Un persa en los montes de Toledo
El hallazgo de un medall¨®n sas¨¢nida en la enigm¨¢tica ciudad isl¨¢mica de Vascos refuerza la hip¨®tesis de que fue una base minera que contrataba expertos extranjeros
Nadie sabe cu¨¢l era su nombre exacto, ni por qu¨¦ se levant¨® en aquel escarpado monte rocoso sin fuentes de agua cercanas. Ni siquiera se conoce qui¨¦n orden¨® construirla. En ning¨²n texto ¨¢rabe ni cristiano medieval aparece menci¨®n alguna de este asentamiento, y eso que lleg¨® a contar con una gran fortaleza rodeada de murallas que alberg¨® a unos 3.000 habitantes, una poblaci¨®n nada despreciable en el siglo X en un territorio de frontera. Ahora, el profesor em¨¦rito de la Universidad de Castilla-La Mancha Ricardo Izquierdo ha recuperado su memoria en Vascos: un enigm¨¢tico enclave andalus¨ª. En este trabajo ¨Dque ha presentado el pasado 16 de febrero en el Museo Arqueol¨®gico Nacional¨D relata los ¨²ltimos hallazgos en esta ciudad isl¨¢mica levantada en Navalmoralejo (Toledo), entre ellos un enigm¨¢tico medall¨®n que viaj¨® m¨¢s de 6.500 kil¨®metros desde el imperio sas¨¢nida hasta la Pen¨ªnsula y que puede resolver el misterio.
Los expertos llevan excavando en el yacimiento de Vascos desde 1975 y en este tiempo han desenterrado la alcazaba, han intervenido en las murallas ¨Dcon dos grandes puertas y 7 portillos¨D y han sacado a la luz los restos de algunas viviendas. Extramuros se han excavado ba?os, tener¨ªas y dos cementerios con tumbas cerradas con grandes piedras, pero los cuerpos han desaparecido por la acidez del terreno. All¨ª fueron inhumados durante m¨¢s de un siglo los habitantes de las 600 viviendas de la ciudad. Los arque¨®logos han encontrado numerosos objetos que dejaron tras de s¨ª: bisagras, candados, llaves, pasadores, cerrojos, cucharas, cuchillos, barre?os, platos, fuentes, jarras, candiles, agujas de hueso, botones, cuchillas de barbero, flautas...
La capacidad econ¨®mica de los residentes no era elevada, ya que se han encontrado numerosas monedas partidas o recortadas que serv¨ªan para abonar los gastos diarios El valor de estas piezas se determinaba por su peso real mediante balanzas que tambi¨¦n se han hallado.
El yacimiento, declarado monumento hist¨®rico-art¨ªstico en el a?o 1931, es un conjunto monumental ¡°sobre el que se ciernen muchas interrogantes y muchos enigmas¡±, dice el profesor. Se comenz¨® a levantar en ¨¦poca omeya (siglo IX) en la zona fronteriza que divid¨ªa la Pen¨ªnsula entre los reinos cristianos y al-?ndalus. El Sistema Central ejerc¨ªa de muralla entre ambos mundos. A 430 metros de altura, la ciudad se alzaba rodeada de bosques de encinas, acebuches y lentiscos y ocupaba unas ocho hect¨¢reas defendidas por una muralla.
Los expertos sospechan que su fundaci¨®n pudo tener una motivaci¨®n estrat¨¦gica para la defensa de la l¨ªnea del Tajo organizada durante el gobierno de Abderram¨¢n III. ¡°Se tratar¨ªa, por consiguiente, de controlar un cercano vado en el Tajo por el que podr¨ªan adentrarse las tropas cristianas¡±, sospecha Izquierdo.
Pero tambi¨¦n es posible que hubiese servido para controlar una zona de tribus bereberes enemigas de los omeyas. Las frecuentes sublevaciones motivaron que Abderram¨¢n III enviara tropas a la cercana Talavera ¨Dque ten¨ªa un distrito llamado Bask, de donde puede provenir el nombre de la ciudad de Vascos¨D para aplastarlas. Por eso los arque¨®logos se preguntan si el asentamiento fortificado se fund¨® para controlar a los bereberes.
Una tercera hip¨®tesis, en cambio, asocia el lugar con el trabajo de metales. Los investigadores recuerdan que, a unos 15 kil¨®metros, en la sierra Jae?a, se conocen desde ¨¦poca romana minas de oro. Las Relaciones topogr¨¢ficas de Felipe II (1576) relatan un carril que un¨ªa estos yacimientos aur¨ªferos con la zona donde se levanta la alcazaba. Se han hallado algunos moldes para fundir amuletos o joyas de metales preciosos y una posible lingotera para verter plata.
El hallazgo ahora de un medall¨®n de forma estrellada, de 10 cent¨ªmetros de di¨¢metro, posiblemente sas¨¢nida (¨²ltima fase del imperio persa) entre los escombros de la alcazaba permite vislumbrar nuevas respuestas. Se trata de una pieza que su propietario llevaba adherida a un elemento de cuero o madera y que se le desprendi¨®. Representa una figura cubierta por un tocado con dos cintas a modo de ¨ªnfulas y que por su iconograf¨ªa se asemeja a las usadas en el imperio asi¨¢tico. ¡°Los persas estaban muy especializados en minas de plata y fueron conquistados por los musulmanes. Por lo tanto, no ser¨ªa muy errado aventurar que llegara a Vascos un experto persa para dirigir o controlar la explotaci¨®n argent¨ªfera de este asentamiento especializado. Es cierto que es especulaci¨®n, pero es una respuesta a qu¨¦ hac¨ªa un sas¨¢nida del siglo X en un cerro rocoso, aislado y agreste de Toledo¡±, concluye el catedr¨¢tico.
El medall¨®n parece dar sentido a la extra?a localizaci¨®n de la ciudad: un enclave minero-metal¨²rgico en la etapa omeya que termin¨® convirti¨¦ndose en el siglo XI en la posici¨®n m¨¢s occidental de la taifa de Toledo y que tuvo que asumir funciones militares, crecer en poblaci¨®n y defensas. Luego fue conquistada por Alfonso VI, al que no le interes¨® nada aquel inh¨®spito lugar, lo abandon¨® y as¨ª comenzaron las interrogantes sin respuesta hasta que alguien encontr¨® un medall¨®n que no deb¨ªa estar ah¨ª.
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