La gran fiesta de Remedios Varo
La retrospectiva dedicada en Buenos Aires a los lienzos fascinantes de la pintora surrealista fue interrumpida por la crisis del coronavirus
Solo lleg¨® a estar abierta una semana, del 6 al 13 de marzo. Desde entonces, las m¨¢s de 120 obras de Remedios Varo (Girona, 1908 ¨C Ciudad de M¨¦xico, 1963) aguardan en las salas vac¨ªas del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) esperando retomar lo que deb¨ªa ser una gran fiesta. La primera exposici¨®n de la artista celebrada en Argentina. Tambi¨¦n su cara m¨¢s in¨¦dita gracias al nutrido material que aglutina su archivo personal, puesto a disposici¨®n de los dos comisarios, Victoria Giraudo, jefa de curador¨ªa del MALBA y Carlos A. Molina, comisario jefe del MAM de M¨¦xico. M¨¢s de 40 pinturas, 16 dibujos y 70 bocetos, escritos y fotograf¨ªas, notas y cartas. Un sinf¨ªn de Constelaciones, de ah¨ª el t¨ªtulo.
La exposici¨®n se detiene en el proceso creativo y en la importancia que tuvo para la artista el dibujo, un enfoque que a menudo queda oculto. Roza lo que en s¨ª era Remedios Varo: una mujer perfeccionista, una creadora que investigaba, le¨ªa y anotaba. Una artista mentalista que a partir de interiorizarlo todo empezaba a darle los primeros pasos a sus ideas. De ah¨ª surge ese mundo tan personal, m¨ªstico a la vez que cient¨ªfico, esot¨¦rico y m¨¢gico a partes igual. Automatismo y collage. La contradicci¨®n y la minucia. El ojo en el microscopio diseminando insectos. Un mundo misterioso y magn¨¦tico hasta cuando se alejaba del arte. Lo hizo a menudo y seguramente esa vena polifac¨¦tica, enriqueci¨® esa personalidad suya equiparable a muy pocas autoras.
Con formaci¨®n tradicional en la Real Academia de San Fernando de Madrid, estudi¨® las leyes de la perspectiva que aprendi¨® de su padre, ingeniero hidr¨¢ulico. Las ciencias naturales siempre estuvieron ah¨ª: la bot¨¢nica y la zoolog¨ªa, que la artista llev¨® hasta las campa?as publicitarias que hizo para la farmac¨¦utica Bayer. Su inter¨¦s por la cosmolog¨ªa, la alquimia, la m¨²sica y la astrolog¨ªa la empujaron a esa conexi¨®n con el surrealismo de la que nunca se despeg¨®. Aflor¨® en el Par¨ªs pero se afianz¨® en Barcelona, donde conoci¨® a Andr¨¦ Bret¨®n e hizo su primera exposici¨®n: Logicofobista. De vuelta a Francia, la invasi¨®n nazi de 1941 la empuj¨® a irse de nuevo, esta vez a M¨¦xico, pa¨ªs que le dio la bienvenida junto a otros refugiados pol¨ªticos, como Max Ernst o Leonora Carrington.
La exposici¨®n abarca una horquilla amplia de obras de todas las ¨¦pocas, de antes y despu¨¦s de M¨¦xico, entre ellas algunas tan conocidas como Creaci¨®n de las aves (1971) o Simpat¨ªa (La Rabia del gato) (1955), que Eduardo Costantini adquiri¨® el a?o pasado en una subasta de Christie¡¯s. Huir de adjetivos y buscar los matices ha sido la hoja de ruta para los comisarios, que definen a la artista como una librepensadora. Como alguien autorreferencial, at¨ªpica y singular. Inventaba a media que iba pintando, muchas veces con un pincel triple cero, con uno o dos pelos, que expand¨ªan el tiempo de su pintura, como en el Para¨ªso de los gatos (1955). ¡°A Remedios Var¨® le gustaba la libertad, no puede ser encasillada en ninguna vanguardia. Por eso en su obra est¨¢ tan presente la figura del gato, un s¨ªmbolo de todo lo que representa. Encajarla en una convenci¨®n es la ant¨ªtesis de lo que ella era¡±, explica Victoria Giraudo.
Podr¨ªan decirse muchas cosas de ese lado m¨ªstico tan conocido de Remedios Var¨®. Pero no es lo que busca esta muestra. La situaci¨®n privilegiada en la que nos encontramos las mujeres occidentales del siglo XXI ha sido posible gracias al coraje, tenacidad y af¨¢n de cambio de un gran n¨²meros de revolucionarias, mujeres pioneras que abogaron por la defensa de sus derechos. Ah¨ª es donde est¨¢ Remedios Varo pensando el espacio iconogr¨¢fico y narrativo de la pintura como una suerte de representaci¨®n de hermandad entre mujeres, a partir de las cuales explora otras v¨ªas para el arte. Una artista feminista, que transgredi¨® la moral sexual de la ¨¦poca mostr¨¢ndose entregada a sus deseos, liberada del peso de una tradici¨®n que sus colegas surrealistas ansiaban romper en sus escritos. Una exposici¨®n que nos acerca a lo mejor del arte: ese hilo invisible, inenarrable, que hace de la comunicaci¨®n entre artista y espectador algo parecido a un flechazo.
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