Gu¨ªa cultural para entender una sociedad rota
Los libros sobre Trump, el feminismo, las armas, los opi¨¢ceos o Silicon Valley han dominado los cuatro a?os de mandato del presidente
Para entender la presidencia de Donald Trump, basta con observar sus productos culturales. Pocas pel¨ªculas en la ¨²ltima d¨¦cada lograron explicar el racismo que se vive en las c¨¢rceles de Estados Unidos como la serie de Netflix Orange is the New Black. Cinco meses antes de que ganara Trump, en la cuarta temporada, uno de los personajes m¨¢s adorados ¨Cla prisionera afroamericana Poussey Washington¨C muere asfixiada por un guardia blanco y racista mientras ella le alcanza a decir: ¡°No puedo respirar¡±. Fueron las palabras que pronunci¨® Eric Garner en 2014, y las mismas que pronunci¨® George Floyd hace pocos meses, cuando la polic¨ªa les quit¨® un ¨²ltimo aliento. Para explicar en detalle la crisis en las c¨¢rceles y el racismo tambi¨¦n fueron importantes hace unos a?os el documental de Ava DuVernay 13th y el libro de Michelle Alexander El color de la justicia, pero esas tres palabras son a¨²n suficientes para resumir cuatro a?os de la agenda racista que gobern¨® la Casa Blanca.
Las librer¨ªas y la televisi¨®n ahora est¨¢n inundadas por otro tipo de t¨ªtulos: los que cuentan las interioridades del Gobierno de Donald Trump, los que denuncian con justa ira el patriarcado que representa el presidente y los que intentan entender la promesa rota de las redes sociales desde que lleg¨® al poder el twitter-presidente. Las obsesiones editoriales de los ¨²ltimos cuatro a?os reflejan, en cierta medida, las nuevas heridas que ha dejado con su paso Donald Trump.
La Trump-literatura
M¨¢s de 1.200 libros se han escrito sobre Trump desde el 2016, m¨¢s del doble de los que se vendieron en los ¨²ltimos cuatro a?os de la presidencia de Obama. Son tantos que incluso el cr¨ªtico literario de The Washington Post, Carlos Lozada, acaba de publicar un libro que analiza 150 de estos, titulado What Were We Thinking. ¡°Para algunas personas, mi libro servir¨¢ como un resumen¡±, dijo recientemente el cr¨ªtico.
Los superventas sobre Trump se vendieron como si fueran pan caliente. A comienzos del 2018 los ciudadanos en Washington hicieron fila hasta medianoche para comprar Fuego y furia, del periodista Michael Wolff, cuya revelaci¨®n principal fue citar al exasesor Steve Bannon criticando la reuni¨®n que tuvo la campa?a de Trump con delegados rusos. La investigaci¨®n judicial sobre la posible interferencia de Rusia llev¨® al famoso Mueller Report, que tres editoriales (Skyhorse, Scribner y Melville House) decidieron publicar en tiempo r¨¦cord como si fuera el ¨²ltimo libro de Harry Potter. Luego llegaron Miedo (vendi¨® 1,1 millones de copias en una semana) y, m¨¢s recientemente, Rabia (vendi¨® 600.000 en el mismo tiempo), del periodista Bob Woodward, que revelaron lo que no era dif¨ªcil adivinar: que muchos de los asesores de Trump ven a su jefe como a un idiota peligroso; que algunos le esconden informaci¨®n, y que el presidente mismo escondi¨® informaci¨®n en febrero sobre la gravedad del coronavirus.
Varios exasesores de la Casa Blanca, aprovechando el boom, saltaron directos de sus cargos oficiales a firmar un contrato editorial. Publicaron libros el exasesor de seguridad nacional John Bolton; el exdirector de comunicaciones Anthony Scaramucci; o el exabogado y examigo del presidente Michael Cohen. Pero ninguno ha vendido tanto como el nuevo Siempre demasiado y nunca suficiente de la sobrina del jefe de Estado, Mary Trump, cuyo subt¨ªtulo se devuelve al fondo del problema: ¡°C¨®mo mi familia cre¨® al hombre m¨¢s peligroso del mundo¡±. El libro vendi¨® casi un mill¨®n de copias en su primer d¨ªa, un r¨¦cord hist¨®rico para la editorial Simon & Schuster.
La teleguerra contra el patriarcado
¡°Cuando eres una estrella, [las mujeres] te dejan hacerles cualquier cosa¡±, dijo en 2005 el presidente de Estados Unidos, una cita que revel¨® The Washington Post durante la campa?a presidencial de hace cuatro a?os. A la frase la precedi¨® la que se cree que ha sido la manifestaci¨®n m¨¢s grande en la historia del pa¨ªs en un d¨ªa ¨Cla marcha de las mujeres el 21 de enero del 2017¨C pero tambi¨¦n la producci¨®n de nuevos documentales que presentaron a los otros famosos de Estados Unidos que, al parecer, piensan igual que el presidente.
Est¨¢ la famosa serie de Netflix Jeffrey Epstein: Asquerosamente Rico, sobre el millonario empresario ¨Camigo de Trump, de Bill Clinton, del pr¨ªncipe Andrew de Inglaterra¨C que abus¨® de decenas de menores de edad con el silencio (o complicidad) de los hombres m¨¢s poderosos. ¡°Epstein no actu¨® solo¡±, nos aclara una de sus v¨ªctimas. Tampoco lo estuvieron otras estrellas de la m¨²sica, como lo mostr¨® HBO con su serie Leaving Neverland, sobre el abuso contra ni?os cometidos por Michael Jackson; Sobrevivir a R.Kelly sobre el abuso cometido contra mujeres j¨®venes por la celebridad del rap; u?On the Record de HBO Max, sobre los abusos cometidos un poderoso productor de hip-hop llamado Russell Simmons. M¨¢s esperado fue el documental Untouchable de Hulu, sobre el pol¨¦mico productor de cine Harvey Weinstein, y el superventas She Said de las dos periodistas de The New York Times que revelaron el esc¨¢ndalo que dispar¨® el movimiento #MeToo.
Como reacci¨®n, a las librer¨ªas lleg¨® una defensa de la furia de las mujeres. Dos buenos ejemplos son La Rabia Somos Todas de la activista Soraya Chemaly, que expuso todas las estad¨ªsticas posibles con las que las mujeres americanas pueden justificar su ira (menores salarios, menos trabajos, peor atenci¨®n m¨¦dica, acoso sexual, violencia dom¨¦stica). Y Buenas y enfadadas: el poder revolucionario de la ira de las mujeres de la periodista Rebecca Traister, que hace un argumento parecido al de Chemaly en pro de la rabia, pero con un dilema adicional para el movimiento: en 2016, la mayor¨ªa de las mujeres blancas votaron por Donald Trump. Mujeres de todas las razas y clases en EE UU protestaron contra lo peor del patriarcado durante cuatro a?os, pero un grupo de ellas le permiti¨® llegar al poder. ¡°A algunas mujeres les han ofrecido las ventajas de la supremac¨ªa blanca,¡± escribe Treister, en este libro que cuestiona las divisiones profundas en uno de los movimientos sociales m¨¢s importantes de los ¨²ltimos cuatro a?os.
El decepcionante valle de la silicona
Si la elecci¨®n Obama y la primavera ¨¢rabe trajeron la ilusi¨®n hace una d¨¦cada de que las redes sociales ten¨ªan la capacidad de transformar positivamente las democracias, cuatro a?os con el presidente m¨¢s famoso de Twitter la destruyeron. Dos semanas antes de la victoria de Trump, la serie inglesa Black Mirror public¨® su tercera temporada con un primer cap¨ªtulo que pronosticaba la pesadilla en la que se puede convertir una aplicaci¨®n como Facebook: la actriz principal termina en una c¨¢rcel tras perder su popularidad digital.
Los creadores de Facebook y Twitter ¨CMark Zuckerberg y Jack Dorsey¨C tuvieron que rendir cuentas ante el Congreso en estos a?os, pero tambi¨¦n lo hizo todo Silicon Valley en pel¨ªculas o libros. El excelente libro La batalla por Uber del periodista de The New York Times Mike Isaac hace un perfil de la empresa y de su cofundador, Travis Kalanick, en donde domin¨® una cultura en la que el acoso sexual, la explotaci¨®n laboral, los gastos desmesurados, e incluso el espionaje son transgresiones recurrentes. Parecido es el documental de HBO The Inventor: Out for Blood in Silicon Valley que revel¨® c¨®mo millonarios de Wall Street se dejaron enga?ar por la promesa de Silicon Valley, Elizabeth Holmes, una mujer que dec¨ªa tener la tecnolog¨ªa para hacer pruebas de sangre m¨¢s r¨¢pido que los laboratorios (spoiler: no la ten¨ªa).
Luego est¨¢n los desertores. Documentales como El dilema de las redes sociales, publicado recientemente en Netflix, entrevista a muchos de los extrabajadores de Facebook, Google o Twitter que critican c¨®mo el mundo de Silicon Valley se enriquece con la atenci¨®n y los datos personales de los usuarios. Pero quiz¨¢s es m¨¢s interesante el libro (casi manifiesto) de la artista Jenny Odell, quien trabaj¨® brevemente en Facebook y ha ense?ado arte digital en Stanford, y que escribi¨® C¨®mo no hacer nada: resistir a la econom¨ªa de la atenci¨®n. La vida, escribe ella, es ¡°m¨¢s que un instrumento y por ende algo que no puede optimizarse¡±. Un recordatorio necesario para los que pasamos, durante la pandemia y la campa?a presidencial virtual, m¨¢s de seis horas nadando entre los algoritmos de Silicon Valley.
Las armas y las drogas
Hay dramas que son tan viejos como Trump y que sin importar cuantas pel¨ªculas o ensayos se publiquen, el guion no cambia. No cambi¨® en estos cuatro a?os la tr¨¢gica historia de las masacres cometidas como consecuencia del laxo control de armas. The Washington Post comenz¨® a actualizar frecuentemente una base de datos que lleva el n¨²mero de personas asesinadas en esas masacres desde 1966: m¨¢s de 1.200 muertos, miles de heridos. En los ¨²ltimos cuatro a?os, un hombre asesin¨® a 60 personas durante un concierto en Las Vegas en Octubre de 2017; en febrero de 2018, un estudiante asesin¨® a 17 de sus compa?eros en una escuela de Parkland, Florida. La masacre en Florida desencaden¨® un movimiento social por el control de armas e inspir¨® la producci¨®n de al menos siete documentales. Pero ninguno revolvi¨® a los espectadores como el v¨ªdeo viral del discurso de Emma Gonzalez, una de las adolescentes sobrevivientes. ¡°No entendemos porqu¨¦ es m¨¢s dif¨ªcil hacer planes con amigos los fines de semana que comprar un arma'', dijo. ¡°A los que dicen que leyes m¨¢s estrictas no reducen la violencia, les decimos: mierda¡±.
La otra tragedia interminable es la fallida ¡®guerra contra las drogas¡¯, que ninguna serie despu¨¦s de The Wire, de 2002, ha podido retratar mejor. En estos cuatro a?os no hubo un Trainspotting o un R¨¦quiem por un Sue?o, pero el documental Heroin(e) es quiz¨¢s el que mejor explica la dolorosa crisis de los opi¨¢ceos y la hero¨ªna que sufren actualmente miles de ciudadanos. Nominado al oscar en 2018, el documental sigue a los rescatistas que intentan salvar las vidas de adictos en Huntington, West Virginia, ¡°la capital de las sobredosis en Am¨¦rica¡±. ¡°Veo este como el problema que tiene el potencial de llevar al pa¨ªs a la bancarrota,¡± dice una de las trabajadoras. La investigaci¨®n publicada en 2018 por el periodista Barry Meier, Pain killer, es la otra cara de esa moneda: la historia de c¨®mo fue una familia de millonarios en la industria farmac¨¦utica, los Sacklers, quienes promovieron desde finales de los noventa esta crisis con su peligroso opioide, OxyContin. ¡°Para 2016, el n¨²mero de muertes sobredosis con medicinas prescritas se cuadruplic¨® desde 1999'', escribe el autor. ¡°OxyContin no fue una medicina maravillosa, sino la puerta de entrada al desastre de salud p¨²blica m¨¢s devastador del siglo XXI.¡±
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