Astor Piazzolla: el ¡°asesino del tango¡± es por fin un h¨¦roe argentino
Buenos Aires homenajea al gran m¨²sico argentino en el centenario de su nacimiento
Dicen que el gran m¨²sico argentino del siglo XX ten¨ªa mal car¨¢cter. ¡°No, era un hombre muy dulce, tierno, timid¨ªsimo¡±, afirma Laura Escalada, su viuda. ¡°Ocurre que todos tenemos un car¨¢cter ¨¢spero si nos pegan¡±. Y a Astor Piazzola le pegaron bastante en Argentina. ¡°Le insultaban por la calle, incluso un taxista le acus¨® de ser el asesino del tango y se neg¨® a llevarle¡±. A los 100 a?os de su nacimiento, esa bronca se ha transformado en amor. Buenos Aires rinde estos d¨ªas todos los homenajes posibles a un marplatense criado en Nueva York que reinvent¨® la m¨²sica popular porte?a.
Astor Pantale¨®n Piazzolla (Mar del Plata, 11 de marzo de 1921-Buenos Aires, 1992) fue un pibe argentino pobre y cojo en los barrios neoyorquinos m¨¢s duros. Un peque?o inmigrante con una pierna deformada en una ciudad donde imperaba la ley seca y mandaban las mafias. Su padre, acordeonista, le compr¨® un bandone¨®n de segunda mano en una casa de empe?os. Astor aprendi¨® casi en solitario a manejar esa especie de ¨®rgano de catedral en formato port¨¢til: 10 kilos que le colgaron del cuello el resto de su vida. Luego descubri¨® a Bach, tuvo maestros, explor¨® el jazz y se convirti¨® en un m¨²sico asombroso. Pero antes de eso conoci¨® a Carlos Gardel.
Hay cosas que marcan. En 1934 Gardel ya era Gardel, una divinidad engominada. El rey del tango estaba en Nueva York y el padre de Astor quiso hacerle llegar una de las tallas de madera que fabricaba. Envi¨® al chico. L¨®gicamente, la corte de Gardel le cerr¨® el paso a la habitaci¨®n. ¡°Como era un atorrante, Astor subi¨® por la escalera de incendios y se col¨® por la ventana¡±, explica Laura. A Gardel le hizo gracia el pibe. Astor hablaba ingl¨¦s perfectamente y Gardel le utiliz¨® como traductor. Le dio un peque?o papel en la pel¨ªcula El d¨ªa que me quieras. Le escuch¨® tocar el bandone¨®n. ¡°Vas a ser grande, pero el tango lo toc¨¢s como un gallego¡±, le coment¨®. Y finalmente le ofreci¨® unirse a su siguiente gira panamericana. Vicente, el padre de Astor, se neg¨® porque el pibe ten¨ªa solo 13 a?os. Cosas del destino: Carlos Gardel y todos sus acompa?antes murieron en esa gira. Su avi¨®n se estrell¨® en Medell¨ªn, Colombia, el 24 de junio de 1935.
En 1942, Astor Piazzolla era un joven m¨²sico que hac¨ªa adaptaciones de Rajm¨¢ninov e intentaba buscarse la vida en Buenos Aires. En 1943 se cas¨® con Odette Mar¨ªa Wolff y tuvo dos hijos, Diana (1943) y Daniel (1944). Ya no tocaba el tango como un gallego, o espa?ol, empez¨® a trabajar de arreglista en la orquesta de An¨ªbal Troilo, uno de los grandes popes del tango. Esta colaboraci¨®n dur¨® poco: Piazzolla exig¨ªa demasiado, quer¨ªa cambiar cosas, obligaba a los m¨²sicos a estudiar m¨²sica. En los a?os siguientes se forj¨® su fama de maldito. Sus tangos, dec¨ªan, no eran bailables. Eran complicados. Astor Piazzolla, en fin, estaba asesinando el tango. Grababa y su orquesta tocaba en caf¨¦s, pero la vieja guardia tanguera lo repudiaba.
En 1954 viaj¨® a Par¨ªs en un buque de carga. Estudi¨® con la c¨¦lebre compositora y pianista Nadia Boulanger, que le anim¨® a no renunciar ni al tango ni a la m¨²sica cl¨¢sica. En 1959, ya de vuelta en Buenos Aires, tuvo noticia de la muerte de su padre. Astor Piazzolla se encerr¨® en su habitaci¨®n y pas¨® la noche componiendo su obra maestra: Adi¨®s Nonino. Si entre los tangos cl¨¢sicos su preferido era Flores negras, Adi¨®s Nonino fue para ¨¦l ¡°el tango n¨²mero uno¡±. La muerte del padre trajo consigo fuertes turbulencias. Se divorci¨® y rompi¨® la relaci¨®n con sus hijos. Este es un dato relevante en lo que ocurre ahora, a los 100 a?os de su nacimiento.
Como asesino del tango, Piazzolla mataba muy mal: en 1969 cre¨® un bombazo del tango, la maravillosa Balada para un loco. Y en 1975 dio el toque definitivo a su trabajo de reinvenci¨®n de ¡°la m¨²sica popular de Buenos Aires¡± con Libertango, esa melod¨ªa que todo el mundo conoce, pero no todos identifican. Para entonces se hab¨ªa casado con Laura Escalada, una joven cantante de ¨®pera y locutora de radio. La mujer que hoy sigue viviendo en el hermoso apartamento que compart¨ªan, frente al Hip¨®dromo bonaerense. Entre los recuerdos que decoran la vivienda hay una mand¨ªbula de tibur¨®n. ¡°Astor amaba pescar tiburones en Punta del Este, nada le gustaba m¨¢s¡±, explica Laura. En los a?os ochenta, con m¨¢s de 2.000 piezas compuestas, hab¨ªan empezado, por fin, los reconocimientos en Argentina.
El 4 de agosto de 1990, en un apartamento en la parisina isla de San Luis, comenz¨® el final. Astor Piazzolla sufri¨® un ataque cerebral del que nunca se recuper¨®. ¡°Fum¨® much¨ªsimo toda la vida, ya hab¨ªa sufrido un infarto y llevaba un by-pass¡±, dice su viuda. El m¨²sico, maltrecho, y su esposa volvieron a Buenos Aires. Daniel, uno de los hijos, utiliz¨® los meses de hospitalizaci¨®n para recobrar el contacto con el padre yacente. ¡°Si quedo inv¨¢lido, m¨¢tame¡±, le hab¨ªa dicho una vez Astor a Laura. ¡°Aquello, aquella forma de acabar, fue horrible¡±, suspira la viuda. El Gran Astor, reducido a un estado comatoso, falleci¨® el 4 de julio de 1992.
Laura Escalada cre¨® la Fundaci¨®n Astor Piazzolla en 1995. Durante largos a?os batall¨® para mantener viva la memoria del m¨²sico. Y hace tres, en 2018, telefone¨® a Daniel Villaflor Piazzolla, hijo de Diana (fallecida en 2009), para proponerle un trabajo junto a ella en la Fundaci¨®n. Daniel, que hab¨ªa creado una empresa a los 20 a?os, se puso a ello. ¡°Poco a poco, Laura dej¨® de ser la esposa de Astor y se convirti¨® en mi abuela¡±, dice Daniel. ¡°Lo que ocurre estos d¨ªas habr¨ªa sido imposible sin Daniel, mi nieto¡±, dice Laura, abraz¨¢ndole. La familia Piazzolla vuelve a estar unida en torno a la Fundaci¨®n.
Lo que ocurre estos d¨ªas es que el Teatro Col¨®n ha reabierto, pese a la pandemia, para homenajear a Astor Piazzolla. Que el Centro Cultural Kirchner le dedica al m¨²sico una programaci¨®n especial. Y que el a?o 2021 terminar¨¢ en Buenos Aires con m¨²sica de Piazzolla: sus obras sonar¨¢n en un gran concierto frente al Obelisco. Piazzolla ya no es el asesino del tango. Es un h¨¦roe argentino.
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