¡®Burden¡¯, formaci¨®n y redenci¨®n de un racista
La pel¨ªcula, basada en un hecho real, se acerca a esas personas que, individualmente, son apenas nadie, pero que en grupo conforman tanto el germen de la violencia como la m¨¢s peligrosa de las jaur¨ªas
Las peque?as historias alrededor del racismo, la intolerancia y la mugrienta capacidad del ser humano para inyectar odio son las que mejor demuestran la capacidad del l¨ªder para aglutinar barbarie en los reductos que m¨¢s le convienen: all¨ª donde la desesperanza, la crisis, la furia y la ignorancia campan a sus anchas. Burden, basada en una historia real ocurrida en un poblacho de Carolina del Sur en 1996, se acerca a esas personas que, individualmente, son apenas nadie, pero que en grupo conforman tanto el germen de la violencia como la m¨¢s peligrosa de las jaur¨ªas, las que se hacen fue...
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Las peque?as historias alrededor del racismo, la intolerancia y la mugrienta capacidad del ser humano para inyectar odio son las que mejor demuestran la capacidad del l¨ªder para aglutinar barbarie en los reductos que m¨¢s le convienen: all¨ª donde la desesperanza, la crisis, la furia y la ignorancia campan a sus anchas. Burden, basada en una historia real ocurrida en un poblacho de Carolina del Sur en 1996, se acerca a esas personas que, individualmente, son apenas nadie, pero que en grupo conforman tanto el germen de la violencia como la m¨¢s peligrosa de las jaur¨ªas, las que se hacen fuertes a partir del odio al otro. Un grup¨²sculo de desarrapados, carne de ca?¨®n, encabezados por un caudillo local con cierta palabrer¨ªa, que tiene la peculiar idea de abrir un museo del Ku Klux Klan, con tienda incluida, en un local abandonado pero emblem¨¢tico de la localidad: el viejo cine, con un largo historial de segregaci¨®n.
Andrew Heckler, de singular trayectoria profesional ¡ªactor de quinta fila en cine y televisi¨®n entre 1994 y 2003, no se le conocen cr¨¦ditos durante los 15 a?os posteriores, hasta este su debut como guionista y director¡ª, parece haber volcado en su ¨®pera prima lo vivido y rumiado durante a?os en torno a las camarillas del supremacismo blanco. Y desgraciadamente, no estamos ante una historia del pasado, sino muy presente: no es dif¨ªcil ver en los rostros, las actitudes y las pintas de los hombres del clan a los causantes de recientes disturbios en diversas poblaciones de EE UU. Ni tampoco puramente local, pues algunas de las frases del desprecio resuenan con aplastante actualidad en demasiados lugares del mundo: ¡°Los negratas, siempre comiendo de las ayudas p¨²blicas¡±.
Tiene el relato de Burden dos partes bien diferenciadas. Primera, la del retrato del adiestramiento del protagonista, una especie de perro pach¨®n no demasiado espabilado, amaestrado para convertirse en un pitbull de ataque, y el encuentro de este con una mujer que, a base de amor y lealtad, le ir¨¢ cambiando las ideas hasta separarlo de la banda. Y segunda, la del encuentro de la pareja con el otro lado de la trinchera de la fobia y de la bandera confederada: la parroquia familiar y religiosa de un reverendo negro pacifista.
La mitad inicial es interesante, est¨¢ bien desarrollada y es incluso bella en su visualizaci¨®n. Sin embargo, en el segundo trecho del relato, iniciado por una incomprensible fase en la indigencia, se acumulan los brochazos f¨¢ciles. De m¨¢s a menos, Burden acaba resultando demasiado gruesa en la construcci¨®n de sus conflictos y en la canalizaci¨®n de sus redenciones.
Burden
Direcci¨®n: Andrew Heckler.
Int¨¦rpretes: Garret Hedlund, Andrea Riseborough, Forest Whitaker, Tom Wilkinson.
Plataforma: Movistar.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2018.
Duraci¨®n: 117 minutos.