?Habr¨¢ muerto el ¡®young adult¡¯?
La apocal¨ªptica 'El reino vac¨ªo', de Kira Jane Buxton, resucita un g¨¦nero que triunf¨® hace una d¨¦cada y que encumbr¨® t¨ªtulos superventas como 'Crep¨²sculo' o 'Maldito karma'
Hubo un tiempo, a principios de los a?os 10 de este siglo, en el que abundaba, entre lo que se traduc¨ªa en Espa?a, aquello que se dio en llamar crossover, esto es, libros de esp¨ªritu adolescente dirigidos a adultos, o que sobre todo le¨ªan adultos. Libros que esquivaban el tach¨®n de g¨¦neros ¨Cno eran considerados ni literatura fant¨¢stica, ni literatura rom¨¢ntica, ni siquiera rara novela negra¨C y escalaban listas de ventas con una facilidad pasmosa. El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon, es quiz¨¢ el referente m¨¢s lejano ¨Cse edit¨® en 2003¨C de un g¨¦nero cuya aparente ingenuidad no parece encajar en estos tiempos de nada amistosa realidad. ?Es esa la raz¨®n de que haya dejado de ser una tendencia de mercado, o simplemente es que el crossover ha muerto?
Kira Jane Buxton, autora de El reino vac¨ªo (Destino), una fascinante y divertid¨ªsima distop¨ªa que podr¨ªa haber escrito (y que sin duda hubiera amado) Douglas Adams, en la que las mascotas relatan un curioso apocalipsis ¨Clos humanos se han convertido en zombis y, claro, ellas no entienden nada, pero tampoco les juzgan, solo les ven hacer cosas rid¨ªculas como lamer paredes y perder ojos¨C, no cree que el crossover haya muerto, pero tampoco cree que haya sido nunca nada m¨¢s que otra etiqueta editorial. Lo que a Buxton le entristece es que ¡°el mundo de la literatura adulta no se tome en serio ciertas historias, y las considere para p¨²blico juvenil por el mero hecho de que haya un animal que hable, o que est¨¦n escritas con sentido del humor¡±, dice.
Nacida en Seattle en los ochenta, Buxton no tiene nada en contra de aquello que se considera young adult ¨Cel g¨¦nero del que parte el crossover, que es, como su propio nombre indica, un cruce entre lo supuestamente juvenil y lo adulto¨C. ¡°Al contrario, me encanta¡±, sostiene. Lo que no le gusta es que no se pueda considerar literatura sin m¨¢s, al mismo nivel de cualquier otra, y dirigida a todo aquel que quiera leerla: ¡°Porque la maravillosa sensaci¨®n de estar inmerso en una f¨¢bula es lo que m¨¢s echo de menos de los libros que le¨ªa de ni?a, ?acaso no queremos que nos arranquen de la realidad y nos lleven a un mundo que no cre¨ªamos posible antes de empezar a leer?¡±, argumenta. Esa suspensi¨®n de la realidad ¨C sin abandonarla ¨C es una de las caracter¨ªsticas principales del crossover.
¡°El g¨¦nero sigue ah¨ª, pero ha perdido visibilidad en librer¨ªas porque el mercado est¨¢ cada vez m¨¢s fragmentado¡±. La que habla es Claudia Casanova, al frente de ?tico de los Libros, sello con tres colecciones dedicadas al young adult. ¡°Lo que pasa con el crossover es que es el vellocino de oro, el unicornio que buscamos todos los editores, y que, en los ¨²ltimos tiempos, con la fragmentaci¨®n de la que hablaba, es m¨¢s dif¨ªcil de encontrar, porque si algo ten¨ªa el crossover era que pod¨ªa gustar a todos los lectores¡±, explica. ?Y qu¨¦ son hoy todos los lectores? Un mont¨®n de gustos diversos que, adem¨¢s, encuentran lo que buscan. ¡°El g¨¦nero ha ido madurando y est¨¢ todo m¨¢s repartido, hay menos posibilidades de que todo se concentre en un solo t¨ªtulo¡±, a?ade.
Como estrellas de su cat¨¢logo menciona a A. G. Howard, Ben Aaronovitch y la espa?ola Inma Rubiales. Evidentemente, ninguna de ellas tiene la importancia que tuvo en su momento y contin¨²a teniendo Stephenie Meyer. ¡°Que lo m¨¢s esperado este a?o sea la continuaci¨®n de la saga Crep¨²sculo demuestra que no hay un heredero de su ¨¦xito todav¨ªa. Hay que seguir trabajando para encontrarlo¡±, manifiesta Casanova. Sol de medianoche se public¨® la semana pasada. Han pasado 14 a?os desde que la saga se inici¨®. Los libros de Meyer tienen m¨¢s de 150 millones de lectores en todo el mundo. Una concentraci¨®n que en Espa?a, adem¨¢s de con Meyer, se dio con t¨ªtulos como Maldito karma, de David Safier, autor que, por cierto, regresa tambi¨¦n en una semana, pero ?se le espera como entonces?
Lo pr¨®ximo de Safier se titula Rompamos el hielo (Seix Barral), y que la novela la protagonice una mujer de la Edad de Piedra que ha pasado 33.000 a?os congelada junto a un peque?o mamut y despierta en el presente por culpa del cambio clim¨¢tico apunta, como el libro de Buxton, hacia el candente tema de la agon¨ªa del planeta. La narradora es, como viene siendo habitual en todo lo que hace, alguien externo a nuestro mundo ¨Cen este caso, alguien de un pasado muy remoto¨C que juzga nuestra forma de comportarnos. Como S.T., el cuervo dom¨¦stico que narra, desde las alturas y con un cheeto en la boca, el fin del mundo en El reino vac¨ªo. ¡°En mi novela, el ser humano est¨¢ fuera de plano¡±, dice Buxton, que tambi¨¦n dice que no podr¨ªa haber escrito ning¨²n otro tipo de libro.
Fan, a la vez, de Kurt Vonnegut, Sy Montgomery, Mark Twain, Mary Oliver, Roald Dahl y por supuesto, Douglas Adams ¨C su sentido del humor es la mejor prueba ¨C, Buxton no puede evitar pensar en c¨®mo nos ven los dem¨¢s todo el tiempo. Pero no los dem¨¢s humanos, sino el resto de especies que habitan este planeta. ¡°Los humanos solo podemos explicar una peque?a parte del mundo¡±, dice. Que en su novela sean zombies rid¨ªculos encaja a la perfecci¨®n, dice, con la tradici¨®n del g¨¦nero, que naci¨® ¡°en los a?os 30 como alegor¨ªa del esclavismo en la sociedad haitiana¡±. Hoy, de lo que somos esclavos es de nosotros mismos. Por eso, ¡°en mi caso, funciona como met¨¢fora de nuestra ceguera ante el cambio clim¨¢tico y todo el da?o que est¨¢ sufriendo la Tierra¡±, asegura.
"El 'crossover' es que es el vellocino de oro, el unicornio que buscamos todos los editores, y que, en los ¨²ltimos tiempos, con la fragmentaci¨®n del mercado, es m¨¢s dif¨ªcil de encontrar", dice Claudia Casanova
¡°?Y por qu¨¦ no puede combatirse el cambio clim¨¢tico con sentido del humor? ?Por qu¨¦ no podemos re¨ªrnos de nosotros mismos? ?No ser¨ªan m¨¢s efectivas esas historias que otra historia de culpabilidad y verg¨¹enza¡±, se pregunta Buxton. Pero no solo hay humor en El reino vac¨ªo sino tambi¨¦n una documentad¨ªsima descripci¨®n de h¨¢bitos y comportamientos animales que sirve a la vez como manual para conocer a un buen pu?ado de especies, de forma, claro, divertida. ¡°Mi primer trabajo fue como voluntaria en un zoo, en Indonesia, donde di de comer a un rinoceronte, cepill¨¦ la lengua de un hipop¨®tamo y sujet¨¦ una cobra. Convivo, ahora mismo, con dos gatos siameses, un perro, dos cuervos, cinco arrendajos, dos ardillas y una familia de colibr¨ªes, y leo much¨ªsimo sobre el mundo animal y me encanta contar las cosas que descubro¡±, admite.
Por ejemplo, que ¡°los koalas tienen huellas dactilares tan indistinguibles de las humanas que ha llevado a confusiones en ciertas escenas del crimen¡±, cuenta, desde su casa rodeada de ¨¢rboles en Seattle. ¡°Me preocupa hasta qu¨¦ punto hemos olvidado que formamos parte del mundo animal, tan concentrados como estamos en no levantar la cabeza de nuestros m¨®viles. El causante de la pandemia es un virus zoon¨®tico, pero es que todos los virus son el resultado de nuestro abuso de la naturaleza. La necesidad de reconectar va mucho m¨¢s all¨¢ de la pertenencia y la obligaci¨®n moral, nuestra supervivencia depende de ello¡±, sentencia. El reino vac¨ªo es su intento de contribuir a la toma de conciencia y una muestra de que el crossover sigue vivo, pero lejos del fen¨®meno superventas.
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