La sombra del policiaco

En los ¨²ltimos a?os uno de los productos gen¨¦ricos m¨¢s devaluados de la cartelera cinematogr¨¢fica espa?ola, al menos en cantidad, es el del tradicional policiaco estadounidense. Ya sea porque se hacen menos, porque las series de televisi¨®n se han convertido en su habit¨¢culo m¨¢s adecuado o simplemente porque las distribuidoras espa?olas est¨¢n mucho m¨¢s pendientes de las grandes superproducciones y de los peque?os productos independientes que de traer estos t¨ªtulos de clase media, donde antes se estrenaban no menos de una decena de ejemplares al a?o, ahora casi resulta una rareza una pel¨ªcula como Manhattan sin salida, convencional, un tanto anodino y relativamente entretenido thriller de atracos y fuerzas de la ley, dirigido por Brian Kirk.

Con guion de Adam Mervis y Matthew Michael Carnahan, este muy acostumbrado a los entresijos de la autoridad y de la corrupci¨®n en notables pel¨ªculas como Leones por corderos, escrita en solitario, La sombra del poder y la reciente Aguas oscuras, ambas con libreto en compa?¨ªa, Manhattan sin salida intenta entroncar con el acervo de los mejores practicantes de la tragedia social americana del crimen y las corruptelas, la que va de Sidney Lumet a James Gray. De hecho, apunta asuntos de ambos: la obsesi¨®n por la ausencia del padre y su marca indeleble en el caso del autor de La noche es nuestra; y la carga social, la purga de los pecados, la inevitabilidad del castigo y la rebeld¨ªa en el fango del creador de Serpico y El pr¨ªncipe de la ciudad. Pero no le alcanza en absoluto porque una cosa es apuntar y otra lograr.

La direcci¨®n de Kirk, veterano realizador de televisi¨®n con cr¨¦ditos en cap¨ªtulos de Luther, Juego de tronos, Dexter y Penny Dreadful, resulta competente pero apenas aporta detalles de estilo, salvo una buena persecuci¨®n a pie por las calles nocturnas de Manhattan. Y recoge de aqu¨ª y all¨¢, homenaje incluido a la m¨ªtica secuencia del metro protagonizada por Fernando Rey en French connection, sin lograr escapar de una previsibilidad que, entre drogas, blanqueadores de dinero y polic¨ªas a los que no les llega con el sueldo, nunca deja huella.