Las bienales de arte se reinventan
Las grandes exposiciones internacionales buscan nuevos modelos acordes a estos tiempos el¨¢sticos y contrahegem¨®nicos
Quien no est¨¦ familiarizado con las bienales de arte contempor¨¢neo puede imaginarlas como un gran anagrama que se pelea por traducir el mundo en el que vivimos. O un esquema con el que entender c¨®mo habitarlo como sujetos y c¨®mo compartirlo. Una br¨²jula con la que tomarle el pulso a la vida. No est¨¢n muy lejos de esos folios que emborronamos con lo que nos pasa y lo que nos preocupa, lo que necesitamos y lo que deseamos, pero a escala global. Vistas con un poco de distancia, funcionan como grandes documentos de ¨¦poca. Como un gran ensamblaje de obras, ideas e identidades donde raza, clase y g¨¦nero se reposicionan constantemente en las sociedades actuales.
Herederas de las ferias mundiales como dispositivos comerciales y de competencia nacional, las exposiciones internacionales de arte empezaron a florecer cuando se fund¨® la Bienal de Venecia, en 1895, y se han ido multiplicando a medida que el arte contempor¨¢neo se ha ido globalizando, algo que en la ¨²ltima d¨¦cada se ha disparado. Todo es aceleraci¨®n y hasta derrape, aunque pocos eventos escenifican mejor la dispersi¨®n de la idea de epicentro cultural. Documentan y proponen una noci¨®n de cu¨¢l es la situaci¨®n del arte del presente que dif¨ªcilmente entra en el museo y proponen una experiencia compartida en un horizonte planetario. Adem¨¢s, escenifican los puntos cr¨ªticos de la sociedad donde a menudo la dimensi¨®n pol¨ªtica se enciende. Como ejemplo, la Trienal de Aichi de 2019. Tras un episodio de censura y amenazas de incendio, ser¨¢ recordada como el evento art¨ªstico m¨¢s conflictivo y revelador de las limitaciones del arte contempor¨¢neo en Jap¨®n.
La crisis del coronavirus ha vuelto a poner una vez m¨¢s en cuesti¨®n el futuro de las bienales y sus primas: trienales y cuadrienales. De las 43 previstas este 2020, m¨¢s de la mitad han cambiado su hoja de ruta y no se descartan m¨¢s cambios. Muchas se han pospuesto a 2021, como la de Liverpool o Prospect.5 en Nueva Orleans. Otras est¨¢n pensando en proyectos afines a Internet y a este nuevo tiempo dilatado, como Sonsbeek, en Arnhem, y la radio que se esconde tras Force Times Distance. La pregunta que flota en el aire es si el modelo de bienal conocido hasta ahora tiene sentido en un mundo poscovid-19 con tan poca maniobra de movimiento.
Por lo pronto, se desinfla el ¡°artista de bienal viajero del mercado¡± capaz de articular la misma obra en todos lados y lo microlocal alcanza un nuevo impulso cosmopolita. Adem¨¢s, las bienales que han decidido aplazar la fecha tienen otro reto a¨²n mayor. Con todo lo que estamos viviendo, parece casi inviable llegar con una exposici¨®n con la que olvidarlo todo. La econom¨ªa regenerativa pasar¨¢ tambi¨¦n por pensar desde el arte qu¨¦ significa estar protegido, mirar al otro, ser t¨®xico, sufrir desigualdad, tener amigos, necesitar cuidados, mantener distancia social, demandar cobijo, sufrir violencia o sentirse solo. Tambi¨¦n tendr¨¢ que analizar qu¨¦ es lo que depara una situaci¨®n que, de entrada, desborda.
De momento, Luigi Brugnaro, alcalde de Venecia, reh¨²ye la idea mirando de reojo su bienal, la reina de todas las dem¨¢s. Tras posponer la edici¨®n de arquitectura a 2021, acaba de inaugurar Le muse inquiete, un recorrido por sus 125 a?os de historia, no sin antes dar respuesta al plan de choque previsto tras la pandemia. Una vez pase la emergencia, el lema ser¨¢: ¡°Como antes, m¨¢s que antes¡±; es decir: m¨¢s turismo, m¨¢s hoteles, m¨¢s cruceros, m¨¢s recortes y m¨¢s eventos para recuperar el tiempo perdido. Un modelo neoliberal que comisarias como Cecilia Alemani, la directora de la 59? Bienal de Arte, pospuesta ahora a 2022, y una de las cabezas m¨¢s sensatas de la escena art¨ªstica, ya esquiva estrechando distancias en redes sociales y afectivas, a sabiendas de que es el momento perfecto para replante¨¢rselo todo.
M¨¢s que nunca, las bienales son hoy un campo de pruebas, aunque los cambios se estaban ya produciendo sobre el terreno, con proyectos que se alejan de los formatos convencionales y buscan otros modelos, m¨¢s el¨¢sticos y menos hegem¨®nicos, que huyan de la idea de gran evento global a favor de un encuentro mucho m¨¢s at¨®mico, con una multiplicidad de situaciones distintas. Por ah¨ª va el colectivo Ruangrupa con su concepto del lumbung (granero de arroz) para Documenta15: un modelo diferente de colaboraci¨®n en el uso de los recursos que engloba tiempo, espacio, dinero, conocimiento, cuidado y arte. Bienales de resistencia que funcionan con una temporalidad distinta, sin inauguraciones colapsadas ni tal acopio de gente que hagan de ellas el peor lugar para disfrutar del trabajo de los artistas
Esa idea de desaceleraci¨®n, de work in progress, de trabajo libre y sin segregaci¨®n est¨¢ en la base de la 11? Bienal de Berl¨ªn, que hoy se inaugura bajo el t¨ªtulo The Crack Begins Within (La grieta comienza dentro). Aunque la apertura fue hace un a?o, en septiembre de 2019, cuando los artistas se instalaron en ExRotaprint, una antigua imprenta en el barrio de Wedding, donde empezaron a tramar experiencias que hoy son un archivo viviente de historias. Ha sido un lugar para hacer exposiciones experimentales, pero tambi¨¦n para que la gente se encuentre, beba t¨¦ o se ponga a bailar. Una agencia cultural y una casa compartida donde las cosas pod¨ªan ser lentas, porosas y a escala humana, y donde un ep¨ªlogo es el principio de todo. Cuando en la mayor¨ªa de las bienales la inauguraci¨®n supone la cumbre del proyecto, como ocurre ahora en Berl¨ªn, aqu¨ª las comisarias Mar¨ªa Berr¨ªos, Renata Cervetto, Lisette Lagnado y Agust¨ªn P¨¦rez Rubio hablan de anticl¨ªmax: ¡°El momento en que obras y artistas vuelven a su tejido social, a continuar con sus vidas¡±.
En las ideas de solidaridad, afectividad y cuidado, Berl¨ªn est¨¢ en sinton¨ªa con la Bergen Assembly 2019 y con la 34? Bienal de S?o Paulo, que empez¨® sus actividades p¨²blicas en febrero, pero que pospone la apertura para 2021. El director, Jacopo Crivelli Visconti, junto a un grupo de comisarios que cuenta con la espa?ola Ruth Est¨¦vez, ya piensa en acercarse a la muestra como si fuera un ensayo, con una exposici¨®n procesual que justamente reflexiona sobre lo que implica realizar un evento de tal magnitud.
Es el prop¨®sito tambi¨¦n de OsloBiennalen, a cargo de los comisarios Eva Gonz¨¢lez-Sancho y Per Gunnar Eeg-Tverbakk, el equipo curatorial de Oslo Pilot, un proyecto de investigaci¨®n de dos a?os que ha servido para sentar las bases de esta bienal. En mayo de 2019 se puso en marcha con la premisa de desafiar lo que implica un t¨¦rmino tan resbaladizo como ¡°arte en el espacio p¨²blico¡±, proponiendo una bienal que, m¨¢s que un evento, es una instituci¨®n. Un trabajo cuidado con los artistas, sencillo en los detalles y abierto al error, que se extender¨¢ hasta 2024 con una lista de creadores que ir¨¢ cambiando paulatinamente.
Manifesta 13, la bienal europea itinerante que este a?o ocupa Marsella, tambi¨¦n ha organizado su exposici¨®n por cap¨ªtulos. El primero se inaugur¨® la semana pasada y el ¨²ltimo lo har¨¢ el 8 de octubre, junto a un buen saco de preguntas: si operar a gran escala significa perder relevancia, ?deber¨ªan las bienales decrecer? ?Qu¨¦ significa estar arraigado local y globalmente hoy en d¨ªa? ?Qu¨¦ potencial tiene la localidad actualmente? ?Qu¨¦ significa la materialidad en el arte contempor¨¢neo de hoy para los artistas? ?C¨®mo utilizar el espacio y el dinero para redefinir la relaci¨®n entre arte y p¨²blico? ?Puede una bienal dejar de ser una bienal?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.