?Y si ¡®Par¨¢sitos¡¯ no te convence?
Sorprende la unanimidad en los premios y cabe plantearse cu¨¢nto hay de hambre por abrir la puerta a otras culturas
Todos conocemos bien la historia: mientras sal¨ªamos de las oscuras mazmorras, figuras como Pedro Almod¨®var contribuyeron a que Espa?a fuera m¨¢s famosa y m¨¢s divertida para el resto del mundo. Y de vuelta, para nosotros mismos. Sus pel¨ªculas en general y su ¨®scar por Todo sobre mi madre convirtieron a la madre espa?ola en materia art¨ªstica y no rancia y sacaron brillo a nuestras cutreces como solo el buen cine sabe hacer: sin que te des cuenta. Brill¨® Espa?a, Hollywood lo vio, lo reconoci¨® y empezamos a caernos mejor.
Veinte a?os despu¨¦s, Hollywood ha relegado la inmensa potencia est¨¦tica de Dolor y gloria, la creatividad tarantiniana de ?rase una vez¡ Hollywood, el interesante plano secuencia de 1917 y otras propuestas m¨¢s o menos cuestionables para poner el foco en una realidad lejana que acaso alumbre una nueva etapa en el acercamiento global a Corea del Sur.
Par¨¢sitos no narra precisamente nada nuevo ¨Cde la inmutabilidad de ricos y pobres supimos por los siglos de los siglos gracias a Dickens, Victor Hugo, Bu?uel o Los santos inocentes, por citar r¨¢pidamente- ni aporta una especial originalidad en un trazado que combina violencia, humor negro y suspense a partes iguales y que genera esa irresistible tensi¨®n del espectador cuando sabe m¨¢s que los personajes, como describ¨ªa Hitchcock. Es cierto que engancha, entretiene y hasta divierte, pero sorprende esa unanimidad en Cannes, los Bafta y Hollywood. Y, desde la curiosidad, cabe plantearse cu¨¢nto hay de hambre por abrir la puerta a otras culturas. ?Es tal vez el turno de Corea?
M¨¢s all¨¢ de la desigualdad que narra, existe un universo cultural que ha ido acerc¨¢ndose a nosotros en los ¨²ltimos a?os por muchas v¨ªas. El profesor universitario Yeongjo Hwangbo citaba en Babelia el v¨ªdeo de PSY Gangnam Style, el primero con m¨¢s de mil millones de reproducciones en YouTube, como s¨ªntoma de un ¨¦xito repentino de la m¨²sica y la cultura de su pa¨ªs.
En el ¨¢mbito literario hay tres novelas recientes que acercan a esa atm¨®sfera hipn¨®tica que tambi¨¦n transmite Par¨¢sitos, con trazos surrealistas conviviendo con una realidad de distancias f¨ªsicas y sociales, de lucha por lo obvio y de la dificultad de sobrevivir dignamente en medio de un capitalismo que, aunque exitoso, no ha tra¨ªdo certezas para todos. Son La vegetariana, de Han Kang, un librito brillante publicado por Rata que narra la extra?a desmaterializaci¨®n de quien no acepta la vida que le han marcado. Novela de nota 10. La segunda es Kim Ji-young, nacida en 1982, una historia que ha cautivado a millones de lectores en Asia hasta llegar a nuestras librer¨ªas. Su autora, Cho Nam-joo, retrata en ella una vida normal (como la suya) para un p¨²blico que tal vez no ha podido leer tantas. Su aparente simplicidad merece una lectura. La tercera es de un Nobel, J.M.G Le Cl¨¦zio, que nos regala en Bitna bajo el cielo de Se¨²l (Lumen) un cierto aire dist¨®pico a partir de la protagonista surcoreana de 18 a?os que inventa historias para una mujer enferma. Tierna y dura a la vez.
En este sentido, lo importante no es que Par¨¢sitos nos convenza de que merezca tantos premios (no tiene por qu¨¦), sino que nos obligue a abrir la ventana y dejar de mirarnos al ombligo. Son tres novelas ¨Clas tres sobre sendas j¨®venes surcoreanas- que, si nos est¨¢n atrapando como lo ha hecho Par¨¢sitos, es tal vez porque estamos aprendiendo a salir del pueblo.
Babelia
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