?lvaro Domecq vende Los Alburejos, ?un drama para la fiesta de los toros?
Desaparece un santuario de la cultura taurina, pero contin¨²a el hierro de Torrestrella
Hace unos d¨ªas, se conoci¨® la noticia de que la finca Los Alburejos, situada en el municipio gaditano de Medina Sidonia y calificada con raz¨®n como ¡®un monumento a la cultura de la lidia¡¯, donde pastan los afamados toros de Torrestrella, hab¨ªa sido vendida a un comprador extranjero.
Y el mundo del toro qued¨® conmocionado al considerar, primero, que esta venta era la consecuencia del momento amargo que atraviesa el hierro que creara ?lvaro Domecq y D¨ªez por el veto que le han declarado las figuras, y la antesala, adem¨¢s, de la desaparici¨®n de la famosa divisa ganadera, que tantas tardes de ¨¦xito ha cosechado en su larga historia.
Pero no parece que sea as¨ª. Se pierde para la fiesta, eso s¨ª, un gran cortijo andaluz, santuario taurino, santo y se?a del toreo desde principios de los a?os 50; se pierde un centro tur¨ªstico calificado de ¡®cinco estrellas gran lujo¡¯ por las agencias del sector. Pero no es posible afirmar que la venta est¨¦ esencialmente relacionada con la situaci¨®n de los toros.
?lvaro Domecq Romero, (Jerez de la Frontera, 1940), due?o de la finca junto a su hermana Fabiola, ha accedido a hablar con este peri¨®dico, pero no aclara el meollo del asunto. Es un hombre parco en palabras y muy discreto en sus declaraciones, y de sus impresiones no se deduce que la conmoci¨®n taurina que ha producido la venta est¨¦ justificada.
¡°Cuando surge una oportunidad no hay m¨¢s remedio que aceptarla¡±, afirma el ganadero
El ganadero muestra su disgusto por no estar anunciado en la Feria de Abril de Sevilla. ¡°Las figuras solo quieren torear cuatro ganader¨ªas que se repiten en los carteles¡±, se queja, ¡°y as¨ª no hay sitio para las dem¨¢s¡±.
Pero cuando se le pregunta por los motivos de la transacci¨®n, responde:
¡°Los Alburejos es una finca muy bonita, de mucho lujo, pero mi familia es muy amplia (se refiere a la numerosa prole de su hermana) y tienen que seguir andando¡¡±
Reconoce que ha bajado la demanda de grupos de visitantes, y a?ade sin aparente convencimiento que ¡°la finca era rentable, pero han venido a?os muy malos, y cuando surge una oportunidad no hay m¨¢s remedio que aceptarla¡±.
Esa ocasi¨®n la ha colocado en bandeja ese desconocido comprador que tomar¨¢ posesi¨®n de la nueva propiedad en el mes de julio, y que, seg¨²n se ha publicado, habr¨ªa pagado 20 millones de euros.
¡°No le puedo concretar la cantidad porque no la s¨¦, pero me parece que no es la real¡±, afirma ?lvaro Domecq. ¡°S¨ª, se ha estimado un precio, aunque las cosas no est¨¢n ahora muy altas¡±, a?ade, ¡°aunque nos da para que los ni?os puedan estudiar y ayudar a la familia¡±.
Sea como fuere, la finca que compr¨® su padre, el m¨ªtico ?lvaro Domecq y D¨ªez, en los a?os 50 ha sido un referente taurino de primer¨ªsimo orden. All¨ª se cre¨® un encaste, han convivido el toro y el caballo, fue un laboratorio para las modernas t¨¦cnicas de crianza de los animales bravos, una escuela de rejoneo y doma vaquera, y hasta un plat¨® de cine, pues en ella se rod¨® un episodio de la pel¨ªcula ¡°Yo he visto la muerte¡±, dirigida por Jos¨¦ Mar¨ªa Forqu¨¦.
¡°Seguir¨¦ mi l¨ªnea actual aunque no guste a las figuras¡±
Adem¨¢s, hace m¨¢s de 30 a?os, y tras unas fuertes inversiones, Los Alburejos se present¨® como un foco tur¨ªstico taurino de referencia, que han visitado miles de personas, la mayor¨ªa extranjeras, atra¨ªdas por la belleza del campo andaluz y su arquitectura, la crianza del toro y el caballo¡, un lugar donde se han celebrado multitud de eventos empresariales y todo tipo de convenciones sociales.
El punto fuerte del programa es el espect¨¢culo titulado ¡®A campo abierto¡¯, -de hora y media de duraci¨®n, los mi¨¦rcoles y domingos, al precio de 21 euros los adultos y 11 los ni?os de cuatro a once a?os-, que muestra el desarrollo de las tareas ganaderas, las distintas fases de la vida del toro, la fauna y la flora de las 600 hect¨¢reas de la finca y una exhibici¨®n de doma del caballo en la plaza, a cargo de los alumnos de la escuela privada creada por Domecq Romero.
Los programas de incentivos se hacen a la medida de los clientes, y pueden incluir una tienta de vacas (la finca cuenta con dos plazas de toros, una de ellas cubierta), almuerzos, banda de m¨²sica, etc. La p¨¢gina web anuncia, incluso, una agencia de viajes con el mismo nombre que el hierro ganadero de la casa.
Y todo ello ha conocido largas ¨¦pocas de ¨¦xito bajo la direcci¨®n de un jerezano, Juan Panedas, antiguo funcionario de la Diputaci¨®n gaditana, un hombre entra?able, con un amplio conocimiento del medio y don de gente, que explicaba a los asistentes el mundo de la ganader¨ªa en tres idiomas: espa?ol, ingl¨¦s y alem¨¢n.
La iniciativa fue pionera en este pa¨ªs, y convirti¨® a Los Alburejos en un escenario muy atractivo para muchas empresas, la mitad de ellas alemanas, aficionados, turistas, curiosos y alumnos de colegios e institutos, procedentes en su mayor¨ªa de Francia y del norte de Espa?a.
Este modelo descubri¨® una nueva fuente de ingresos para las mermadas arcas del sector de la ganader¨ªa brava, y otros criadores de toros lo copiaron con desigual ¨¦xito; no todos contaban con las instalaciones, el sugestivo programa y con los medios humanos altamente cualificados de Los Alburejos.
Pero lleg¨® la crisis econ¨®mica, el auge del animalismo ha tratado de ¡®demonizar¡¯ todo lo relacionado con el mundo del toro y muchas empresas han decidido buscar otros divertimentos, y se jubil¨® Juan Panedas, que ha sido sustituido con singular empe?o por dos mujeres de la familia, hijas de Fabiola: Isabel y Reyes Domecq.
Simult¨¢neamente, apareci¨® otro elemento esencial en esta historia: diferencias familiares sobre la gesti¨®n del negocio; desacuerdos entre los sobrinos -los exrejoneadores Antonio y Luis y sus hermanos- y el t¨ªo, ?lvaro Domecq, entre una concepci¨®n moderna y otra m¨¢s tradicional.
Los tres ingredientes, la crisis econ¨®mica, los efectos de la corriente animalista y las divergencias entre los due?os, han sido el mejor caldo de cultivo para la venta.
Fuentes cercanas a Los Alburejos aseguran que la oferta de ese desconocido comprador extranjero ha llegado en el mejor momento. Y como ha dicho ?lvaro Domecq, ¡°cuando surge una oportunidad, no hay m¨¢s remedio que aceptarla¡±.
?Y los toros? Todos ellos est¨¢n en proceso de traslado a otra ¡°finquita¡±, en expresi¨®n del ganadero, El Carrascal, situada en el t¨¦rmino de Benalud Sidonia.
¡°Continuo con la ganader¨ªa¡± afirma ?lvaro Domecq. ¡°Me gusta mucho, es muy bonita; embisten muchos toros, estoy muy contento, y seguir¨¦ mientras pueda¡±.
¡°Me ha disgustado mucho, como es l¨®gico, no estar anunciado en Sevilla¡±, continua. ¡°La corrida de La Maestranza es la primera que reservo cada a?o¡±.
- Pero las figuras no quieren sus toros¡
- Cada uno torea lo que puede y lo que le viene bien. Yo seguir¨¦ mi l¨ªnea actual, aunque no guste a las figuras.
Torrestrella lidiar¨¢ en Madrid, -no acudir¨¢ a Bilbao ¡°porque los mejores ejemplares los he reservado para Las Ventas¡±-, en algunas plazas francesas y otras espa?olas a¨²n sin concretar. En total, seis o siete corridas esperan en el campo, todav¨ªa, esas s¨ª, en Los Alburejos.
La ganader¨ªa contin¨²a y Domecq no descarta (¡°a¨²n no lo hemos estudiado¡±) ofrecer un paquete tur¨ªstico similar en el nuevo emplazamiento.
?Es un drama para la fiesta de los toros la venta de Los Alburejos? Parece que no; m¨¢s bien, un alivio para la familia Domecq.
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