Macron rechaza la entrada de Rimbaud en el Pante¨®n
La iniciativa para trasladar al templo republicano los restos del poeta maldito junto a Verlaine, que fue su amante, dividi¨® al mundo cultural franc¨¦s
El poeta Arthur Rimbaud seguir¨¢ en el cementerio de su ciudad natal, Charleville-M¨¦zi¨¨res, en vez de ser enterrado en el Pante¨®n, como quer¨ªa un grupo de intelectuales y pol¨ªticos que en septiembre lanzaron una petici¨®n para trasladar sus restos. El presidente, Emmanuel Macron, ha rechazado, en una carta difundida el jueves, el ingreso en el templo laico de la Rep¨²blica francesa en Par¨ªs de Rimbaud...
El poeta Arthur Rimbaud seguir¨¢ en el cementerio de su ciudad natal, Charleville-M¨¦zi¨¨res, en vez de ser enterrado en el Pante¨®n, como quer¨ªa un grupo de intelectuales y pol¨ªticos que en septiembre lanzaron una petici¨®n para trasladar sus restos. El presidente, Emmanuel Macron, ha rechazado, en una carta difundida el jueves, el ingreso en el templo laico de la Rep¨²blica francesa en Par¨ªs de Rimbaud y de su amante y poeta coet¨¢neo, Paul Verlaine.
¡±No deseo ir en contra de la voluntad manifestada por la familia del difunto¡±, escribe Macron al abogado de los descendientes del autor de El barco ebrio e Iluminaciones. Estos se opon¨ªan a la iniciativa, apoyada por la ministra de Cultura, Roselyne Bachelot, y varios predecesores suyos, para enterrar a ambos poetas del siglo XIX en el mismo lugar donde reposan Voltaire, Rousseau y Victor Hugo, entre otras glorias literarias.
La decisi¨®n de Macron, que posee la potestad para decidir qui¨¦n entra en el Pante¨®n, pone fin a una de estas pol¨¦micas literarias que solo puede darse en Francia. Los partidarios del traslado defend¨ªan que la entrada en el Pante¨®n de dos hombres que, am¨¦n de poetas geniales, fueron amantes, servir¨ªa para ¡°desempolvar¡± el templo y honrar ¡°a la bohemia, a la poes¨ªa y a dos grandes homosexuales¡±. Los detractores replicaban que el Pante¨®n representa precisamente todo lo que en vida horroriz¨® a poetas malditos como Rimbaud y Verlaine: las instituciones, los oropeles, el poder. O que introducirlos juntos era un signo de una supuesta americanizaci¨®n de Francia, porque implicaba celebrarlos como pareja gay, en consonancia con las pol¨ªticas identitarias que provocan urticaria en algunos sectores de la cultura francesa.
La idea de llevar a la pareja a la catedral republicana sali¨® de una visita de un grupo de amigos, entre ellos el editor Jean-Luc Barr¨¦ y el ensayista Fr¨¦d¨¦ric Martel, a Charleville-M¨¦zi¨¨res. ¡°Nos espant¨® un poco ver al pobre Rimbaud rodeado de los suyos, de quienes no ces¨® de huir durante su vida, y quienes, despu¨¦s de su muerte, tergiversaron el sentido de su obra¡±, dijo Barr¨¦ en septiembre, tras presentar la iniciativa. ¡°Nos dijimos: ¡®?Hay que hacer algo! ?Tenemos que sacarlo de ah¨ª!¡±.
Los promotores de la panteonizaci¨®n de Rimbaud y de Verlaine recogieron miles de firmas y apoyos de personalidad culturales y pol¨ªticas. Pero toparon con una fuerte oposici¨®n entre muchos rimbaldianos, la palabra que designa a los lectores y estudiosos de quien est¨¢ considerado como uno de los fundadores de la poes¨ªa moderna.
Entre los opositores, figuraban descendientes indirectos del poeta. La tataranieta del hermano de Rimbaud, Jacqueline Teissier-Rimbaud, declar¨® a la agencia France Presse que, si Rimbaud y Verlaine entraban juntos al Pante¨®n, ¡°todo el mundo pensar¨¢: ¡®homosexuales¡¯, pero no es verdad [porque] Rimbaud no empez¨® su vida con Verlaine ni la termin¨® con ¨¦l, solo fueron algunos a?os de su juventud¡±.
En un comunicado publicado tras conocerse el rechazo de Macron, los promotores de la iniciativa se resisten a darse por vencidos. ¡°No ser¨¢ los herederos autoproclamados, ni algunos sesentayochistas antigay, ni un cargo electo [Macron] pretendidamente letrado de un quinquenio republicano ya agotado quienes impidan la entrada de la poes¨ªa en el Pante¨®n, ni la de una mayor diversidad, ni el necesario reconocimiento de la homofobia de la que Verlaine y Rimbaud fueron v¨ªctimas¡±, dicen. ¡°Pueden aplazarla, pero la hora de un nuevo Pante¨®n, m¨¢s pr¨®ximo de los franceses, m¨¢s representativo, inexorablemente llegar¨¢¡±.