La perspectiva Battiato
Los amigos y colaboradores del m¨²sico descifran el testamento de un artista enigm¨¢tico que vivi¨® siempre acorde a sus creencias y cre¨® sus ¨²ltimas obras pensando en el m¨¢s all¨¢
El d¨ªa en que muri¨® Franco Battiato, el Etna se activ¨® por el lado opuesto a la ladera donde ¨¦l viv¨ªa y llen¨® el cielo de ceniza rosada. El m¨²sico se mud¨® aqu¨ª cuando descubri¨® que un amigo de Silvio Berlusconi hab¨ªa ganado las elecciones de forma fraudulenta en Catania, la ciudad italiana donde dio los primeros pasos y cuyo horizonte puede verse desde la pendiente del jard¨ªn de tierra volc¨¢nica. Justo ah¨ª, alrededor de la iglesia desconsagrada que mand¨® reconstruir hace a?os, se reunieron la mayor¨ªa de sus amigos y familiares para despedirle el mi¨¦rcoles en una ceremonia ¡ªde rito cat¨®lico, pero sin misa¡ª en la que leyeron algunos versos y escucharon la homil¨ªa de un sacerdote que le acompa?¨® en el ¨²ltimo tramo del tr¨¢nsito que inici¨® cuando, unos cinco a?os atr¨¢s, le fue detectada una enfermedad irreversible. Para muchos fue una sorpresa. Si uno revisa ahora su obra, en realidad, hab¨ªa dejado escrito casi todo sobre aquel pasaje.
Battiato se hab¨ªa marchado a las 5.30 del d¨ªa anterior, en ese claroscuro donde el alba es tan dif¨ªcil de percibir entre las sombras, como cantaba en Perspectiva Nevski (Patriots, 1980). La enfermedad apret¨® de repente. Le apart¨® de la m¨²sica. El coronavirus, tambi¨¦n de algunos de sus allegados. En los ¨²ltimos tiempos pens¨® mucho en san Juan de la Cruz y en santa Teresa de ?vila y en ese camino del sufrimiento, como recuerda su ¨ªntimo amigo y manager, Francesco Franz Cattini. No debi¨® de ser un tr¨¢nsito f¨¢cil. Pero ninguno de los ocho ¨ªntimos que dan su testimonio para este reportaje lo recuerda con tristeza. Estaba completamente preparado, se?alan. ¡°Lo vivi¨® con serenidad y se fue con una sonrisa¡±, recuerda Franz, con quien grab¨® todos sus discos desde el a?o 2000 y viaj¨® a Irak en 1992 para hacer un hist¨®rico concierto humanitario.
Su representante sigui¨® acompa?¨¢ndolo a todos los conciertos hasta su ¨²ltima gira en 2017, cuando decidi¨® dar un paso al lado y comenzar a prepararse para ese viaje hacia el otro lado para el que hab¨ªa estudiado toda una vida. Se advert¨ªa en La porta dello spavento supremo (2004). O en el documental que grab¨® y titul¨® Atravesando el bardo (miradas desde el m¨¢s all¨¢) en 2014. Tambi¨¦n escuchando atentamente el tema Testamento, del ¨¢lbum ?brete S¨¦samo (2012), el ¨²ltimo que compuso con canciones nuevas y que cantaba aquello de: ¡°No nos hemos muerto nunca, no hemos nacido jam¨¢s¡±. Quer¨ªa, como ¨¦l dijo una vez en una entrevista, que este paso definitivo estuviera ¡°bien calculado¡±.
Los ¨²ltimos tiempos los pas¨® con su hermano Michele y su sobrina Grazia, herederos de su obra, que se mudaron a su casa de Milo. Escuchaba m¨²sica cl¨¢sica en la radio y en la televisi¨®n. Nada de pop. Jam¨¢s sus discos. Pocos libros, menos lecturas de las que sol¨ªa. Hab¨ªa incluso dejado de meditar despu¨¦s de visitar hac¨ªa algo m¨¢s de tres a?os antes a su referente Willigis J?ger, que le confes¨® que tambi¨¦n hab¨ªa abandonado el ejercicio. El padre Guidalberto Bormolini, sacerdote de larga experiencia en misi¨®n en la India, especialista en acompa?amiento a la muerte, estuvo cerca de ¨¦l en los ¨²ltimos a?os y ofici¨® la ceremonia del mi¨¦rcoles: ¡°Rez¨¢bamos por la noche al tel¨¦fono. Estaba muy preparado para este viaje. Le pregunt¨¦ cuando ya estaba enfermo si ten¨ªa miedo o preocupaciones que le pesaran. Siempre me dijo que no, que estaba listo para todo porque hab¨ªa hecho su vida. Lentamente hablaba menos, pero hasta que pudo hacerlo afrontamos estos temas. Sent¨ªa que hab¨ªa cumplido su misi¨®n. Y cumplir una misi¨®n es el modo m¨¢s sereno para dejar esta vida. La muerte no es un drama, es solo una posibilidad¡±.
La pintura fue su ¨²ltimo canal expresivo en ese tr¨¢mite. Recib¨ªa visitas de los amigos, como el joven y talentoso m¨²sico siciliano Giovanni Caccamo, que sol¨ªa sentarse a tocar su piano de media cola y charlaba con ¨¦l. La ¨²ltima vez fue en abril, pero hac¨ªa mucho que se conoc¨ªan. ¡°Fue en 2012. Nadie cre¨ªa que pod¨ªa vivir de mi m¨²sica, ni siquiera mi madre. Una amiga me dijo que Franco hab¨ªa alquilado una casa en Donnalucata (en Ragusa). Me escond¨ª cuatro horas detr¨¢s de un ¨¢rbol y cuando sali¨® me acerqu¨¦ a ¨¦l. ¡®?Qu¨¦ lleva ah¨ª. ?Un compacto? D¨¦melo, venga. Adi¨®s¡¯, me dijo muy seco¡±. Al cabo de unas horas ten¨ªa cuatro llamadas perdidas. A Battiato le hab¨ªa gustado y le produjo su primer disco. ¡°Fue un mentor para m¨ª¡±. Caccamo, que gan¨® en San Remo, como su maestro en 1981, ley¨® un poema en la ceremonia que hab¨ªa escrito la noche antes.
La despedida reuni¨® a unas 70 personas. Algunos recitaron fragmentos de L¡¯ombra della luce, otra obra prof¨¦tica sobre los albores de la muerte. ¡°Difendimi dalle forze contrarie. La notte, nel sonno, quando non sono cosciente. Quando il mio percorso si fa incerto. E non abbandonarmi mai. Non mi abbandonare mai¡±. Francesco Messina, compa?ero ¨ªntimo, escudero de viajes f¨ªsicos y espirituales, autor de las portadas m¨¢s emblem¨¢ticas del m¨²sico, recuerda algunos de esos textos. ¡°El centro de todo era el sentido de la vida y el sentido de la muerte. Eso es lo que ha juntado a todos los viejos amigos de Franco. El mi¨¦rcoles sucedi¨® algo en lo que me gust¨® participar. Sent¨ª que Franco hab¨ªa conseguido reunir a personas en nombre de algo que ¨¦l repet¨ªa mucho: el amor como fuerza originaria¡±. Una idea que repite tambi¨¦n en Le nostre anime (2015), con una voz que quiz¨¢ ya no era la m¨¢s transparente, marcada por algunos sufrimientos. ¡°Nuestras almas buscan otros cuerpos en otros mundos donde no hay dolor. Solo paz. Y amor, amor¡±, cantaba. ¡°Ese creo que fue exactamente su foco, el objetivo de su b¨²squeda¡±, recuerda su amigo.
Su manager public¨® una esquela el mi¨¦rcoles en Il Corriere della Sera. ¡°Gracias por lo que me has ense?ado. Por lo dicho, y sobre todo, por lo no dicho¡±. Los silencios de Battiato eran antol¨®gicos, cuentan sus amigos. Si segu¨ªas su argumento, bien. De lo contrario, ve¨ªas partir al personaje con su inteligencia desbordante y su intuici¨®n. En los ¨²ltimos a?os, sin embargo, no ten¨ªa ganas de mucho. Su proyecto de pel¨ªcula sobre H?ndel, su compositor favorito, se qued¨® a medias, pese a que ya lo ten¨ªa escrito y hab¨ªa estudiado durante ocho a?os la vida del m¨²sico. Ten¨ªa incluso escogidas las m¨²sicas sobre las que se sobrepondr¨ªan las im¨¢genes. ¡°No son d¨ªas tristes, porque Franco ha dejado este mundo con una sonrisa. Y lo digo realmente. Estaba sereno y preparado. Primero porque llevaba muchos a?os enfermo, y sab¨ªa que suceder¨ªa. Pero tambi¨¦n porque ha pasado toda una vida prepar¨¢ndose para esa separaci¨®n. Y lo ha hecho tal y como lo transmiti¨® en sus canciones, es extremadamente coherente con lo que es ¨¦l. Con la invitaci¨®n al viaje que siempre nos propuso, considerando que la existencia tiene un principio y un final. Pero es un viaje que puede volver a empezar, porque ¨¦l cre¨ªa en la reencarnaci¨®n¡±, explica Messina.
Battiato, siguiendo la ense?anza de Gustav Klimt o Andrei Rublev, siempre quiso que se prestase m¨¢s atenci¨®n a su obra que al personaje que encarnaba. Pero el magnetismo de su figura, un enorme misterio andante que transit¨® el sinuoso camino de la vanguardia hasta el pop, era irresistible a esa curiosidad. Incluso cuando se ha ido. Stefano Senardi, quien fue presidente de PolyGram y arrebat¨® al m¨²sico a EMI despu¨¦s de 30 a?os para grabar con ¨¦l tres discos (L¡¯Imboscata, Gommalacca y Fleurs), cree que siempre tuvo que ver con esa manera de reflejar a su p¨²blico ante el espejo de su obra. Incluso a quienes nunca tuvieron un gramo de espiritualidad en la sangre. ¡°Es casi inexplicable que tanta gente le amase teniendo gustos distintos, edades, religiones o extracci¨®n cultural¡ Y eso es algo misterioso y ¨²nico. No conozco otros cantantes de m¨²sica popular que hayan transmitido a todo su p¨²blico de una manera distinta. La facultad de poder amarle partiendo de presupuestos culturales opuestos es fascinante. Todo el mundo pod¨ªa hacerse suya una canci¨®n, en un modo democr¨¢tico y profundo ins¨®lito. Incluso quienes le hab¨ªan escuchado ligeramente, de pasada, en una radio. Pero siempre ha dejado una marca profunda en todos¡±.
La ¨²ltima voz de Battiato qued¨® registrada en 2018. El m¨²sico llam¨® a su amigo y legendario t¨¦cnico de sonido, Pino Pischettola, conocido en el sector como Pinaxa. Apenas le quedaban fuerzas. Especialmente despu¨¦s de dos ca¨ªdas con roturas de f¨¦mur que le dejaron muy tocado. Hab¨ªa hecho una gira un a?o antes con la Royal Philharmonic, as¨ª que usaron algunos de los arreglos grabados y lanzaron Torneremo ancora, el ¨²ltimo tema que ten¨ªa escrito en un caj¨®n. M¨¢s recitado que cantado, la voz no daba para tanto ya. ¡°La vida no termina. Es como el sue?o. El nacimiento como el despertar. Hasta que no seamos libres, regresaremos todav¨ªa¡±, dec¨ªa. ¡°Grabamos la voz y la gu¨ªa de la orquesta con un teclado, y luego la orquesta, en Londres¡±, recuerda Pinaxa. ¡°Hizo siempre lo que quiso hacer, con una libertad absoluta. Cuando hac¨ªa los discos pensaba solo en la m¨²sica, no en lo que podr¨ªa venir luego. Y eso puede ser una gran inspiraci¨®n para los j¨®venes. En la m¨²sica hay espacio para todos¡±.
El v¨ªdeo de aquella canci¨®n fue un encargo al artista Giuseppe La Spada. Battiato ya no estaba bien, pero trabajaron a distancia. Las im¨¢genes, cuenta el realizador, est¨¢n grabadas en Sicilia: en el Etna y Argimusco, un lugar donde todav¨ªa quedan algunos megalitos de la Edad del Bronce. ¡°Era un lugar donde Battiato iba mucho, sitios con una gran carga espiritual. La idea era buscar espacios no contaminados por el ser humano, donde empezar viajes, transmigraciones de las almas. ?l habla en el texto de ese sentido de la no permanencia. Todo el mundo sabe que esa canci¨®n es un testamento. Y el volc¨¢n es un lugar donde la vida se regenera¡±. Quiz¨¢ por eso el cielo de Milo estaba cubierto de ceniza el mi¨¦rcoles.