personaje a cargo de Vanessa Actif. Y ya puestos, algunos pasajes de Atentado me hicieron pensar en la clave misteriosa y casi secreta de un relato de Don DeLillo. La acci¨®n comienza con un salto en el tiempo. Natalie presenta el acto de homenaje a los muertos, asesinados un a?o atr¨¢s. Van a ver ustedes a tres estupendos int¨¦rpretes, soberbiamente dirigidos por el propio autor y la directora Xus de la Cruz, que han dedicado tres temporadas a reescribir su thriller pol¨ªtico.
Eva Rufo (Natalie) puede pasar de dama ¨¢urea en el Cl¨¢sico (cuando estaba en el Pav¨®n) a muchacha de la Barcelona de los a?os sesenta en La geometr¨ªa del trigo, de Alberto Conejero. A los pocos minutos de Atentado, descubrimos que Natalie, responsable de informativos, trabaja a las ¨®rdenes de Helen, que es Mar¨ªa Morales.
Lamento no haber visto unos cuantos de sus trabajos, pero no olvido su rol en Ensayo de Pascal Rambert. Escrib¨ª: ¡°Mar¨ªa Morales es una mujer que parece un felino feroz, descalza como si llevara zapatos de lujo, y que dice ¡°polla¡± con la elegancia de una duquesa de Guermantes¡±. Por cierto: Helen es directora de comunicaci¨®n de un ministerio, y ese d¨ªa infausto estaba en el museo, dice, ¡°por casualidad¡±. ¡°No hay casualidades¡±, dir¨ªa Marc, un profesor que malvive instalando c¨¢maras de vigilancia. Marc es ?ngel Ruiz. Pensar en ¨¦l es sentir la fragilidad de Lorca en El Ministerio del Tiempo o el gracejo de Miguel de Molina, sus dos grandes papeles. Ahora llega el tercero, que nos sorprende con la voz, la mirada, los gestos, la dureza del profesor: un personaje tenso, amargo, dif¨ªcil de cernir. A priori, muy poco en su presunta l¨ªnea, lo que demuestra que los grandes int¨¦rpretes no tienen l¨ªnea sino caleidoscopio.
Las escenas del cuarto de limpieza son para m¨ª las m¨¢s poderosas de la funci¨®n. Helen y Marc est¨¢n vivos de milagro. Marc insta a su desconfiada compa?era a no salir de la habitaci¨®n: los terroristas pueden estar al acecho. Marc y Helen se retan, se interrogan, tratan de arrancar la verdad del otro. O lo m¨¢s dif¨ªcil: su m¨¢scara. No le pongo ni una sola pega a la actuaci¨®n de Atentado, pero s¨ª a los giros de algunos de sus textos. La reinterpretaci¨®n del cuadro de Judith y Holofernes, por ejemplo, que abre la historia y est¨¢ bordada por Eva Rufo: un texto al borde de lo reiterativo, pero sabiamente medido.
A mitad de la obra, me cuesta un poco seguir algunas conversaciones. Cuanto m¨¢s coloquiales, m¨¢s claras y comprensibles me resultan; cuanto m¨¢s cerca de lo ret¨®rico, m¨¢s peligrosamente rozan el f¨¢rrago. Por suerte, en el balance ganan los textos profundos pero sencillos. Marc tiene mon¨®logos reflexivos (o sin respuesta) que te dejan un poco fr¨ªo, aunque lo que le dice a un interlocutor que no aparece en escena me puso los pelos de punta: quiz¨¢s sea el pasaje m¨¢s tremendo e intenso de toda la velada y prefiero no revelar nada. Cuesta, en cambio, creerse algunas de las ¡°instrucciones¡± de Helen, que parece una jefaza de peli de espionaje de serie B. E insisto en que no me parece un problema actoral sino autoral. Aqu¨ª va un fragmento en el que Helen trata de explicar a Natalie el siempre fatigoso asunto de los ¡°da?os colaterales¡± y las manipulaciones que requieren: ¡°Perm¨ªteme que te recuerde que no quiero que mientas, sino que conjugues la verdad de manera que la conclusi¨®n a la que llegue la gente sea la que te pido y no otra. No te contactamos para mentir, ?est¨¢ claro? No quiero que entiendas que te estamos pidiendo que lo hagas¡±.
Ahora me toca a m¨ª soltar una obviedad paralela. Como suele suceder, cuando en una obra hay tres protagonistas, se tiende a mostrar tres razones posibles¡ o tres controversias. Digamos que uno de ellos quiz¨¢s sea quien tenga la raz¨®n m¨¢s pura, m¨¢s comprensible. Tambi¨¦n acostumbra a ser el personaje m¨¢s valiente. Tengo ganas de ver m¨¢s obras de Estaire y De la Cruz.
Atentado. Texto: F¨¦lix Estaire. Direcci¨®n: Xus de la Cruz y F¨¦lix Estaire. Teatro Espa?ol. Madrid. Hasta el 16 de febrero.
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