Muere a los 79 a?os Chick Corea, leyenda del jazz
El compositor y pianista fue pionero del jazz fusi¨®n, y en sus siete d¨¦cadas de carrera, que comenz¨® con Miles Davis, gan¨® 23 Grammy
Algunos artistas parecen inmortales; no porque su obra lo sea, ni por la talla que esta haya ayudado a forjar con los a?os, sino porque uno cree que siempre van a estar ah¨ª. Que, por mucho que pase el tiempo, seguir¨¢n creando con la misma energ¨ªa y la misma capacidad de siempre. Quiz¨¢ por esto la noticia de la muerte del pianista y compositor estadounidense Chick Corea ha sido tan inesperada: a pesar de tener 79 a?os, Corea se mantuvo activo y en plena forma hasta poco antes de morir, el pasado 9 de febrero, a consecuencia de...
Algunos artistas parecen inmortales; no porque su obra lo sea, ni por la talla que esta haya ayudado a forjar con los a?os, sino porque uno cree que siempre van a estar ah¨ª. Que, por mucho que pase el tiempo, seguir¨¢n creando con la misma energ¨ªa y la misma capacidad de siempre. Quiz¨¢ por esto la noticia de la muerte del pianista y compositor estadounidense Chick Corea ha sido tan inesperada: a pesar de tener 79 a?os, Corea se mantuvo activo y en plena forma hasta poco antes de morir, el pasado 9 de febrero, a consecuencia de una forma rara de c¨¢ncer que le fue diagnosticado poco tiempo antes.
El anuncio se realiz¨® en su p¨¢gina de Facebook. En ella, la leyenda del jazz ha dejado un mensaje de despedida: ¡°Quiero dar las gracias a todos los que me han ayudado en mi viaje a mantener ardiendo el fuego de la m¨²sica [...]. El mundo no solo necesita m¨¢s artistas, sino tambi¨¦n un mont¨®n de diversi¨®n. A todos mis m¨²sicos amigos que han sido mi familia: ha sido un honor y una bendici¨®n aprender y tocar con vosotros. Mi misi¨®n siempre fue llevar adonde pudiera la alegr¨ªa de la creatividad, y haberlo logrado con los artistas que he admirado se convirti¨® en la riqueza de mi vida¡±.
Corea fue un raro ejemplo en el jazz y la m¨²sica popular; podr¨ªamos decir que lo hizo, virtualmente, todo: ser pieza clave en la m¨²sica de Miles Davis, abrazar la vanguardia m¨¢s aguerrida, sentar las bases del jazz-rock y la fusi¨®n, reivindicar la tradici¨®n del jazz, alternar entre lo ac¨²stico y lo el¨¦ctrico adaptando su estilo a cada escenario, acercar el flamenco y las m¨²sicas latinas al jazz norteamericano, hacer m¨²sica incre¨ªblemente arriesgada y, al mismo tiempo, ser tambi¨¦n todo un superventas con m¨¢s de una veintena de premios Grammy en su haber y, en general, hacer lo que le viniese en gana en cada momento, con mayor o menor acierto art¨ªstico, pero siempre fiel a su inconfundible personalidad musical.
Sobre su vida de m¨²sico, hace cinco a?os dec¨ªa en una entrevista en EL PA?S: ¡°Uno se pasa media vida yendo de un lado a otro en autob¨²s, buscando d¨®nde dormir y comer, cada noche un escenario diferente¡ y todo eso queda atr¨¢s cuando sales a escena. Veo a los m¨²sicos como los ¨²ltimos guerreros rom¨¢nticos. Porque tienes que ser un guerrero para soportar lo que el m¨²sico soporta¡±. Y preguntado por el estilo de su nueva banda, The Vigil, reflexionaba: ¡°Me resulta muy dif¨ªcil hablar de la m¨²sica que hacemos. Creo que no existen palabras para definirla: ?jazz-rock?, ?jazz latino?, ?improvisaci¨®n libre?, ?m¨²sica cl¨¢sica?¡ Nuestra m¨²sica es todo eso y mucho m¨¢s. ?Qu¨¦ nombre ponerle a lo que hacemos? La respuesta es la propia m¨²sica. Porque la m¨²sica, la de verdad, no tiene nombre¡±. Y eso vali¨® para toda su carrera.
Corea fue uno de los cuatro pilares del piano jazz¨ªstico posterior a Bill Evans (junto a Herbie Hancock, McCoy Tyner y Keith Jarrett), y quiz¨¢ el m¨¢s ecl¨¦ctico de todos. Su estilo, tan heredero de sus amados Bud Powell y Thelonious Monk como de Bill Evans o Art Tatum, entre otras influencias, no fue el m¨¢s imitado por las generaciones inmediatamente posteriores a su eclosi¨®n en los a?os setenta, pero gran parte de los pianistas contempor¨¢neos muestran la enorme huella de su herencia: un estilo articulado, imaginativo y exigente, imprescindible para entender el piano en el jazz del siglo XXI.
Nacido Armando Anthony Corea en Chelsea (Massachussets) en 1941, de padres con origen italiano, comenz¨® a tocar el piano a los cinco a?os al abrigo de su padre, trompetista en una banda de jazz tradicional, que alternaba su pasi¨®n por gigantes del bebop como Charlie Parker y Dizzy Gillespie con compositores cl¨¢sicos como Mozart, Bach o Beethoven. Chick qued¨® para siempre marcado por esos or¨ªgenes, aplicando diferentes sensibilidades a su estilo y toda la m¨²sica que produjo en su carrera. En 1962 ingres¨® en la c¨¦lebre escuela Juilliard de Nueva York y en un par de a?os ya estaba tocando profesionalmente con Blue Mitchell, Herbie Mann o Cal Tjader. En 1966, ya con una buena reputaci¨®n en la escena, ingresa en el cuarteto de Stan Getz durante dos a?os, y en 1968 graba su primera gran obra maestra, Now He Sings, Now He Sobs, en tr¨ªo con Miroslav Vitous y Roy Haynes. El ¨¢lbum, que con los a?os se convertir¨¢ en uno de los cl¨¢sicos del piano jazz de la ¨¦poca, anuncia una carrera mete¨®rica como l¨ªder, pero esto tendr¨¢ que esperar: ese mismo a?o, Miles Davis lo ficha para su grupo, abriendo un periodo de experimentaci¨®n y desarrollo musical apabullante para la m¨²sica del trompetista, y para el jazz en general. Corea fue capital en ¨¢lbumes de Davis como In A Silent Way o Bitches Brew, que le sirvieron tambi¨¦n para expandir sus horizontes creativos, mediante el uso de teclados el¨¦ctricos y formas de improvisaci¨®n m¨¢s abiertas.
A primeros de los setenta, Corea experimenta en diferentes ¨¢mbitos: por un lado, forma junto a Anthony Braxton, Dave Holland y Barry Altschul el seminal grupo Circle, abrazando la vanguardia y la libre improvisaci¨®n; por otro, inspirado por los escritos de L. Ron Hubbard, ingresa en la cienciolog¨ªa y, en busca de formas musicales que conecten m¨¢s f¨¢cilmente con la gente, forma un grupo en el que confluye jazz, electricidad y elementos de m¨²sica brasile?a. A lo largo de toda la d¨¦cada de los setenta, Return To Forever se convertir¨¢ en buque insignia de aquello que se llam¨® jazz fusi¨®n, en el que jazz, pop y toda clase de m¨²sicas populares conflu¨ªan, llegando a grandes audiencias. ¡°En 1976 edit¨¦ ¨¢lbum My Spanish Heart con el que quise dejar testimonio de mi amor por la cultura musical espa?ola, entendiendo por tal no solamente la que procede de la Espa?a peninsular sino tambi¨¦n la de los territorios hist¨®ricos en los que se habla espa?ol, adem¨¢s del Oriente Medio y ?frica. Me siento muy conectado a ese mundo. Cada vez que vengo a Espa?a, me siento como en casa. Su cultura es, de alg¨²n modo, la m¨ªa¡±, contaba hace un lustro a EL PA?S.
Cuando llegan los ochenta, Corea ya es un m¨²sico consagrado que alterna entre las vueltas a la tradici¨®n jazz¨ªstica, como en sus reencuentros con Vitous y Haynes en Trio Music, las incursiones en el jazz-rock m¨¢s comercial, con su Elektrik Band, las interpretaciones en piano solo, mostrando algunos de sus mejores momentos art¨ªsticos, o su inter¨¦s en el flamenco y la m¨²sica latina, con encuentros tan trascendentes como los que tuvo con el maestro Paco De Luc¨ªa, que desde entonces se convirti¨® en un colaborador habitual. Gan¨® 23 Grammy y es el cuarto m¨²sico m¨¢s nominado en la historia de estos premios musicales, con 65 candidaturas.
La carrera de Corea mantuvo esa inquietud y ese eclecticismo hasta el final, d¨¦cada a d¨¦cada. Saludado ya desde finales del pasado siglo como un aut¨¦ntico cl¨¢sico vivo, el pianista se mantuvo siempre en una escalofriante forma f¨ªsica y creativa. Escucharlo en directo era presenciar a un m¨²sico vibrante, de imaginaci¨®n inagotable, siempre con una t¨¦cnica y un lenguaje fuera de lo com¨²n. Un artista que siempre pareci¨® invencible, y que deja un legado a la altura de su leyenda.