Vida min¨²scula
En ¡®Suavemente ribera¡¯ hay algo de exorcismo por un espacio con denominaci¨®n de origen que ha perdido el pulso contra el terreno urbanizable
Suavemente ribera, Premio Generaci¨®n del 27, se inscribe en una senda que han recorrido autores como Vicente Gallego, Basilio S¨¢nchez o el a?orado Antonio Cabrera. La aleaci¨®n entre observaci¨®n e introspecci¨®n se proyecta aqu¨ª sobre un mundo perecedero que a¨²n parece regirse por los ciclos estacionales, la partitura del silencio y la cadencia de la lentitud (de ah¨ª esa filiaci¨®n con la slow poetry, seg¨²n la bautiza Aurora Luque en la contracubierta del libro). En estos versos dialogan el espect¨¢culo de la naturaleza y la sabidur¨ªa proverbial del haiku, que se formula a modo de pincelada acuarel¨ªstica o plegaria pante¨ªsta: ¡°aire de oto?o, / desmoronada pe?a, / ¨¢rbol de orilla: / suavemente ribera / mientras el tiempo pasa¡±.
Con todo, las im¨¢genes evanescentes se ponen al servicio de una fabulaci¨®n sobre la transitoriedad en la que convergen la mitolog¨ªa cl¨¢sica ¡ªel regreso de Ulises a ?taca se erige en motivo recurrente¡ª y las devociones particulares, las ciudades en fuga y los pueblos deshabitados que actualizan la escenograf¨ªa de las ruinas. Dentro de ese nomadismo geogr¨¢fico y existencial, quiz¨¢ el apartado m¨¢s llamativo sea aquel en el que escuchamos las voces lapidarias de quienes interpelan al caminante desde la ultratumba para ofrecerle una confesi¨®n biogr¨¢fica o un aviso moral, en una suerte de Spoon River leon¨¦s. Si en su c¨¦lebre Antolog¨ªa de Spoon River, Lee Masters reconstru¨ªa la identidad colectiva de una hipot¨¦tica localidad del medio oeste norteamericano a partir de los testimonios espectrales de sus antiguos moradores, tambi¨¦n en Suavemente ribera hay algo de exorcismo por un espacio con denominaci¨®n de origen que ha perdido el pulso contra el terreno urbanizable.
Frente a la apoteosis de la materia inorg¨¢nica, reivindica los huertos inconclusos, la vida min¨²scula de los insectos, el vuelo de las palomas (¡°calderilla del aire¡±) y hasta los jardines municipales que suponen un injerto del campo en la jungla de asfalto. A pesar de que esta escritura est¨¢ trenzada con los t¨®picos eternos, el poeta logra sortear la sombra del d¨¦j¨¤ lu gracias a un ejercicio de activismo contemplativo que nos recuerda que somos una nota a pie de p¨¢gina en el libro de la naturaleza.
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Autor: Antonio Manilla.
Editorial: Visor, 2019.
Formato:?Tapa blanda (99 p¨¢ginas).
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