Arco, un supermercado del arte para los museos y comisarios
Las instituciones espa?olas e internacionales tambi¨¦n acuden a la feria con la misi¨®n de sumar nuevas obras a sus colecciones
Son visitantes discretos, pero determinantes en la econom¨ªa del arte. Los directores y conservadores de museos espa?oles e internacionales tambi¨¦n circulan estos d¨ªas por los pasillos de Arco. Se interesan por algunas obras, preguntan precios en los estands y anotan nombres en sus libretas. De esas listas surgen las obras que veremos, en el futuro, en las salas de los centros de arte. Por ejemplo, el Museo Reina Sof¨ªa cerr¨® ayer la compra de 12 piezas de artistas como Cabello/Carceller, Sara Ramo, Victoria Gil, Daniela Ortiz o Ana Buenaventura, adquiridas en la feria por un valor total de 206.000 euros.
Igual que el museo madrile?o, otras grandes instituciones del arte han acudido a la feria. El MoMA de Nueva York ha mandado a su conservadora de arte latinoamericano, la argentina In¨¦s Katzenstein. "Mi visita tiene una doble dimensi¨®n: participar en una discusi¨®n intelectual con otros comisarios y refrescar mi visi¨®n descubriendo artistas que no conoc¨ªa", se?ala. En el caso del museo neoyorquino, las compras nunca se producen de forma inmediata. "Apunto nombres en mi listado, pero es un proceso largo y muy consensuado. Nuestro comit¨¦ de adquisiciones solo se re¨²ne dos veces al a?o", dice Katzenstein.
Tras su paso por la feria, las propuestas de los comisarios pasan el filtro de esos comit¨¦s, que deciden qu¨¦ obras son imprescindibles para completar las lagunas que existen en sus colecciones. El presidente del Centro Pompidou de Par¨ªs, Serge Lasvignes, es otro habitual de la feria. "En Arco vemos obras que no abundan en otros lugares, sobre todo respecto a la escena latinoamericana, que no siempre conocemos como deber¨ªamos", afirma Lasvignes, pese a que en el primer d¨ªa de la feria su inter¨¦s se centr¨® en los artistas rumanos. La directora adjunta del museo parisiense, Catherine David, tambi¨¦n acude a la feria con la misi¨®n de sopesar posibles incorporaciones a su colecci¨®n. "No vengo con la intenci¨®n de comprar a toda costa, sino de ampliar nuestro conocimiento y descubrir obras que no est¨¢n en el top 50. Arco tiene esa dimensi¨®n. Es un modelo de feria diferente del de Art Basel y Frieze, que ha contribuido al desarrollo del arte contempor¨¢neo en Espa?a".
Por su parte, Cuauht¨¦moc Medina, conservador jefe del Museo Universitario de Arte Contempor¨¢neo de M¨¦xico, no comprar¨¢ nada en esta edici¨®n, pero s¨ª ha hecho una prospecci¨®n de nombres para futuras exposiciones. ¡°Por ejemplo, fue en esta feria donde descubr¨ª el trabajo de Lara Almarcegui, a quien luego invit¨¦ a participar en la Bienal de Liverpool", recuerda. Medina tambi¨¦n adquiri¨® distintas obras en Arco cuando era conservador de arte latinoamericano de la Tate Modern. La obra de Fernando Bryce que figura en su colecci¨®n, Archive Studies (2005), fue comprada tras ser descubierta en la feria madrile?a.
Por su parte, el director del Macba, Ferran Barenblit, lleva acudiendo a esta cita desde 1995. "No compramos directamente en Arco, pero s¨ª a partir de Arco. Para un museo, es imprescindible ir a las ferias para tomar la temperatura del mercado, aunque luego trabajemos con mucha serenidad. Nunca hacemos compras compulsivas", indica. Su antecesor en ese cargo, Bartomeu Mar¨ª, que hoy dirige el Museo de Arte de Lima, precisa que el intervalo que separa el descubrimiento de una obra en un estand de su compra "var¨ªa mucho, seg¨²n lo accesible o inaccesible que sea".
Seg¨²n los galeristas presentes en la feria, para las grandes compras hay que contar un m¨ªnimo de un a?o, salvo si la adquisici¨®n se ha apalabrado antes. "Es un proceso lento, porque los comit¨¦s de compra se re¨²nen de manera espaciada. Las ventas institucionales suponen un porcentaje menor que las colecciones privadas, pero nos reportan una gran visibilidad", se?ala Claudia Llanza, de la galer¨ªa Traves¨ªa Cuatro, que ha tramitado la venta de la obra de Sara Ramo al Reina Sof¨ªa. La galerista Elba Ben¨ªtez, que conversaba en la feria sobre una obra de Carlos Bunga con el director del Museo de Serralves de Oporto, Philippe Vergne, considera que este tipo de visitantes son clave para construir la carrera de sus artistas. "A veces, son m¨¢s importantes las recompensas a largo plazo, aunque no haya ventas inmediatas". Bunga expondr¨¢ este a?o en Toronto, Viena y Londres. En todos los casos, los comisarios de esas muestras descubrieron su trabajo en una feria.
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