Antonio L¨®pez, marqu¨¦s de Comillas: las pruebas de su pasado negrero
Un libro aporta detalles in¨¦ditos sobre la fortuna que obtuvo el noble y empresario con el comercio de esclavos en Cuba
Un libelo de su cu?ado era hasta hoy la principal acusaci¨®n contra el pasado esclavista de uno de los empresarios m¨¢s destacados de la historia de Espa?a, Antonio L¨®pez. ¡°?Quiere saberse el comercio que el insigne D. Antonio L¨®pez hac¨ªa? Traficaba en carne humana [¡] L¨®pez se entend¨ªa con los capitanes negreros, y a la llegada de los buques, compraba todo el cargamento o parte de ¨¦l¡±, escribi¨® en 1884 Francisco Bru, hermano de Luisa Bru. La esposa del primer marqu¨¦s de Comillas tambi¨¦n se hab¨ªa mostrado partidaria de la trata de seres humanos. Era la primera de las 238 firmantes de un manifies...
Un libelo de su cu?ado era hasta hoy la principal acusaci¨®n contra el pasado esclavista de uno de los empresarios m¨¢s destacados de la historia de Espa?a, Antonio L¨®pez. ¡°?Quiere saberse el comercio que el insigne D. Antonio L¨®pez hac¨ªa? Traficaba en carne humana [¡] L¨®pez se entend¨ªa con los capitanes negreros, y a la llegada de los buques, compraba todo el cargamento o parte de ¨¦l¡±, escribi¨® en 1884 Francisco Bru, hermano de Luisa Bru. La esposa del primer marqu¨¦s de Comillas tambi¨¦n se hab¨ªa mostrado partidaria de la trata de seres humanos. Era la primera de las 238 firmantes de un manifiesto que en 1873 ped¨ªa desde Barcelona al Consejo de Ministros que impidiera la abolici¨®n de la esclavitud en Puerto Rico. Su marido se enriqueci¨® con este negocio durante su etapa en Cuba. Un libro aporta documentos que as¨ª lo atestiguan.
Mart¨ªn Rodrigo es el autor de Un hombre y mil negocios. La controvertida historia de Antonio L¨®pez, marqu¨¦s de Comillas (Ariel). Rodrigo es profesor de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad Pompeu Fabra y experto en el pasado negrero de grandes fortunas catalanas. En 2017 coedit¨® otra obra de referencia, Negreros y esclavos. Barcelona y la esclavitud atl¨¢ntica (Icaria). El peso de la alta burgues¨ªa catalana y de sus indianos en el comercio de esclavos procedentes de ?frica fue enorme. El historiador Josep Maria Fradera calcul¨® que el capital catal¨¢n estaba detr¨¢s del 74% de los africanos trasladados a Cuba entre 1817 y 1821, cuando Espa?a deb¨ªa empezar a aplicar los acuerdos con el imperio brit¨¢nico para suprimir la trata de africanos, algo que incumpl¨ªa de forma sistem¨¢tica. En Negreros y esclavos se contabilizaban por lo menos 150 capitanes y empresarios radicados en Catalu?a que participaron en este negocio. Uno de ellos fue el marqu¨¦s de Comillas.
Antonio L¨®pez y L¨®pez (Comillas, 1817 ¨C Barcelona, 1883) abandon¨® Espa?a para hacer las Am¨¦ricas cuando en 1846 fue llamado a filas en la segunda guerra carlista. En Cuba abri¨® un almac¨¦n en un inmueble del que ser¨ªa su suegro, el empresario Andr¨¦s Bru. En 1853 regres¨® a Espa?a y estableci¨® su residencia en Barcelona, donde viv¨ªa la familia de su esposa. L¨®pez mantuvo los lazos con Cantabria, pero su conglomerado naviero, financiero e industrial tuvo como sede la capital catalana. Un hombre y mil negocios es un an¨¢lisis exhaustivo de la acci¨®n de L¨®pez como empresario y de las alianzas que sell¨® con otros destacados indianos, algunos de ellos, reconocidos esclavistas.
Rodrigo aporta a EL PA?S unas cifras estremecedoras: ¡°En toda su historia, Estados Unidos recibi¨® 380.000 esclavos procedentes de ?frica. Cuba recibi¨® 900.000 esclavos. Y de estos, 600.000 fueron transportados a Cuba de forma ilegal a partir de 1821¡±. El ¨²ltimo esclavo africano que fue desembarcado en Cuba ¨Cy en toda Am¨¦rica¨C lo hizo en 1867. Espa?a, recuerda Rodrigo, fue el ¨²ltimo pa¨ªs europeo en abolir la esclavitud ¡ªen 1886¡ª, y lo hizo tan tarde en parte por la movilizaci¨®n de grupos de presi¨®n industriales y comerciales, el m¨¢s activo, el sector catal¨¢n, capitaneado por Antonio L¨®pez.
A Rodrigo le incomodaron los argumentos de los defensores del marqu¨¦s de Comillas durante la pol¨¦mica en torno a la retirada de su estatua en Barcelona, en 2018. Por eso ha querido actualizar su anterior trabajo sobre la dinast¨ªa de los L¨®pez, publicado en 2000, para ampliar aspectos sobre el comercio con esclavos que dej¨® a un lado. Los defensores del homenaje p¨²blico al primer marqu¨¦s de Comillas ¨CGrande de Espa?a por gracia de Alfonso XII¨C arg¨¹¨ªan que la ¨²nica voz que hab¨ªa denunciado la presunta trayectoria como negrero de L¨®pez era su cu?ado, enemistado con ¨¦l por un conflicto hereditario. Otra tesis esgrimida por los partidarios de mantener la estatua es que en aquella ¨¦poca era com¨²n la transacci¨®n de esclavos. El libro de Rodrigo no solo demuestra que Antonio L¨®pez y su hermano Claudio dirigieron una de las mayores compa?¨ªas dedicadas al negocio legal de compraventa de esclavos ya afincados en Cuba, sino que con toda probabilidad se enriquecieron con el tr¨¢fico ilegal.
Investigaci¨®n brit¨¢nica
Las autoridades brit¨¢nicas alertaron en 1850 de la llegada a Cuba de la goleta Deseada, cargada con 280 africanos. La informaci¨®n del c¨®nsul brit¨¢nico en Santiago de Cuba, James Forbes, se?alaba a Antonio L¨®pez como uno de los destinatarios de los esclavos. Al ser un delito, el gobernador militar de Santiago tuvo que interrogarlo. Su declaraci¨®n fue incluida en el parte de Forbes a Londres. L¨®pez asegur¨® que ¨¦l no ten¨ªa nada que ver con aquel cargamento, y que su empresa solo se dedicaba al comercio de esclavos criollos, es decir, los ya oriundos de Cuba.
Otro indicio del comercio ilegal de personas lo encuentra Rodrigo en las cuentas de 1853 de la sociedad Antonio L¨®pez y Hermano, en la que se registran unas p¨¦rdidas por ¡°expediciones¡± que no llegaron a buen puerto con el naviero gallego Eusebio da Guarda. Barcos de este ya hab¨ªan sido identificados como medio de transporte de esclavos. El apunte contable no precisa de qu¨¦ mercanc¨ªa se trataba la ¡°expedici¨®n¡±, pero Rodrigo da por hecho que eran personas. ¡°Al tratarse de una actividad ilegal, o bien no dejaban documentos escritos o bien se destru¨ªan. Incluso se quemaban barcos¡±, apunta el autor.
La diplomacia brit¨¢nica denunciaba de forma reiterada que las autoridades coloniales espa?olas permit¨ªan el desembarco de esclavos. Empresas operadoras de vapores, como la de L¨®pez, recog¨ªan a los nuevos trabajadores forzados que los capitanes dejaban en cayos aislados para trasladarlos a puertos. Los apuntes contables y notariales que compil¨® Rodrigo en el Archivo Nacional de Cuba y en el Archivo Hist¨®rico Provincial de Santiago de Cuba indican una compraventa fren¨¦tica de esclavos por parte de los L¨®pez. Tan solo entre los a?os 1848 y 1851 constan en el libro m¨¢s de 500 esclavos adquiridos por ellos. Rodrigo subraya que el sistema habitual para legalizar a los llamados esclavos bozales ¨Clos introducidos ilegalmente desde ?frica¨C era tan sencillo como registrar previamente la venta de una partida inexistente de esclavos criollos, que los funcionarios coloniales no se encargaban de verificar. ¡°Solo as¨ª se puede entender que la firma Antonio L¨®pez y Hermano pudiera vender 47 esclavos de una tacada¡±, explica Rodrigo, ¡°todos de la supuesta propiedad de Juan de Mena Garibaldo, seg¨²n los poderes que este le otorg¨® el 15 de mayo de 1850¡±.
El ejemplo de los Goytisolo
A medida que acumulaban capital en Cuba, los L¨®pez incrementaban su actividad especulativa con la compraventa de ingenios y sus plantaciones de az¨²car. Mart¨ªn Rodrigo cuenta en el libro que lo que daba valor a estas propiedades era sobre todo el n¨²mero de esclavos registrados con ellas. Pone como ejemplo el caso de la familia Goytisolo ¨Cantepasados de los hermanos y escritores Jos¨¦ Agust¨ªn, Juan y Luis¨C, que compraron una plantaci¨®n solo para tener la mano de obra que iba incluida en la operaci¨®n. Los terrenos dejaron de ser cultivados y los esclavos fueron trasladados a otras plantaciones. El patrimonio de estos linajes fue reinvertido posteriormente en Espa?a. En el caso de Antonio L¨®pez, apunta Rodrigo, el emporio que levant¨® en la metr¨®polis no se bas¨® ¨²nicamente en los beneficios que obtuvo en sus inicios como negrero, pero sin estos, no habr¨ªa llegado tan lejos.