La sencillez del discurso
Un filme que parece estar hecha para los saud¨ªes, y eso es muy bueno. Es all¨ª donde es esencial que su recado cale cuando se estrene en mayo
Arabia Saud¨ª, el pa¨ªs donde con gran pompa se celebra la Supercopa de Espa?a de f¨²tbol y donde la mujer, hasta agosto de 2019, deb¨ªa pedir permiso al marido o al padre para poder viajar; el pa¨ªs donde una mujer puede ser doctora en medicina y una parte de los pacientes masculinos prefiere ser tratada por enfermeros sin formaci¨®n; el pa¨ªs donde las f¨¦minas se pueden presentar a la alcald¨ªa de un pueblo o ciudad, y los m¨ªtines deben realizarse a trav¨¦s de videoconferencia porque est¨¢ prohibida su presencia en un auditorio de hombres. De buena parte de ello habla la hist¨®rica cineasta saud¨ª Haifaa Al Mansour en la sencilla y did¨¢ctica La candidata perfecta.
LA CANDIDATA PERFECTA
Direcci¨®n: Haifaa Al Mansour.
Int¨¦rpretes: Mila Al Zahrani, Nora Al Awadh, Dae Al Hilali, Shafi Alharthy.
G¨¦nero: drama. Arabia Saud¨ª, 2019.
Duraci¨®n: 101 minutos.
Al Mansour, graduada en Literatura en El Cairo, formada cinematogr¨¢ficamente en Australia, primera mujer en dirigir una pel¨ªcula en su pa¨ªs, La bicicleta verde (2012), y con producciones tanto en Arabia como en Europa, ha compuesto un relato que casi puede tener esencia de f¨¢bula, tanto por la claridad del mensaje como por la sobria elementalidad de su propuesta. Presentada en el pasado festival de Venecia, La candidata perfecta parece estar hecha para los saud¨ªes, y eso es muy bueno. Es all¨ª donde es esencial que su recado cale cuando se estrene el pr¨®ximo mes de mayo, sobre todo si se tienen en cuenta dos hechos, aparte de la situaci¨®n social: el cine estuvo prohibido desde la d¨¦cada de los ochenta hasta abril de 2018, cuando se abri¨® su primera sala en 35 a?os; y parece evidente que es un lugar en el que no hay una gran cultura cinematogr¨¢fica.
Quiz¨¢ por todo ello la directora, que ya hab¨ªa demostrado una expresiva belleza en las formas en Mary Shelley (2017), su obra m¨¢s ambiciosa en lo comercial y lo art¨ªstico, producida por Reino Unido y Estados Unidos, ha preferido esta vez una puesta en escena mucho m¨¢s convencional y un retrato de personajes que huye de la complejidad para acercarse de un modo mucho m¨¢s claro a los problemas de la mujer en su pa¨ªs. Como un modo de anclaje en las grandes peque?as cosas de la vida, en este caso, el asfaltado de una vereda por la que llegan las ambulancias al hospital donde trabaja su hero¨ªna como doctora, Al Mansour desbroza con llaneza el largo camino que a¨²n queda por recorrer en un pa¨ªs de sangrantes contradicciones.
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