Hip hop en clave LGTBIQ: al otro lado del armario
De Frank Ocean a Lil Nas X, la historia del colectivo LGTBIQ en un g¨¦nero tradicionalmente hom¨®fobo como el rap avanza al mismo ritmo que cualquier lucha social: un paso adelante y dos atr¨¢s
Uno de los mayores fen¨®menos musicales del pasado a?o fue un tipo de 21 a?os procedente de Georgia (EE UU) llamado Lil Nas X. Logr¨® batir todos los r¨¦cords de permanencia (y retorno) al n¨²mero uno de las listas estadounidenses con su tema Old Town Road. Su m¨¦rito no es balad¨ª. Logr¨® con este corte dignificar y darle atractivo universal a uno de los m¨¢s complicados cruces de g¨¦neros que cualquier artista pueda acometer. Lil Nas X mezcla country y hip hop, y no, no lo hace porque haya perdido una apuesta. Realmente es un rapero a quien le gusta el country. Pero Montero Lamar Hill (su nombre real, mucho mejor que su nombre art¨ªstico) ha logrado no solo triunfar con una receta tradicionalmente destinada al desastre ¨Co con suerte, al chiste de chiringuito¨C, sino que adem¨¢s lo ha hecho siendo un gay que trabaja dos de los g¨¦neros musicales con m¨¢s tendencia a la homofobia de la historia de la m¨²sica.
Lil Nas X no est¨¢ solo. Pero tampoco es el primero. Lo que ¨¦l ha conseguido tal vez no se hubiera logrado jam¨¢s si, a finales de los noventa, Rob Halford, l¨ªder de la banda de heavy metal Judas Priest ¨Cotro g¨¦nero tradicionalmente poco amable con la homosexualidad que Lil Nas X debe estar ahora pensando en c¨®mo atacar¨C, no hubiese declarado en directo en una entrevista en la MTV que era gay. ¡°Fue un accidente. Yo no ten¨ªa planeado salir del armario. Solo recuerdo que estaba hablando y, de golpe, por mi boca sali¨®: ¡®Como hombre gay que soy¡¡¯. Y mira, mejor. Mi vida ha sido m¨¢s f¨¢cil desde aquel momento¡±, recordaba a?os despu¨¦s el cantante y dios del metal. Al contrario de lo que muchos pod¨ªan presagiar en aquel momento, la cantidad de fans de Judas Priest que dimitieron como tales fue m¨ªnima. A veces, parece que se acepta cierta homofobia por inercia, no por convencimiento. Esto no justifica nada, pero explica mucho.
En 2002, cinco a?os despu¨¦s de la accidental confesi¨®n de Halford, irrumpieron en la escena un grupo de rapemos gais neoyorquinos liderados por un tal Caushun. Intentaron abrirse un hueco celebrando su condici¨®n sexual. 15 a?os antes, el manager con tendencias poco respetables Russell Simmons vio potencial en venderle al mundo tres rapemos blancos llamados Beastie Boys. Estaba convencido ¨Ccon raz¨®n¨C de que, si hab¨ªa chavales paliduchos de ¨¦xito en el genero, este podr¨ªa hacerse global. Vio en Caushun la misma jugada, pero desde la orientaci¨®n sexual. Adem¨¢s, era el tipo que peinaba a su esposa. ¡°Caushun va a inaugurar una discusi¨®n sobre el tema, que es uno de los ¨²ltimos prejuicios que a¨²n prevalecen en la escena. Los homosexuales tiene mucha influencia en la trastienda del hip hop, ya es hora de que tengan voz¡±, declaraba entonces a The New York Times Ivan Matias, uno de los tipos a cargo de la carrera del rapero. La apuesta sali¨® regular. Ese mismo a?o, Madonna, Britney Spears y Christina Aguilera se besaban en la boca durante su actuaci¨®n en los premios VMA de la MTV. Meses despu¨¦s, una periodista la preguntaba a la rapera Missy Elliott si se hubiese unido. ¡°No, no, no¡ El hip hop nunca har¨¢ eso. Ni en un mill¨®n de a?os¡±, respondi¨®.
Una d¨¦cada m¨¢s tarde, el mundo de la m¨²sica sufri¨® uno de los mayores cambios de paradigma que jam¨¢s ha vivido. De golpe, la sexualidad dej¨® de tratarse menos como un deseo primario y m¨¢s como una condici¨®n primordial. Los artistas estaban m¨¢s interesados en contarnos por qu¨¦ se acostaban con hombres, o mujeres, o ambos, que en decirnos qu¨¦ nos iban a hacer si nos pillaban en una habitaci¨®n oscura. Aprovechando esta tendencia, que introdujo en el discurso desde las teor¨ªas queer hasta el concepto de pansexualidad, surgi¨® una nueva oleada de artistas hip hop y urbanos que confesaban sin pudor adherirse sexualmente a los conceptos m¨¢s libres y flexibles. Janelle Mon?e, las raperas Angel Haze o Azealia Banks, Mykki Blanco ¨Cgran promesa del rap durante unos seis meses¨C, la hiphopera lesbiana Brooke Candy, o Frank Ocean, la voz de una generaci¨®n. ¡°Frank es el icono de la revoluci¨®n, pero esta revoluci¨®n necesita cierto tiempo de recalentamiento. Y no sabemos lo que eso va a llevar. Solo s¨¦ que estamos acostumbrados ya a ver a hombres blancos homosexuales triunfar. Espero que pronto veamos a hombres negros homosexuales lograr lo mismo¡±, declaraba a Los Angeles Times Iman Jordan, compositor y cantante de r¡¯n¡¯b anteriormente conocido como Mateo. El santo del que cogi¨® el nombre es el patr¨®n de los loteros. As¨ª, lo siguiente no le sorprender¨¢¡
Entonces, cuando todo parec¨ªa estar alineado para la normalizaci¨®n definitiva, sucedi¨® lo que sucede casi siempre: todo qued¨® en la moda transitiva. ¡°Ahora parece que es mol¨®n ser gay, todos lo fingen¡±, proclamaba Roxxan, MC lesbiana de Birmingham. Era el momento en que Rihanna confes¨® haber besado a una chica. Y Katy Perry hasta hizo una canci¨®n. Incluso durante unos meses Nicki Minaj anunci¨® que era bisexual. Qu¨¦ radical todo. Rita Ora proclamaba a los cuatro vientos su amor por Cara Delevinge. Roxxan, con raz¨®n, no se fiaba de todo esto: ¡°Me parece que es una estrategia para ampliar la base de fans. Luego, cuando ya lo han logrado, se les pasa el rollo gay. Y mira, no puedes dejar de ser gay cuando tienes ¨¦xito¡±.
¡°Lo que yo hago es explorar mi sexualidad de una forma muy natural, que tiene que ver tanto con mi condici¨®n de homosexual como con el hecho de ser hombre. Lo hago desde una perspectiva masculina, que es muy distinta a la femenina. Mi personalidad se ha moldeado del mismo modo que lo hicieron Nas o Wu Tang Clan¡±. As¨ª explicaba su idiosincrasia a The Guardian Mykki Blanco en 2013. Y as¨ª es un poco como los fen¨®menos no heteronormativos del hip hop actual han construido su narrativa. Algo, pues, qued¨® de aquel a?o de la revoluci¨®n que no fue. Lil Nas X ha reinventado la est¨¦tica de cowboy desde un punto de vista que tiene que ver m¨¢s con una versi¨®n alegre de Brokeback Mountain que con una con carromatos de Priscilla, reina del desierto. Lo mismo Tyler The Creator, rapero reci¨¦n salido del armario y antes conocido por su exabruptos hom¨®fobos cuando compart¨ªa colectivo hip hop con Frank Ocean (Odd Future) y que ahora ha construido un personaje: Igor, homosexual, teatral, dislocado, pero que m¨¢s que a nadie le debe su existencia a David Byrne. Incluso Kevin Abstract, uno de los l¨ªderes de Brockhampton, especie de boy band del rap con un enorme ¨¦xito en EE UU, lanz¨® el a?o pasado un interesant¨ªsimo disco en solitario de hip hop confesional desde lo homosexual. Todo parece estar, por fin, en su sitio, que es cualquier sitio en el que le apetezca estar. Al menos, hasta que escuchas una entrevista con Lil Nas X en la BBC y este devuelve todo esto a la casilla de salida: ¡°Creo que estoy abriendo puertas a mucha gente. Especialmente en la comunidad del hip hop, donde no est¨¢ aceptado ser gay¡±.
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