¡®Chaos Walking¡¯: demasiado ruido

Basada en la trilog¨ªa de fantas¨ªa juvenil del autor de Un monstruo viene a verme, Patrick Ness, Chaos Walking es un w¨¦stern de ciencia ficci¨®n cuya ambici¨®n se disuelve por el camino. Ca¨®tica en el peor sentido de la palabra. Despu¨¦s de pasar por las manos de media docena de guionistas la cosa ser¨ªa as¨ª: el protagonista es un joven (Tom Holland) criado en un pueblo de un futuro lejano Oeste donde solo viven hombres cuyos pensamientos son transparentes para el vecino. Son colonos en un nuevo mundo a¨²n virgen, pero que viven acosados por el ruido de sus pensamientos y su falta de privacidad.

Subyace un fen¨®meno extra?o: no queda ni una sola mujer en el pueblo, al parecer, fueron asesinadas por los extraterrestres nativos. Ellas, por cierto, s¨ª sab¨ªan ocultar sus pensamientos. El vac¨ªo femenino se rompe el d¨ªa en que una nave espacial exploradora cae por accidente con una sola superviviente, una joven astronauta que, de entrada, rompe con la est¨¦tica primitiva de los fornidos neogranjeros. Interpretada por Daisy Ridley (la heredera de Luke Skywalker) es f¨¢cil ver en ella a un h¨ªbrido de su personaje en La guerra de las galaxias y Milla Jovovich en El quinto elemento, aunque con la paleta de colores invertidos: aqu¨ª el pelo es rubio y el mono, con tirantes naranja butano.

Con esas fichas en el tablero, Chaos Walking propone una aventura que funciona bien en algunos momentos, especialmente en todo lo que rodea a la amistad entre los personajes de Tom Holland y Daisy Ridley, pero que hace aguas en casi todo lo dem¨¢s, especialmente en su intento de ser una f¨¢bula antipatriarcal. Aunque la peor decisi¨®n de todas est¨¢ en su columna vertebral, en esos pensamientos que fluyen por el aire y a la vista de todos, una idea que si se hubiera resuelto de una manera menos ramplona y embarullada, podr¨ªa haber distinguido a una pel¨ªcula que, como tantas, se estrella en su temor de que el espectador no entienda nada.