Rafael Cabrera, aficionado, una voz cr¨ªtica y reconocida de la tauromaquia
"El antitaurinismo ha evolucionado de la salvaci¨®n del alma a la defensa de los animales"
¡°El movimiento antitaurino hay que analizarlo desde una perspectiva hist¨®rica. En los siglos XVI y XVII, lo m¨¢s importante era la salvaci¨®n del alma y evitar el peligro de que un hombre pudiera morir en pecado y perder una eternidad gozando de Dios. M¨¢s tarde, el centro se traslad¨® a preservar la vida del ser humano; despu¨¦s, al mantenimiento de la familia, y, a continuaci¨®n, la salvaguarda del estado y el medio social. Se dec¨ªa entonces que la tauromaquia perjudicaba la agricultura porque los toros eran necesarios para procrear bueyes, o que era un ejemplo de malas costumbres y vicios. Y de todo aquello se ha pasado a la defensa a ultranza del animal en contra del propio ser humano, lo que es una evoluci¨®n verdaderamente parad¨®jica¡±.
Rafael Cabrera Bonet (Madrid, 1958) es m¨¦dico, especialista en medicina forense y funcionario en excedencia desde que en enero de 2007 asumiera la responsabilidad de la informaci¨®n taurina en la cadena Cope, donde ejerci¨® hasta diciembre de 2010. Es un estudioso de la fiesta taurina, un apasionado de la historia, abonado a la plaza de Las Ventas desde 1979, y director del Aula de Tauromaquia de la Universidad CEU San Pablo. Pero, sobre todo, Rafael Cabrera es una voz reconocida, respetada y autorizada en la tauromaquia actual.
- ?Es tan peligroso el animalismo como parece?
- ¡°No creo que pueda acabar con el espect¨¢culo porque est¨¢ muy arraigado en la tradici¨®n de este pa¨ªs, y, sobre todo, en el esp¨ªritu popular. Y no me parece, adem¨¢s, que el problema proceda de ah¨ª. Lo que me preocupa de verdad es que parte del mundo taurino se pliegue a sus exigencias. Cada vez est¨¢ peor vista la suerte de varas, las banderillas y la estocada final. Hay quienes est¨¢n dispuestos a aceptar una fiesta no cruenta, y eso es imposible porque rompe la liturgia de la corrida. Y a?ado, por otro lado, la b¨²squeda creciente de la comodidad por parte de los profesionales taurinos, que est¨¢ re?ida con la esencia misma del rito, basado en el riesgo¡±.
¡°M¨¢s que el animalismo me preocupa que parte del mundo taurino se pliegue a sus exigencias¡±
- Y, ahora, otro enemigo: la pandemia del coronavirus¡
- ¡°Esta crisis tendr¨¢ una grave repercusi¨®n sobre la tauromaquia. A la ausencia de festejos para el aficionado, se suman las grav¨ªsimas consecuencias econ¨®micas para toreros, ganaderos, empresarios, mozos de espadas y todo el entramado de artes auxiliares que participan en la organizaci¨®n y desarrollo de los espect¨¢culos; preveo, adem¨¢s, un inicial descenso de afluencia de p¨²blico a los festejos cuando se levante la suspensi¨®n, agravada tambi¨¦n por el miedo a contagios en concentraciones masivas de personas. Complicado panorama, que puede rozar lo catastr¨®fico si la temporada no se reanuda sobre junio o julio como muy tarde¡±.
Cabrera considera, por otra parte, que, de alguna manera, se est¨¢ perdiendo la ra¨ªz de la fiesta, y alude a una frase de pensadores de principios del siglo XX: "La est¨¦tica matar¨¢ a la ¨¦tica", lo que, a su juicio, conducir¨¢ a una transformaci¨®n radical del espect¨¢culo.
¡°Yo creo que el toro ser¨¢ cada vez m¨¢s d¨®cil y con menos fuerza¡±, a?ade, ¡°porque, de lo contrario, ser¨ªa ilidiable. Tambi¨¦n habr¨ªa que reducir su tama?o, ser¨¢ menos agresivo, menos encastado, de modo que la tauromaquia perder¨¢ su sentido, y, entonces, s¨ª ser¨¢ la tortura de un pobre animal semiindefenso¡±.
¡°El toro ha cambiado radicalmente¡±, prosigue Rafael Cabrera. ¡°Quiz¨¢, en plazas de primera a¨²n sale bien presentado, y acude con prontitud a los enga?os, pero ha perdido casta, fiereza y bravura. En la selecci¨®n actual no se tienen en cuenta los criterios tradicionales, como es la suerte de varas, para dedicar la atenci¨®n preferente al ¨²ltimo tercio, a lo que se conoce ahora como la ¡®durabilidad¡¯ de la embestida, aunque esta sea tonta y ?o?a. Esto es un cambio radical. Se est¨¢ conduciendo la fiesta hacia unos par¨¢metros que no han sido los que han justificado la existencia de la tauromaquia. De este modo, el animal tiene m¨¢s toreabilidad ¡ªhorrible palabra inventada por el fallecido Juan Pedro Domecq¡ª, que es lo contrario de la acometividad y la casta, los dos principios b¨¢sicos de este espect¨¢culo¡±.
- A pesar de todo, esta es una fiesta que engancha hasta la adicci¨®n¡
- ¡°Porque es la fiesta de la vida, el triunfo del ser humano ¡ªsu inteligencia, t¨¦cnica y valor¡ª ante un t¨®tem, que es el toro de lidia, que representa a la naturaleza. Es la lucha de la supervivencia, anclada antropol¨®gicamente en las ra¨ªces del propio ser humano¡±.
- ?Cree que cualquier tiempo pasado fue mejor?
- ¡°Cualquier tiempo pasado tuvo episodios mejores, pero no fue mejor, igual que ahora. El toreo ha evolucionado y se han perdido algunos valores. Ha perdido, sobre todo, el toro, pero no es menos cierto que el nivel est¨¦tico de muchas faenas actuales es superior a todo lo que pudieron ver nuestros antepasados¡±.
Rafael Cabrera no comparte la inquietud sobre una peligrosa injerencia de los pol¨ªticos en la fiesta de los toros.
¡°El aficionado ha sido ninguneado a lo largo de la historia. Es el p¨²blico el que marca tendencia¡±
¡°Los partidos se dejan llevar por la opini¨®n buenista de la gente¡±, opina, ¡°y nuestra sociedad ha cambiado la familia por el animal de compa?¨ªa, pero no creo que el actual Gobierno adopte medidas radicales contra la fiesta. Evidentemente, las leyes de protecci¨®n pueden derogarse y cambiarse por otras, pero habr¨ªa un sentimiento popular, sobre todo en el ambiente rural, totalmente en contra de una hipot¨¦tica abolici¨®n¡±.
- ?No cree, no obstante, que la fiesta ser¨¢ lo que los aficionados quieran que sea?
- ¡°Me parece muy optimista esa apreciaci¨®n. El aficionado ha sido ninguneado a lo largo de la historia. Es el p¨²blico el que marca tendencia, y la evoluci¨®n de la lidia ha dependido, en gran medida, de sus exigencias. Los empresarios y los profesionales han intentado siempre que el aficionado desapareciera, y los medios de comunicaci¨®n no le han prestado la atenci¨®n debida a sus opiniones¡±.
- ?Y usted se sigue emocionando en una plaza de toros?
- ¡°S¨ª, no asiduamente, pero me emociono cuando un torero es capaz de aplicar una soluci¨®n t¨¦cnica ante un toro complicado, que no llega al gran p¨²blico porque falta, quiz¨¢, el componente est¨¦tico. No necesito grandes faenas, me bastan detalles puntuales¡±.
- Y sus toreros preferidos son¡
- ¡°Estamos en el centenario de la muerte de Joselito El Gallo. Siempre fue mi torero preferido. He visto todas las pel¨ªculas que existen sobre ¨¦l y he tenido maestros que lo conocieron y me han trasladado la idea de que Joselito era el m¨¢ximo, y que hoy seguir¨ªa siendo la misma figura, porque su capacidad estaba muy por encima de sus compa?eros. Fue un creador, mucho m¨¢s que Belmonte, del toreo moderno. Despu¨¦s, el torero de mi juventud fue Paco Camino, una figura paradigm¨¢tica¡±.
- ?Y el futuro, se?or Cabrera?
- ¡°El virus y su expansi¨®n marcar¨¢n los tiempos¡¡±.
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