La banda de rap que lo cambi¨® todo (y unas cuantas vidas)
Un ensayo autobiogr¨¢fico trenza la historia de A Tribe Called Quest, fundamental en la historia del 'hip hop', con la experiencia afroamericana en Estados Unidos
En los primeros compases de Excursions, tema que abre The Low End Theory (1991), segundo y extraordinario disco de A Tribe Called Quest (ATCQ), Q-Tip rima hip hop con bebop, sobre la l¨ªnea de bajo el¨¦ctrico de A Chant for Bu, de Art Blakey & The Jazz Messengers. Es cuando canta que, siendo adolescente ¡ª¡°antes de tener estatus, antes de tener un busca¡±¡ª, su padre le dec¨ªa que el rap le recordaba a Charlie Parker y compa?¨ªa. A lo que Tip responde: ¡°Bueno, pap¨¢, ?es que no sabes que las cosas son c¨ªclicas?¡±. La irrupci¨®n de ATCQ a principios de los noventa posibilit¨® exactamente eso: un di¨¢logo entre el rap, que entonces ten¨ªa la edad de un muchacho a punto de ir a la universidad, y sus ancestros. En el caso del poeta y periodista estadounidense Hanif Abdurraqib (Columbus, Ohio, 37 a?os) el entendimiento fue literal: el grupo neoyorquino tendi¨® un puente con su padre, aficionado al jazz. Un tipo capaz de presentarse con un disco de Eric Dolphy ante el profesor de m¨²sica, cuando este desaconseja al chaval la pr¨¢ctica de la trompeta porque sus labios son demasiado gruesos: si Dolphy pudo con esa bocaza, ?a qu¨¦ viene esa ¡°ofensa racista¡±?
La an¨¦cdota abre el ensayo Go Ahead in the Rain (Alpha Decay) con las cartas sobre la mesa: lo que espera al lector no es tanto una historia fidedigna de ATCQ como la biograf¨ªa de una pasi¨®n o, seg¨²n indica la faja de la edici¨®n espa?ola, ¡°una carta de amor a un grupo, a una cultura, a la m¨²sica¡±. Abdurraqib se sirve de esa no ficci¨®n del yo alentada por Internet para entrelazar hechos y comentarios musicales con el relato de los sue?os y frustraciones del paso a la edad adulta (versi¨®n adolescente negro en el Medio Oeste) y lo que significa crecer en compa?¨ªa de una banda.
La historia de ATCQ invita a esas cosas. El grupo se basaba en la relaci¨®n, demasiado arquet¨ªpica para ser verdad, de dos amigos de la infancia. En un rinc¨®n, Q-Tip, The Abstract, el l¨ªder carism¨¢tico, rimador intelectual y fino buscador de samplers en polvorientos discos, que hizo una labor de transmisor del jazz comparable a la de Bob Dylan con la m¨²sica vern¨¢cula americana. En la otra esquina, con su metro sesenta, Phife Dawg, el colega acomplejado, un rapero de registro agudo, disperso y brillante, m¨¢s interesado en los partidos de los Knicks que se celebraban cerca del estudio en el que grabaron su primer disco que en el resultado de aquellas sesiones. La suma de ambas personalidades fue la grandeza de ATCQ, que completaban el fiel dj Ali Shaheed Muhammad y el asesor espiritual, a falta de mejor definici¨®n, Jarobi White, que lo dej¨® pronto para perseguir su sue?o de ser chef.
ATCQ firm¨® una de las m¨¢s brillantes p¨¢ginas de la historia del hip hop gracias a la asombrosa sucesi¨®n de sus tres primeros ¨¢lbumes, tres obras maestras del rap alternativo publicadas en cuatro a?os. People¡¯s Instinctive Travels and the Paths Of Rhythm (1990) fue su afroc¨¦ntrica puesta de largo, e incluye su aportaci¨®n m¨¢s reconocible a la cultura pop, ese ¡°Can I kick it? / Yes you can¡±, sobre un sampler de Walk on the Wild Side, de Lou Reed. Abdurraquib recuerda que contribuy¨®, junto a los primeros discos de Jungle Brothers y De La Soul, a abrir nuevos caminos. Las tres bandas, con su indumentaria entre jipiosa y africanista, se asociaron en un colectivo llamado Native Tongues que cobij¨® tambi¨¦n a rimadoras como Queen Latifah o Monie Love. Mike D, de los Beastie Boys, defini¨® as¨ª la est¨¦tica: ¡°Hasta entonces, todo era alardear y faltarse al respeto. Ellos supieron hacer m¨²sica que se pod¨ªa bailar y era pol¨ªticamente diversa y concienciada¡±.
La cumbre para ATCQ lleg¨® con The Low End Theory (1991), tal vez el segundo disco menos temeroso de la historia, un denso tratado de m¨²sica negra y, por qu¨¦ no, uno de los mejores ¨¢lbumes de jazz de los noventa, en el que los pr¨¦stamos de oscuras canciones se van trenzando para crear algo nuevo, mientras Tip y Phife, cuyo talento explota, rapean desde el yin y el yang. El tercero, Midnight Marauders (1993), supuso el asentamiento de un estilo y la promesa de que nada pod¨ªa ir mal. Luce adem¨¢s una de las portadas m¨¢s recordadas del g¨¦nero, en la que ?71 m¨²sicos! de ambas costas se prestaron para ser retratados.
Aquello fue un espejismo: la imagen de la gran familia del hip hop bien avenida muri¨® tiroteada entre el verano de 1996 y el invierno de 1997 con los asesinatos conectados de dos rivales: Tupac Shakur y Notorious B. I. G. La primera de las dos muertes lleg¨® dos meses despu¨¦s de salir al mercado Beats, Rhymes and Life, cuarto ¨¢lbum de ATCQ. Abdurraqib escribe: ¡°El rap no ten¨ªa salida. [¡] pens¨¦ que ser¨ªa su ¨²ltimo disco y por eso me obligu¨¦ a que me gustara, pensando que nunca m¨¢s volver¨ªa a o¨ªr sus voces¡±. La buena noticia es que el hip hop supo dejar atr¨¢s aquella espiral de violencia. La mala: la salida condujo a una est¨¦tica basada en la fama y el dinero que dominar¨ªa las d¨¦cadas siguientes.
El inter¨¦s del libro crece cuando Abdurraqib se aparta de los lugares comunes (como la influencia del apag¨®n de Nueva York de 1977 en la eclosi¨®n del hip hop) y llama la atenci¨®n sobre coet¨¢neos de menor brillo, analiza galas de premios que hicieron historia o c¨®mo Atlanta le rob¨® la idea del rap moderno a Nueva York. Cuando comparte, en resumen, las vivencias de un fan con hermanos mayores que, nacido en 1983, lleg¨® demasiado tarde para disfrutar de lo que los libros llaman ¡°the golden age of hip hop¡± y sit¨²an entre, m¨¢s o menos, 1986 y 1994. Y que, sin embargo, siente nostalgia por el final de una ¨¦poca: es un declive, pero al menos es su declive. ¡°Echo de menos que las revistas impresas den grandes noticias¡±, escribe al hilo de una reflexi¨®n sobre el poder aglutinador de cierta prensa en las comunidades negras de EE UU. La gran noticia no fue tanto la salida del quinto disco de ATCQ, The Love Movement, desde?ado por la cr¨ªtica, como la disoluci¨®n de la banda, anunciada en la portada de septiembre de 1998 de The Source.
Tras ese episodio llega el debut en solitario de Phife (un fracaso comercial), el incendio que se llev¨® por delante los 20.000 discos de la colecci¨®n de Tip y los a?os de silencio. El tono nost¨¢lgico se desborda cuando Abdurraqib adopta el g¨¦nero epistolar para contar todo eso, y dirige sentidas cartas a los miembros de ATCQ. La banda se reunir¨ªa varias veces, brevemente; de una de ellas sali¨® un documental del actor Michael Rapaport (Beats Rhymes & Life: The Travels of a Tribe Called Quest) que, seg¨²n el escritor, ¡°habla principalmente de una amistad que ya no funciona¡±. Tambi¨¦n muestra la adicci¨®n al az¨²car de Phife, aquejado de una diabetes cong¨¦nita, enfermedad que se lo llev¨® por delante a los 45 a?os en 2016, poco antes de la salida del sexto disco de ATCQ, We Got It from Here... Thank You 4 Your Service, otra obra maestra, esta inesperada.
Escrito para una editorial universitaria (University of Texas Press), Go Ahead in the Rain llega al lector en castellano de la mano de Alpha Decay (y una traducci¨®n algo despistada en los t¨¦rminos musicales). Tal vez busquen a esa generaci¨®n que cay¨® brevemente bajo el influjo del rap en la televisi¨®n de principios de los noventa con videoclips tan geniales como Buddy, con la cofrad¨ªa Native Tongues en su plenitud. El corto verano del hip hop se extendi¨® m¨¢s o menos entre el estreno en Antena 3 de El pr¨ªncipe de Bel Air y los disturbios, emitidos en loop por los informativos, que siguieron a la brutal paliza de la polic¨ªa de Los ?ngeles a Rodney King. De pronto, esa m¨²sica pareci¨® s¨²bitamente peligrosa.
La publicaci¨®n de este ensayo imperfecto es una buena noticia para aquellos aficionados hartos del discurso poperonormativo del periodismo musical espa?ol, seg¨²n el cual solo una banda de Manchester que factura canciones perfectas de tres minutos puede cambiarte la vida. Que la m¨²sica de ATCQ fue enormemente influyente tambi¨¦n en Espa?a lo probar¨ªa en los a?os siguientes la primera generaci¨®n del rap nacional: Violadores del Verso, Solo los Solo, Mala Rodr¨ªguez o Mucho Muchacho, nuestro Q-Tip.
Go Ahead in the Rain. Notas para A Tribe Called Quest. Hanif Abdurraqib. Traducci¨®n de Juan Manuel Salmer¨®n Arjona. Alpha Decay. 202 p¨¢gs. 21,90 euros.
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