El ¡®Patria¡¯ de Padura
'Como polvo en el viento', la nueva novela del autor cubano, establece curiosas conexiones con el superventas de Fernando Aramburu. Con sus aciertos y errores
El azar me llev¨® a leer la ¨²ltima creaci¨®n de Leonardo Padura apenas hab¨ªa terminado de revisar Patria. Quer¨ªa buscar algo distinto del relato opresivo de Aramburu. La sorpresa fue que, m¨¢s all¨¢ de la distancia existente entre los problemas vascos y cubanos, hab¨ªa entre ambas novelas m¨¢s de un punto de contacto. Eran relatos impregnados de la tristeza provocada por circunstancias pol¨ªticas excepcionales, la dictadura de ETA sobre la sociedad vasca en Patria, las oleadas del exilio cubano en Como polvo en el viento, en las cuales se suced¨ªan las acciones de los personajes al modo de piezas movidas desde el exterior sobre un tablero de ajedrez. El propio t¨ªtulo elegido por Padura apunta en esa direcci¨®n. Con acentos tr¨¢gicos en Patria, llevados por la fuerza del destino en Como polvo en el viento hasta un desconsolado happy end, que supone un regreso al punto de partida, resolviendo hasta cierto punto las frustraciones y las angustias de los protagonistas, sin el menor atisbo de felicidad.
La estructura del relato de Padura recuerda la de las antiguas novelas bizantinas. Los nuevos Persiles y Segismunda, Adela y Marcos, no tienen desde el principio problemas con su amor, pero s¨ª con su identidad, que da lugar a un despliegue coral y a continuos viajes desde la salida de Cuba, a Estados Unidos en primer t¨¦rmino, y tambi¨¦n a Puerto Rico y a Madrid y a Catalu?a, con cubano catalanista incluido y caricaturizado. El coro no es unifamiliar, si bien los efectos son los mismos, ya que la trama enlaza de principio a fin a dos familias que forman un Clan. Otro tanto sucede en Patria, con las familias de Bittori y de Miren, solo que aqu¨ª el recorrido va de la amistad a la fractura inducida por el crimen etarra.
El recurso bizantino a la anagn¨®risis es clave en Como polvo en el viento, ya que el reconocimiento de la identidad de Adela permite cerrar la inc¨®gnita que planea desde muy pronto sobre todo el relato, de modo paralelo a la resoluci¨®n de la intriga en torno a una muerte que implica a todo el Clan. Es un campo donde Padura se mueve de forma magistral. En Patria la anagn¨®risis no falta, con el reconocimiento de Joxe Mari por Txato, previo al atentado, aunque su funci¨®n sea otra: subrayar la deshumanizaci¨®n que preside la ?ekintza del primero.
Aramburu se olvida del PNV; el autor cubano, de la represi¨®n entre el entusiasmo revolucionario y el desastre actual
La relaci¨®n con el espacio permite apreciar el abismo que se abre de una novela a otra desde el punto de vista de las respectivas valoraciones pol¨ªticas. Los personajes de Patria tambi¨¦n viajan, pero siempre se encuentran cercados por una muralla invisible que les devuelve al ambiente de intimidaci¨®n y muerte en Euskadi. El bizantinismo del libro de Padura es, en cambio, imprescindible para subrayar la centralidad de las peripecias individuales. Los problemas de Cuba son un tel¨®n de fondo que l¨®gicamente recae aqu¨ª y all¨¢ sobre sus vidas, sin alterarlas demasiado. Hasta los a?os noventa disfrutan de una existencia feliz, apol¨ªtica por encima de alg¨²n rifirrafe personal y con problemas siempre superables en el exterior por su buena preparaci¨®n universitaria y la solidaridad familiar.
Ninguno de los miembros del Clan se ve afectado por el denominador com¨²n del ¡°?no es f¨¢cil!¡± que presidi¨® la vida de los cubanos en el fin de siglo. Nunca les faltan ron y whisky. En ese tel¨®n de fondo solo encontramos el salto del entusiasmo revolucionario de los setenta-ochenta al museo de horrores de la corrupci¨®n actual. Padura olvida que en aquel tiempo feliz estaba bloqueada mediante una vigilancia generalizada toda muestra de disconformidad, y adem¨¢s solo exist¨ªa por una ayuda de Rusia que convirti¨® la cubana en una revoluci¨®n subvencionada, frente al ¡°asqueroso¡± bloqueo norteamericano. La estatalizaci¨®n total de la econom¨ªa en 1968 y el traspi¨¦s de la heroica zafra de los 10 millones no significaron al parecer nada a la hora de fijar un destino de penuria para los cubanos.
En Como polvo en el viento, m¨¢s aun que en Patria, el verdadero protagonista pol¨ªtico de la crisis est¨¢ ausente. Cierto que Aramburu insiste en que la marginaci¨®n social de las v¨ªctimas nace del odio impuesto por ETA. ?Pero de d¨®nde procede ¨¦ste? ETA fue una escisi¨®n radical del nacionalismo de un PNV que ya ten¨ªa el odio en su ADN, engendrado por Sabino Arana. El nacionalismo democr¨¢tico no puede desaparecer de escena. Otro tanto ocurre en Padura. Es falaz comparar Cuba con Hait¨ª, porque Cuba era en 1959 el segundo pa¨ªs latinoamericano m¨¢s rico (?detr¨¢s de Venezuela!) y las ¨¦lites descritas por Louis A. P¨¦rez en On Becoming Cuban no ten¨ªan que escaparse de la isla, a veces para usar su sexualidad como clave fraudulenta de integraci¨®n. Y qu¨¦ decir de la basura arrojada sobre el general Ochoa, innominado, cuyo proceso estaliniano es reducido a una limpieza del ¡°esc¨¢ndalo¡± de la corrupci¨®n. Un conformismo que tiene su precio, y tambi¨¦n su coste.
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