Garc¨ªa Montero defiende la inclusi¨®n del legado de Gil de Biedma en el Cervantes
El director de la instituci¨®n arremete contra los que cuestionan la decisi¨®n por comportamientos s¨®rdidos de la vida del poeta
Una c¨¢psula del tiempo como es la Caja de las Letras, el espacio que el Instituto Cervantes dedica a preservar legados de escritores, intelectuales, artistas... parece adecuado para recoger documentos de un poeta para quien el paso del tiempo fue fundamental en su corta obra, Jaime Gil de Biedma: ¡°Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender m¨¢s tarde¡±, escribi¨® en su c¨¦lebre poema No volver¨¦ a ser joven. De ese tiempo que vivi¨® Gil de Biedma (Barcelona, 1929-1990) cont¨®, en una versi¨®n revisada de sus diarios Retrato del artista de 1956, detalles s¨®rdidos de su comportamiento, como sus experiencias homosexuales con menores en la prostituci¨®n de Manila, en un viaje a Filipinas. Una experiencia de la explotaci¨®n del ser humano que le llev¨® a escribir a su regreso: ¡°Es una pesadilla cuya realidad voy aplazando; duele todav¨ªa y el d¨ªa que deje de dolerme habr¨¦ dejado de ser una persona decente¡±.
Palabras que ha recogido este viernes el director del Cervantes, Luis Garc¨ªa Montero, en su defensa de la inclusi¨®n del legado del autor de Compa?eros de viaje en el sanctasanct¨®rum de la instituci¨®n que promueve la difusi¨®n del espa?ol, y a la vez contra el rechazo que ha suscitado en algunos, escritores incluidos, esta decisi¨®n. Es una pol¨¦mica recurrente, no solo en Espa?a, y que en el caso de Gil de Biedma ya se encendi¨® en 1998 entre Pere Gimferrer y Andr¨¦s Trapiello, en unas cartas al director que se cruzaron en EL PA?S. Dec¨ªa entonces Trapiello: ¡°Me parece aberrante que a los ni?os se les explote en una cama, y que se haga ostentaci¨®n de ello¡±, al hilo de lo contado por Gil de Biedma en su libro, que ¨¦l mismo reproduc¨ªa : ¡°El chiquillo que se ocup¨® conmigo ten¨ªa 12 o 13 a?os (...) No creo haber durado all¨ª mucho m¨¢s de cinco minutos. No me dejaba besarle, no me dejaba hacer nada (...) Era un pobre grumete castigado a remar, un infeliz galeotillo¡±. Sobre si Gil de Biedma hizo jactancia de su comportamiento, Garc¨ªa Montero lo ha negado.
¡°No conviene sacar los hechos de su contexto, sino aprender hacia el futuro de las desigualdades del pasado. Jaime fue una persona decente. No conviene confundir a una persona decente con un puritano. Los fil¨®logos y cientos de profesores que han estudiado su poes¨ªa destacan su capacidad para empatizar y conmoverse con los m¨¢s d¨¦biles, desde los pobres hasta las mujeres explotadas por el machismo imperante en la Espa?a que le toc¨® vivir¡±, ha dicho Garc¨ªa Montero. Sobre los que quieran cuestionar que el nombre de Gil de Biedma est¨¦ ya en el cajet¨ªn n¨²mero 1.602 de la Caja de las Letras, el director del Cervantes se ha mostrado convencido de que ¡°cuando aprendamos a respetarnos, a amarnos a nosotros mismos lejos del fango, a estar orgullosos de poetas como Jaime, dejaremos sin voz a muchos demonios del tres al cuarto¡±. Una declaraci¨®n que volv¨ªa a retomar unos versos de Gil de Biedma de Moralidades (1966), en los que se lamentaba del ¡°mal gobierno y la pobreza en Espa?a¡±. ¡°Pido que Espa?a expulse a esos demonios. Que la pobreza suba hasta el gobierno¡±.
Cuando aprendamos a respetarnos, a amarnos a nosotros mismos lejos del fango, a estar orgullosos de poetas como Jaime, dejaremos sin voz a muchos demonios del tres al cuartoLuis Garc¨ªa Montero
Garc¨ªa Montero explic¨® que conoci¨® a Gil de Biedma en 1979: ¡°Su ayuda generosa, sus indicaciones y su ejemplo definieron ante m¨ª un horizonte de trabajo¡±. M¨¢s adelante, ¨¦l fue uno de los ¡°poetas j¨®venes andaluces¡± que le homenajearon desde la revista malague?a Litoral. ¡°Era nuestro maestro y quer¨ªamos proclamarlo, porque en la vida la admiraci¨®n es mucho m¨¢s f¨¦rtil que el odio¡±. Ni?o de la guerra, que form¨® parte junto a sus amigos Carlos Barral y Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo de los escritores barceloneses de la generaci¨®n de los 50, subray¨® su ¡°profundo conocimiento de la poes¨ªa anglosajona, de Baudelaire y de los cl¨¢sicos de la poes¨ªa espa?ola¡±. La creaci¨®n en Gil de Biedma fue siempre de gran intensidad en cada verso, hasta el punto de que admit¨ªa ¡°necesitar de una relaci¨®n pasional con cada poema¡±.
Las palabras de Garc¨ªa Montero precedieron a las de la encargada de explicar y depositar el legado in memoriam de Gil de Biedma, su sobrina In¨¦s Garc¨ªa-Albi, que le record¨® como una persona ¡°muy cari?osa¡±, tambi¨¦n, los paseos en la casa familiar de Segovia y ¡°las tertulias nocturnas siempre con un whisky en la mano¡±. Y de su po¨¦tica, ¡°que no ha envejecido¡±, pese a que fue un autor de obra escasa, con solo tres libros publicados. Ello se debi¨® a que era un escritor que se confes¨® lento y muy autocr¨ªtico con lo que quer¨ªa dar a conocer de su obra. No obstante, tambi¨¦n se prodig¨® como ensayista (El pie de la letra, 1980) articulista y cr¨ªtico literario. El ¡°sobrio legado¡± incluye, entre otros documentos, una carta literaria a una de sus hermanas; una minuta de la celebraci¨®n del 75? aniversario de la Compa?¨ªa de Tabacos de Filipinas, en la que trabaj¨® como ejecutivo; la primera edici¨®n del libro Colecci¨®n particular (1969), de la editorial Seix Barral, y una semblanza sobre Picasso extra¨ªda de un volumen que homenajeaba al artista con motivo del centenario de su nacimiento.
Babelia
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