¡®Poliamor para principiantes¡¯: el viejo Colomo sigue siendo joven

Hace casi 45 a?os, Fernando Colomo puso con Tigres de papel (1977) la primera piedra de lo que se acab¨® llamando comedia madrile?a, fijando la vista en su generaci¨®n y en los nuevos modos de vida sentimental de los espa?oles, que acababan de salir de una dictadura. Poco despu¨¦s, con Estoy en crisis (1982), abord¨® la debacle de los 40 a trav¨¦s de la figura de un hombre casado y con una amante, pero a la b¨²squeda de nuevos alicientes sexuales. En 1987, con La vida alegre, radiografi¨® las enfermedades de transmisi¨®n sexual, siempre en clave de comedia. En 1988, con Bajarse al moro, v¨ªa obra teatral de Jos¨¦ Luis Alonso de Santos, analiz¨® con frescura y complejidad la confrontaci¨®n entre los antisistema, parad¨®jicamente fieles, y los presuntamente convencionales, transgresores de todas las normas. En 1995, con El efecto mariposa, abord¨® el efecto rechazo en la sociedad biempensante de una relaci¨®n de pareja de edad desigual, donde era la mujer la que sacaba muchos a?os al joven. Y son solo unas cuantas pinceladas pasionales en una encomiable carrera con 23 largometrajes de ficci¨®n.

Colomo tiene 75 a?os, pero ah¨ª sigue, como el cineasta ideal para mostrar cada nuevo modo de conducta social, sentimental y sexual entre j¨®venes o adultos, y re¨ªrse no ya de ello sino siempre con ello. Dando lecciones sin dar una sola lecci¨®n. Poliamor para principiantes, que ya se ha definido bien por sus propios autores como una comedia polirrom¨¢ntica, pues clava la estructura acad¨¦mica de estas, aunque a varias bandas, hasta culminar con el clich¨¦ del reencuentro en el aeropuerto a punto de coger un avi¨®n, est¨¢ lejos de sus mejores pel¨ªculas, pero le honra su capacidad para dibujar la tonter¨ªa contempor¨¢nea en dos vertientes de inter¨¦s.

La primera, las nuevas formas de relaciones sentimentales y sexuales, hasta ahora esquinadas y ahora vislumbradas con una cierta amplitud: la cocrianza de los hijos, la polifidelidad, los arreglos geom¨¦tricos, la compersi¨®n ¡ªalgo as¨ª como los celos al rev¨¦s: sentimientos positivos al ver a tu pareja disfrutar de otra relaci¨®n¡ª y otras cuantas palabras inexistentes en el diccionario, pero con pr¨¢cticas reales en nuestra sociedad. Y segundo, y eso es lo mejor de la pel¨ªcula, y lo que m¨¢s encaja con el cine y la sensibilidad de Colomo, el mensaje final de tolerancia: all¨¢ cada cual con su vida, si hay visto bueno por todas las partes y no se molesta a nadie.

Con guion de Casandra Mac¨ªas-Gago y Marina Maesso, junto al propio director, Poliamor para principiantes a?ade tambi¨¦n la eclosi¨®n de los youtubers, los encuentros de amantes de los c¨®mics, con adultos vestidos como ni?os disfrazados, y, c¨®mo no, los extremos del lenguaje inclusivo. Un conjunto al borde del delirio con esos efectos infogr¨¢ficos de tebeo, pero simp¨¢tico pese a sus desperfectos, que los tiene. Y una irregularidad patente tanto en los gags como en las interpretaciones, donde destaca ese animal de la comedia que es Karra Elejalde.