Las pintoras que no ir¨¢n al Prado
El cierre de los museos ha dejado las grandes exposiciones de la temporada en suspenso. ¡®Babelia¡¯ las rescata a trav¨¦s de una visita virtual. La primera: ¡®Las invitadas¡¯, en el Museo del Prado
Despu¨¦s de dos a?os de intensos preparativos y con m¨¢s de 100 obras listas para ser ubicadas en las paredes, las mujeres artistas que, de manera masiva, iban a ocupar el lugar que les corresponde en el Museo del Prado tendr¨¢n que seguir esperando. Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideolog¨ªa y artes pl¨¢sticas en Espa?a (1833-1931) tendr¨ªa que haberse inaugurado el 31 de marzo, pero no ha podido ser. Como una cruel met¨¢fora de lo que que ha sido el desprecio y olvido hacia el arte creado por mujeres, el despiadado virus ha conseguido que su confinamiento prosiga. La que estaba llamada a convertirse en la exposici¨®n de la primavera y verano en Espa?a tendr¨¢ que esperar, seguramente, hasta el oto?o.
La exposici¨®n, comisariada por Carlos G. Navarro, experto en pintura del XIX, se mueve entre los reinados de Isabel II y de su nieto, Alfonso XIII. El centenar largo de obras que la integran explica cu¨¢l ha sido el papel de las mujeres artistas en ese per¨ªodo a trav¨¦s de la pintura y de otras disciplinas art¨ªsticas como la escultura, el dibujo, el grabado, la fotograf¨ªa, las miniaturas, el bordado o el cine. Casi todas las obras recogidas en la muestra son propiedad del museo y hasta ahora se encontraban almacenadas en dep¨®sito fuera de la sede principal.
A la espera de su futura inauguraci¨®n, el itinerario de la exposici¨®n est¨¢ listo. La primera obra del recorrido es una perfecta imagen del desprecio hacia la mujer artista. Es una escena familiar pintada por la granadina Concepci¨®n Mej¨ªa de Salvador. Procedente del Reina Sof¨ªa, la tela est¨¢ tan deteriorada que apenas se reconocen los personajes y no se podr¨¢ restaurar porque no existe documentaci¨®n sobre el cuadro. Es poco m¨¢s que un borr¨®n que sirve para adentrar al espectador en una historia interesada sobre el alejamiento de la mujer artista a lo largo del XIX y la primera parte del XX. Extendida por dos salas del edificio Jer¨®nimos, la muestra se divide en ocho secciones. El comisario Carlos G. Navarro cuenta que hay una primera parte de pinturas firmadas por hombres con la que se construye la historia oficial, con obras hechas por varones para el adoctrinamiento del Estado. Cuando aparece la mujer, siempre a modo de invitada, es para ensalzar el ambiente de casticismo hist¨®rico donde la novia, madre o hija son algo tan pomposo como mustio.
Ya en la segunda parte, aparecen obras hechas por mujeres que, en muchas ocasiones, tuvieron que firmar con seud¨®nimo, meras iniciales o el nombre del marido. Hay algunas curiosidades como la versi¨®n de la Virgen del pajarito hecha por Isabel II. Pero sobre todo hay importantes descubrimientos como Antonia de Ba?uelos, retratista de la nobleza europea, Mar¨ªa Ro?sset, de quien se ha podido recuperar un espl¨¦ndido autorretrato de cuerpo entero o Julia Alcayde Montoya, de la que se mostrar¨¢ algunos de los bodegones con los que consigui¨® ser galardonada en los concursos art¨ªsticos de la ¨¦poca. Pero, m¨¢s all¨¢ de las obras, el comisario mantiene que lo m¨¢s fascinante de la exposici¨®n ser¨¢ el poder mostrar que el af¨¢n de bohemia del XIX est¨¢ en las vidas de las mujeres artistas. ¡°Fueron hero¨ªnas con aura de perdedoras. Pese a saber que ten¨ªan todas las de perder, dedicaron su vida a la causa del arte¡±, se?ala Navarro. La exposici¨®n se cerrar¨¢ con una joya de la historia del cine filmada por una directora pionera como Alice Guy Blach¨¦ en 1896: La F¨¦e aux Choux (o El hada de los repollos), un cuento de hadas franc¨¦s donde se dice que los ni?os nacen en repollos y las ni?as en rosas.
Primer vistazo: Selecci¨®n de obras de la exposici¨®n Las invitadas, en el Museo del Prado (Madrid).
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