El Gobierno de Starmer endurece el discurso ante el auge de la derecha populista de Nigel Farage
Las encuestas colocan por primera vez a Reform UK por delante de laboristas y conservadores
![Nigel Farage](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5B75GIHYRBCJGCRD7C6ZV5NNWY.jpg?auth=eb82122c532692bfd3d01043428313e715ae8cee3cb21dced8fab1e9a4577a4f&width=414)
![Rafa de Miguel](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F543fee30-1196-4a9b-84a9-99dc0ce2947a.png?auth=617a3d44bee9f05cac9f72901355bdb26c411b61cbba95e1b34d4a3f3ac1165a&width=100&height=100&smart=true)
La se?al de que un Gobierno o un partido pol¨ªtico comienza a tomarse en serio a un rival est¨¢ siempre en el tono de los adjetivos que le dedica. Wes Streeting, ministro de Sanidad de Reino Unido y uno de los pol¨ªticos m¨¢s carism¨¢ticos y populares del laborismo brit¨¢nico, ha acusado esta semana al l¨ªder de Reform UK, Nigel Farage, de tener una visi¨®n ¡°triste y derrotista¡± (miserabilist y declinist fueron los t¨¦rminos ingleses que utiliz¨®) del pa¨ªs. Pero tambi¨¦n ha advertido a la izquierda de la necesidad de tomarse en serio la amenaza de la derecha populista. Ha sido el ataque m¨¢s contundente hasta la fecha contra una amenaza que sufren conjuntamente los partidos tradicionales. Aunque el primer ministro, Keir Starmer, tiene m¨¢s motivos para estar preocupado.
Por primera vez desde que existe Reform UK, una encuesta de YouGov realizada esta semana ha situado a esta formaci¨®n, que muchos de sus cr¨ªticos tachan de extrema derecha, como la m¨¢s votada. La intenci¨®n de voto del partido de Farage ser¨ªa del 25%, frente a un 24% del Partido Laborista y un 21% del Partido Conservador. Aunque la ventaja es todav¨ªa m¨ªnima, y entra dentro de un margen de error de hasta cuatro puntos porcentuales, resulta muy relevante que los resultados coloquen a la formaci¨®n en la misma parrilla de salida.
Aparentemente, deber¨ªan ser los tories, reci¨¦n apartados del Gobierno y todav¨ªa en proceso de construir una estrategia de oposici¨®n, quienes estuvieran m¨¢s preocupados. Pero otro estudio reciente de la organizaci¨®n Hope not Hate, dedicada a analizar y combatir la amenaza de la extrema derecha, se?ala d¨®nde est¨¢ la verdadera alarma. El Partido Laborista obtuvo una amplia mayor¨ªa parlamentaria en las elecciones de julio del a?o pasado, favorecida en gran parte por el sistema electoral mayoritario, que premia en exceso al candidato m¨¢s votado de cada circunscripci¨®n. En muchos territorios, la segunda fuerza m¨¢s votada fue Reform UK. Y los estrategas del Partido Laborista saben que muchos de sus votantes tradicionales, que abandonaron a la formaci¨®n seducidos por el Brexit y Boris Johnson, no han regresado al redil de modo definitivo. El discurso antisistema y antiinmigraci¨®n de Farage les sigue seduciendo. La resurrecci¨®n en Estados Unidos de Donald Trump, amigo y aliado de Farage, ha dado alas y esperanza al pol¨ªtico populista.
Seg¨²n el an¨¢lisis detallado de Hope not Hate, territorio a territorio, Reform UK, que en las pasadas elecciones logr¨® por fin entrar en la C¨¢mara de los Comunes con cinco diputados, podr¨ªa hoy obtener un m¨ªnimo de 76 representantes, simplemente con un trasvase de votos procedente de los partidos tradicionales de apenas un 3%. Y de esa cifra, dice el estudio, cerca de 60 diputados arrebatar¨ªan su esca?o a los laboristas.
¡°La base electoral de Reform UK no la compone un bloque monol¨ªtico. Supone una coalici¨®n de personas frustradas con los partidos y la pol¨ªtica tradicional, seducidas por la promesa de ¡®arreglar el sistema¡±, explica Nick Lowles, director ejecutivo de la organizaci¨®n antirracista. La mezcla agrupar¨ªa a conservadores tradicionales, clase obrera, j¨®venes radicales, la vieja derecha autoritaria e incluso un grupo de moderados que desear¨ªan mayor intervenci¨®n del Estado para arreglar la vida p¨²blica.
Contundencia contra la inmigraci¨®n
Un grupo de unos 40 diputados laboristas, que se ha bautizado a s¨ª mismo como el Grupo de la Muralla Roja (Red Wall Group), ha reclamado a Starmer un discurso m¨¢s contundente contra la inmigraci¨®n, para frenar la amenaza de Farage. La Muralla Roja es la zona delimitada por las Tierras Medias de Inglaterra donde el voto de la izquierda estaba pr¨¢cticamente asegurado, hasta que el Brexit y su carga antisistema y xen¨®foba lo cambi¨® todo.
¡°En mi circunscripci¨®n, el asunto clave es la inmigraci¨®n. Y no estamos siendo lo suficientemente contundentes a la hora de explicar todo lo que estamos haciendo¡±, ha exigido Jo White, diputado por la circunscripci¨®n de Bassetlaw, e impulsor del grupo.
La ministra del Interior, Yvette Cooper, ha puesto en marcha una pol¨ªtica de deportaciones que ha devuelto ya a sus pa¨ªses de origen a m¨¢s de 17.000 solicitantes de asilo que han visto denegada su pretensi¨®n. El Gobierno de Starmer, consciente de la impopularidad de esta dureza entre cierto sector de sus votantes, ha decidido evitar cualquier mensaje triunfalista, con lo que sigue dando alas al discurso catastrofista de Reform UK.
Farage, que domina el escenario y se crece ante un micr¨®fono, convierte en un circo cada una de sus intervenciones en la C¨¢mara de los Comunes. Este mi¨¦rcoles acus¨® a Starmer, durante la sesi¨®n de control al primer ministro, de abandonar a suerte a los ancianos que han dejado de percibir las ayudas anuales para la factura del gas y la electricidad.
Starmer ten¨ªa ya preparada la estrategia dise?ada por el Partido Laborista. ¡°Habla usted de p¨¢nico, pero el ¨²nico p¨¢nico que deber¨ªan tener todos los que le escuchan es por la posible p¨¦rdida del Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en ingl¨¦s), porque lo que usted propone es su privatizaci¨®n¡±, respond¨ªa a Farage el jefe de Gobierno brit¨¢nico.
Aunque el programa electoral de Reform UK sigue defendiendo una sanidad p¨²blica universal y gratuita, Farage, de gatillo f¨¢cil y locuacidad incontrolada, ha sugerido en alguna ocasi¨®n que deber¨ªa recurrirse a un sistema de seguro privado, como el estadounidense.
El Partido Laborista ha decidido suministrar al pol¨ªtico populista su propia medicina y presentarle como la mayor amenaza de un servicio p¨²blico, el NHS, que a pesar de su deterioro sigue siendo muy apreciado por los brit¨¢nicos.
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