Los ni?os no adjetivan
Los ni?os son imprevisibles como actores, pero perciben en seguida lo que est¨¢ pasando a su alrededor
Me encuentro con la actriz Bruna Cus¨ª. Brindamos por la selecci¨®n de la estupenda Estiu 1993 para los Oscar, donde interpreta a la madre. Quiero preguntarle c¨®mo fue trabajar con Laia Artigas (Frida) y Paula Robles (Anna), las ni?as protagonistas, que tienen una fuerza, una mirada y un carisma como no ve¨ªa desde El esp¨ªritu de la colmena. Bruna ha compartido rodaje con ni?os en televisi¨®n y cine. ¡°Para m¨ª es un regalo trabajar con ellos¡±, me dice, ¡°porque te colocan en un instant¨¢neo nivel de verdad. En teatro son el mejor p¨²blico posible: si no les das verdad no entran en la obra. Y como actores son imprevisibles, pero perciben en seguida lo que est¨¢ pasando a su alrededor. Entre ensayos y rodaje estuvimos casi tres meses. Carla Sim¨®n, la directora de Estiu 1993, quer¨ªa que cre¨¢ramos una familia en los ensayos, pasar d¨ªas y d¨ªas con ellas, que se acostumbraran a llamarnos ¡°padre¡± y ¡°madre¡±, y en el rodaje improvis¨¢bamos a partir de las situaciones de la historia. O sea, momento a momento. Hay frases que brotaban con una naturalidad extraordinaria. Cuando Paula, la peque?a, dice, por ejemplo, ¡®Yo te quiero mucho¡¯. Los actores adultos damos cien vueltas a una frase como esa, la estudiamos, la preparamos, y siempre queda algo artificiosa. Los ni?os te desarman con su sencillez. No subrayan, no adjetivan. Y te ense?an que en la vida no se ¡®coloca¡¯ la emoci¨®n. Contra lo que podr¨ªa pensarse, ten¨ªan muy clara la diferencia entre ficci¨®n y realidad. La peque?a incluso nos lo marcaba: ¡®Ahora no soy Paula, soy Anna¡¯. Carla rodaba en planos secuencia para darles libertad. Con la c¨¢mara alejada, para no ser intrusiva. Repet¨ªamos much¨ªsimo. Y cuando las ni?as estaban fant¨¢sticas¡±, r¨ªe, ¡°nosotros est¨¢bamos agotados¡±.
De las muchas historias que me cuenta Bruna, retengo esta:
¡°La escena que no olvidar¨¦ es cuando Frida me pregunta c¨®mo muri¨® su madre y yo se lo cuento poco a poco, sin mentirle pero con delicadeza. Era una secuencia muy dif¨ªcil, que se rod¨® casi al principio. Carla, Laia y yo nos alejamos del set para concentrarnos y as¨ª reforzar el v¨ªnculo entre los dos personajes. Yo le dec¨ªa a Frida ¡°te voy a cuidar siempre, te proteger¨¦ toda la vida¡±, para que esas frases le ayudaran a encontrar el estado emocional adecuado. Frases que para un ni?o son poderosas. Le mostraba lo que sent¨ªa y le hac¨ªa repetirlas, sin dejar de mirarnos. Luego rodamos y reforc¨¦ el contacto d¨¢ndole la mano por debajo de la mesa. De repente escuchamos un ruido fuerte a nuestra espalda, y yo, en un acto reflejo, la abrac¨¦ y la saqu¨¦ afuera: la proteg¨ª, como le hab¨ªa prometido. Al volver supe que la causa del ruido era que un sonidista se hab¨ªa desmayado por la tensi¨®n. Quiero mucho a las dos ni?as, hemos viajado juntas a varias presentaciones, pero s¨¦ que con Laia se ha creado un v¨ªnculo especial, porque adem¨¢s me dijo, aunque es muy cr¨ªa todav¨ªa, que quiere estudiar teatro¡±.
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