¡®M¨ªa y Moi¡¯: fraternidad t¨®xica

El debut en el largometraje de Borja de la Vega es un drama sombr¨ªo sobre las relaciones entre los dos hermanos del t¨ªtulo, M¨ªa y Moi. El filme, escrito tambi¨¦n por De la Vega, arranca con el reencuentro de los dos personajes y el novio del hermano en una casa familiar cerca de la costa, una casa tan l¨®brega como el estado emocional de sus ocasionales habitantes. Se entiende que la madre ha muerto, que el padre era un maltratador que desapareci¨® de sus vidas y que los dos hermanos arrastran una importante mochila de traumas que poco a poco ir¨¢n aflorando.

El peso de la historia, y su pr...

El debut en el largometraje de Borja de la Vega es un drama sombr¨ªo sobre las relaciones entre los dos hermanos del t¨ªtulo, M¨ªa y Moi. El filme, escrito tambi¨¦n por De la Vega, arranca con el reencuentro de los dos personajes y el novio del hermano en una casa familiar cerca de la costa, una casa tan l¨®brega como el estado emocional de sus ocasionales habitantes. Se entiende que la madre ha muerto, que el padre era un maltratador que desapareci¨® de sus vidas y que los dos hermanos arrastran una importante mochila de traumas que poco a poco ir¨¢n aflorando.

El peso de la historia, y su principal lastre, est¨¢ puesto en el hermano que encarna Ricardo G¨®mez, un personaje con problemas mentales que acaban resultando mal encajados y bastante postizos pese a que son determinantes en los acontecimientos. Mientras que el personaje que interpreta Bruna Cus¨ª resulta algo m¨¢s veraz y mejor aclimatado, el hermano se deja llevar por su estado depresivo, se atiborra a pastillas y se autocompadece sin remedio. La crisis de pareja con su novio (Eneko Sagardoy) se tuerce a¨²n m¨¢s cuando se presenta en la casa por sorpresa el ex de la hermana, un chulo de manual que cargar¨¢ de tensi¨®n las ya de por s¨ª complicadas relaciones de la casa. Este personaje, interpretado por Joe Manj¨®n, es un punto de inflexi¨®n en la pel¨ªcula, que parec¨ªa adormecida hasta la llegada de un tipo que encarna todos los fantasmas propios de un maltratador. Sin embargo, la verdadera toxicidad de la historia ser¨¢ la que est¨¢ establecida entre los dos hermanos, v¨ªctimas y verdugos, condenados a una dependencia enfermiza que se resolver¨¢ en el tramo final de un filme que apunta maneras, pero que se pierde en una sordidez emocional que resulta ortop¨¦dica y por tanto intransitable.