La nostalgia
Todo el mundo tiene una peque?a y aburrida cruz en esta vida y se ve que la m¨ªa va a ser el acad¨¦mico Pedro Pere Gimferrer. Sin venir en absoluto a cuento, me saca en una carta a este peri¨®dico en la que pide que en vez de meterse con Cela por su homofobia deber¨ªan meterse conmigo, pues Cela, compa?ero suyo de Academia, no s¨®lo no es homof¨®bico, sino muy partidario de los homosexuales, ya que dedica unas l¨ªneas de su extensa obra a describir una sodomizaci¨®n, sin condenarla, y en cambio a m¨ª me parece mal que Gil de Biedma se acueste con ni?os filipinos de 13 a?os y bien, por el contrario, que Antonio Machado, al que tambi¨¦n acusa de homof¨®bico, tuviera ?continuado trato carnal? (lo que no har¨¢ la Academia por la ret¨®rica) con su mujer, Leonor, de 15. Supongo que se refiere Gimferrer a un ensayo m¨ªo, El escritor de diarios, donde hablo del de Gil de Biedma. Jam¨¢s me he ocupado ni juzgado la sexualidad ni la vida privada de nadie, sino de la explotaci¨®n y la doble moral de quienes al mismo tiempo que dec¨ªan emocionarse escuchando La Internacional iban a buscar en la miseria filipina ?continuado trato carnal?, para usar la refitolera frasecita. Y eso es lo que Gimferrer calla: que Gil de Biedma se acostaba con ni?os pagando en pesos (pocos, por cierto). De lo que yo he hablado es de esto: ?La realidad consisti¨® en un prost¨ªbulo mixto, surtido de ni?os y de ni?as. (...) El chiquillo que se ocup¨® conmigo ten¨ªa 12 o 13 a?os. (...) No creo haber durado all¨ª mucho m¨¢s de cinco minutos. No me dejaba besarle, no me dejaba hacer nada. Nada de nada. (...) Era un pobre grumete castigado a remar, un infeliz galeotillo "a la concha de Venus amarrado" -de Venus Urania, bien entendu- . Empiezo a temer que el defecto de los chulos de aqu¨ª sea la falta de afici¨®n y mi recuerdo va, nost¨¢lgico, a los maravillosos chulos espa?oles, siempre prontos a olvidar en la cama que se acuestan por dinero, siempre dispuestos a aceptar el que buenamente les den...?, etc¨¦tera (Gil de Biedma, Retrato del artista en 1956). De eso estaba hablando, nada m¨¢s; de la doble moral, de la hipocres¨ªa y del cinismo. A m¨ª me da exactamente lo mismo con qui¨¦n se acueste cada uno, animal, vegetal o sint¨¦tico. Me parece aberrante, en cambio, que a los ni?os se les explote en una f¨¢brica, pero m¨¢s todav¨ªa en una cama, y que se haga ostentaci¨®n de ello, como Gil de Biedma ayer, o como Gimferrer hoy, y repugna en especial esa infamia sobre Machado, quien jam¨¢s pag¨® para acostarse con su mujer, a quien adoraba. S¨®lo me he ocupado de este sucio y s¨®rdido asunto al encontr¨¢rmelo publicado en un diario como literatura. Lo ¨²nico que tiene que aclararnos ahora Gimferrer, a quien siempre veremos del lado de los poderosos, es si le parece bien que se prostituya a los ni?os porque ?s¨®lo? son de Filipinas, o bien porque quien lo hace es nada menos que de Barcelona.- . .
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