¡®El verano de Cody¡¯: una peque?a joya

La historia de amistad entre un veterano de la guerra de Corea y un ni?o de nueve a?os asi¨¢tico americano es el coraz¨®n de una pel¨ªcula que transita por lugares dolorosos con sencillez y ligereza. En la piel del anciano est¨¢ el fallecido actor Brian Dennehy, estrella del teatro y la televisi¨®n estadounidenses que brill¨® a finales de los a?os ochenta en pel¨ªculas de Hollywood como Silverado, Cocoon o Presunto inocente, y que aqu¨ª borda a un personaje solitario, tierno y conmovedor. Aunque resulta imposible no tener en la cabeza a Clint Eastwood y su Gran Torino, El verano de Cody discurre por otros derroteros m¨¢s intimistas, donde un anciano y un ni?o que apenas se conocen son capaces de entablar una relaci¨®n humana y as¨ª curarse el uno al otro.

Con enorme delicadeza, la segunda pel¨ªcula de Andrew Ahn convoca en un suburbio cualquiera a los fantasmas de unos personajes heridos. Una madre soltera (maravillosos la actriz Hong Chau y el ni?o Lucas Jaye) viaja con su hijo, un chico t¨ªmido y sensible, para hacerse cargo de la casa de su hermana muerta, con la que hab¨ªa perdido el contacto hace a?os. All¨ª, se encontrar¨¢n con un vecindario que los observa con curiosidad. Sobre todo, el viejo vecino, un viudo cuya ¨²nica diversi¨®n son las partidas de bingo junto a otros veteranos de guerra.

Resulta sorprendente la cantidad de patolog¨ªas, conflictos familiares y sociales que esta pel¨ªcula pone sobre la mesa de una forma sutil y sosegada, con enormes dosis de bondad en la mirada: el alzh¨¦imer, el s¨ªndrome de Di¨®genes, la discriminaci¨®n sexual, el rechazo a la inmigraci¨®n, el bullying¡­ ?Hasta la obesidad!. Andrew Ahn pasa las p¨¢ginas de su pel¨ªcula con elegancia, a trav¨¦s de peque?os detalles que lo dicen todo y que van dotando de peso a cada personaje hasta hacerlos completamente vivos.