Luis Garc¨ªa Berlanga, de la A a la Z
Diccionario de la vida y la carrera del director de ¡®Pl¨¢cido¡¯ o ¡®El verdugo¡¯. Este s¨¢bado, 12 de junio, se celebra el centenario de su nacimiento
De los grandes cineastas espa?oles, Luis Garc¨ªa Berlanga (Valencia, 12 de junio de 1921 ¡ª Madrid, 13 de noviembre de 2010) ha sido el que mejor ha aprehendido y plasmado el alma de Espa?a. Su obra sirve, como ning¨²n otro, como espejo de una sociedad a la que el cineasta observ¨® y analiz¨® durante m¨¢s de medio siglo de carrera. Ah¨ª est¨¢n, de sus 17 largometrajes, t¨ªtulos como ?Bienvenido, mister Marshall!, Pl¨¢cido, El verdugo, La vaquilla, Tama?o natural o la saga Nacional. Clases maestras de c...
De los grandes cineastas espa?oles, Luis Garc¨ªa Berlanga (Valencia, 12 de junio de 1921 ¡ª Madrid, 13 de noviembre de 2010) ha sido el que mejor ha aprehendido y plasmado el alma de Espa?a. Su obra sirve, como ning¨²n otro, como espejo de una sociedad a la que el cineasta observ¨® y analiz¨® durante m¨¢s de medio siglo de carrera. Ah¨ª est¨¢n, de sus 17 largometrajes, t¨ªtulos como ?Bienvenido, mister Marshall!, Pl¨¢cido, El verdugo, La vaquilla, Tama?o natural o la saga Nacional. Clases maestras de cine y de historia de Espa?a.
Porque como Berlanga no ha habido nadie ni antes ni despu¨¦s. Due?o de un universo ¨²nico, urdidor de meticulosos planos secuencia (era due?o de una t¨¦cnica excepcional) en los que todo ¡ªactores, di¨¢logos, c¨¢mara, situaciones¡ª encaja al mil¨ªmetro. Sus int¨¦rpretes hablan de numerosas repeticiones en pos de la secuencia perfecta. Solo hay que ver Pl¨¢cido para maravillarse ante su capacidad para que el espectador vea todos los rostros de los actores y a la vez escuche todos los di¨¢logos sin que se pisen unos a otros. Adem¨¢s, Berlanga nunca menospreci¨® a sus personajes: por muchas perrer¨ªas que sufrieran, jam¨¢s les mir¨® por encima del hombro. Este s¨¢bado, que se celebra el centenario de su nacimiento, es buen momento para repasar la vida y la obra a trav¨¦s de un diccionario.
Azcona, Rafael
La pareja perfecta, el guionista que entendi¨® a Luis Garc¨ªa Berlanga. El valenciano vio El pisito y decidi¨® que ten¨ªa que colaborar con aquel escritor de cine. Su primera pel¨ªcula fue Pl¨¢cido; la segunda, El verdugo. Insuperable. Azcona es considerado el mejor guionista del cine espa?ol. Y toda su vida mantuvo sus o¨ªdos abiertos a los cambios sociales: le gustaba moverse por Madrid en autob¨²s para escuchar a la gente. Como explica V¨ªctor Garc¨ªa Le¨®n: ¡°Crearon una obra hecha por un tipo profundamente pesimista escribiendo y un tipo optimista filmando¡±.
Bardem, Juan Antonio
Bardem y Berlanga se llevaban un a?o de diferencia (Bardem naci¨® tambi¨¦n en junio, pero de 1922). Se conocieron en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematogr¨¢ficas (IIEC), y formaron parte de la primera promoci¨®n que sali¨® de esta escuela de cine creada en 1947. En 1949 fundan, junto a otros compa?eros, la productora Altamira, y en 1951 escriben y dirigen Esa pareja feliz; la pel¨ªcula no se estrenar¨¢ hasta dos a?os m¨¢s tarde, una vez cosechado el ¨¦xito de ?Bienvenido, mister Marshall! (1953). A partir de ah¨ª cada uno fue por su cuenta. En Rodaje, Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n usa a ambos de personajes secundarios y define de manera certera sus personalidades, casi opuestas.
Censura
La gran lucha en la carrera de Berlanga fue su eterna percusi¨®n contra la censura. Al menos tres de sus guiones fueron prohibidos por la maquinaria coercitiva del franquismo: Los gancheros (proyecto de 1955 que no pas¨® la censura porque su protagonista era una mujer en un mundo masculino), A mi querida mam¨¢ en el d¨ªa de su santo (proyecto de 1968 parado por su erotismo y por mostrar el complejo de Edipo) y La demolici¨®n (prohibido en 1972 porque hablaba de incesto). La vaquilla, adem¨¢s, no pudo rodarla hasta la democracia.
Divisi¨®n Azul
Con 20 a?os, Luis Garc¨ªa Berlanga sirvi¨® en la Divisi¨®n Azul, el contingente espa?ol que viaj¨® al frente sovi¨¦tico durante la Segunda Guerra Mundial. As¨ª intent¨® evitar represiones pol¨ªticas por el cargo de gobernador civil que su padre hab¨ªa desempe?ado durante la Rep¨²blica. Adem¨¢s, muchos a?os despu¨¦s el cineasta reconoci¨® que se alist¨® porque muchos de sus amigos eran j¨®venes falangistas. De aquel a?o en el infierno sobrevivieron sus cuadernos de dibujos, poemas y cartas. Uno se inicia con ¡°En campa?a, a 1 de enero de 1942: ¡®Estoy sentado solo en la habitaci¨®n, hace escasamente dos horas que ha empezado el a?o y acabo de bajar del servicio¡±. Aunque Berlanga, que estuvo con Luis Ciges, no peg¨® ni un tiro, su servicio entra?aba cierto riesgo. Todos los d¨ªas sub¨ªa a una torre, un gigantesco dep¨®sito de agua, en Kritivischchi, cerca de Leningrado y desde all¨ª oteaba con prism¨¢ticos al enemigo, situado a medio kil¨®metro al otro lado del r¨ªo Wolchov. En un a?o, no vio gran cosa. Pero justo en su d¨ªa de libranza, los sovi¨¦ticos derribaron a ca?onazos la torre, matando al otro vig¨ªa, el tambi¨¦n valenciano Eduardo Molero.
Esa pareja feliz: 6 de octubre, d¨ªa del cine espa?ol.
La primera pel¨ªcula de Garc¨ªa Berlanga y Bardem se termin¨® de rodar el 6 de octubre de 1951. Esa pareja feliz la protagoniza adem¨¢s Fernando Fern¨¢n G¨®mez (ya popular gracias a Bot¨®n de ancla, La mies es mucha o Balarrasa). Son un tr¨ªo imbatible, as¨ª que el Ministerio de Cultura y Deporte decidi¨® que esa ¨²ltima jornada de filmaci¨®n, que suena a ecos de g¨¦nesis, se considere D¨ªa del Cine Espa?ol, una fiesta que se celebrar¨¢ desde el pr¨®ximo oto?o. Para amantes de los datos: en ese reparto junto a Fern¨¢n G¨®mez aparecen Elvira Quintill¨¢, Rafael Alonso, Antonio Garisa, Rafael Bardem, Jos¨¦ Orjas, Matilde Mu?oz Sampedro y Jos¨¦ Luis Ozores. Repartazo.
Fern¨¢n G¨®mez, Fernando
?C¨®mo pudo ser que Fern¨¢n G¨®mez tardara m¨¢s de 35 a?os en repetir con Berlanga? Y m¨¢s cuando ambos se respetaban, y que Azcona coescribiera con Juan Estelrich El anacoreta para Fern¨¢n G¨®mez, al que admiraba. Cuesti¨®n de agendas descoordinadas, algo de lo que alguna vez se lament¨® el valenciano. Esos 35 a?os son los que transcurren desde Esa pareja feliz hasta Moros y cristianos, donde el personaje de Fern¨¢n G¨®mez se llamaba ¡ªdirectamente y para que no hubiera dudas¡ª don Fernando.
Guerra Civil
Durante d¨¦cadas, Berlanga intent¨® sacar adelante el proyecto de La vaquilla, cuyo primer tratamiento fue de 1948, y que se le hab¨ªa ocurrido en el frente de Teruel, donde combati¨® (poco) en el bando republicano (estuvo solo un par de meses, al final de la guerra). ¡°El guion lo acab¨¦ en 1950¡å, recordaba su autor, ¡°y durante a?os la present¨¦ con diferentes t¨ªtulos, pero jam¨¢s pas¨® la censura¡±. Para el cineasta, es una pel¨ªcula sobre la reconciliaci¨®n, ¡°y por supuesto, por mucho que me digan lo contrario, contiene una ideolog¨ªa: la m¨ªa, la libertaria¡±.
Historia de O
En 1974 Luis Garc¨ªa Berlanga rechaz¨® adaptar el cl¨¢sico de la literatura er¨®tica de la francesa Anne Desclos, que describe c¨®mo una fot¨®grafa de modas parisiense, O, por amor a su amante, Ren¨¦, ingresa en una fraternidad sadomasoquista donde se convierte en un objeto sexual. Al final la dirigi¨® en 1975 Just Jaeckin, cineasta franc¨¦s experto en cine er¨®tico: debut¨® con Emmanuelle (1974). Berlanga rechaz¨® m¨¢s proyectos a lo largo de su carrera, pocos en comparaci¨®n con todos los guiones que la censura frustr¨®.
Imperio Austroh¨²ngaro
¡°Soy supersticioso. Met¨ª un par de veces inconscientemente la alusi¨®n al imperio austroh¨²ngaro en mis pel¨ªculas, un amigo me lo advirti¨®, y pens¨¦ que ser¨ªa cosa de hacerlo siempre. Es como el trocito de madera que tengo que tocar para creer que las cosas van a ir bien¡±. Sin embargo, sus palabras se contradicen con la historia que le cont¨® en 2003 a Andr¨¦s Goerlich, c¨®nsul honorario de Hungr¨ªa: la familia materna de Berlanga, los Mart¨ª, encargaron al arquitecto Javier Goerlich la decoraci¨®n del nuevo local del negocio familiar, Postre Mart¨ª / Horno de San Francisco, en 1930. Hubo una intensa relaci¨®n entre los Garc¨ªa Berlanga Mart¨ª y Goerlich, y un d¨ªa Luis, siendo un cr¨ªo, pregunt¨® por aquel extra?o apellido: sus padres le respondieron que porque era hijo del c¨®nsul del Imperio Austroh¨²ngaro. Y ah¨ª naci¨® la expresi¨®n.
Jos¨¦ Isbert
Hay una foto preciosa de Isbert tocando el piano con gesto de virtuoso, Berlanga usa un peri¨®dico doblado como si fuera una partitura que estuviera cantando y encima del piano de pared Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez disfrazado de Groucho Marx pone el habitual gesto de felicidad del c¨®mico estadounidense. Es un descanso del rodaje de Los jueves, milagro, y dice mucho de la camarader¨ªa de esos tres creadores. Y eso que al inicio de sus colaboraciones, Isbert y Berlanga, confesaba el cineasta, chocaron. Luego se enamoraron: ¡°Creo sinceramente que a Pepe Isbert se le valor¨® m¨¢s en el extranjero que en su propio territorio y me imagino que esto fue debido a la poca estimaci¨®n que entre nosotros ha tenido siempre el actor gen¨¦rico o de reparto¡±, escribi¨® el cineasta en 1984.
Keaton, Buster
Uno de los c¨®micos con los que m¨¢s disfrut¨® Luis Garc¨ªa Berlanga, que incluso escribi¨® sobre ¨¦l en 1963. Cuando El verdugo se estren¨® en el festival de Venecia, Berlanga aprovech¨® para ver en el certamen todos los d¨ªas la sesi¨®n de una retrospectiva programada sobre Keaton.
Leguineche
Luis Escobar no era actor, sino uno de los nombres fundamentales del teatro espa?ol durante el franquismo. Pero Berlanga era amigo suyo, y pens¨® que desprend¨ªa suficiente magia como para encandilar a la pantalla. Y por eso (y porque era noble, fue el VII marqu¨¦s de las Marismas del Guadalquivir, y entend¨ªa a la perfecci¨®n ciertos comportamientos), el cineasta le contrat¨® para dar vida al marqu¨¦s de Leguineche en La escopeta nacional. De repente, Escobar devino en estrella. Parte del ¨¦xito de la trilog¨ªa Nacional recae en ese Leguineche en cuya finca se re¨²nen los poderes f¨¢cticos del franquismo. Cuando muri¨®, Berlanga le llor¨® y sinti¨® que no ten¨ªa sentido una cuarta parte de la saga. Pero la escribi¨®: ?Viva Rusia!.
Mil novecientos veintiuno
A?o en que naci¨® Luis Garc¨ªa Berlanga. Y Fernando Fern¨¢n G¨®mez. Y Luis Ciges. Y Alberto Closas. Y Gil Parrondo. Y Antonio Ferrandis. Vaya generaci¨®n.
N¨²mero 1.034
Caja de la antigua c¨¢mara acorazada del Instituto Cervantes en la que el cineasta deposit¨®, en mayo de 2008, parte de su legado. Se abri¨® el pasado jueves 10 de junio, y sus nietos Fidel y Jorge ense?aron que el maestro hab¨ªa guardado en un sobre dos obras a prop¨®sito de su trabajo (un ejemplar de la revista francesa L¡¯Avant-sc¨¨ne con el guion de El verdugo y el libro sobre el cineasta escrito por Antonio G¨®mez Rufo, Contra el poder y la gloria) y el guion de ?Viva Rusia!, la que hubiera sido la cuarta parte de la saga Nacional. Ese libreto lo escribieron Manuel Hidalgo, Rafael Azcona, Luis Garc¨ªa Berlanga y su hijo Jorge. Hubo varias versiones, obligadas por la muerte de Luis Escobar, y la ¨²ltima arrancaba con Luis Jos¨¦ (el personaje que encarnaba Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez) en un avi¨®n que le devuelve de exilio en Miami. Un grupo de ancianos lleva una pancarta donde se lee ¡°Los ¨²ltimos exiliados saludamos a la Espa?a del 92¡å. Uno, m¨¢s muerto que vivo, agita una bandera republicana. Leguineche vuelve a la cabina del avi¨®n, donde hab¨ªa olvidado un mont¨®n de revistas sadomasoquistas. El proyecto es propiedad de Andr¨¦s Vicente G¨®mez, que empez¨® su preproducci¨®n en 1992. Pero la falta de ayudas p¨²blicas le hizo desistir.
? (mal espa?ol)
No hay nada m¨¢s espa?ol que la ?, esa n con virgulilla. Y como asegura el guionista Diego San Jos¨¦, ¡°Berlanga es Espa?a¡±. Hace d¨¦cadas, no todo el mundo pensaba lo mismo. Y ah¨ª est¨¢ una leyenda que arranca, seg¨²n qui¨¦n la cuente, de dos maneras distintas. La primera dice que la charla tuvo lugar despu¨¦s de una proyecci¨®n, en el palacio del Pardo, de El verdugo. Y hubo gran algarab¨ªa de los censores, que tildaron a su director de rojo, antifranquista y comunista. La segunda versi¨®n transcurre en un Consejo de Ministros ¡ªesto es lo que contaba el mismo Berlanga¡ª, en donde calificaban a Berlanga con parecidos t¨¦rminos. Ambas historias acaban igual, con Franco sentenciando: ¡°Berlanga no es un comunista; es mucho peor, es un mal espa?ol¡±.
Oscar (nominaci¨®n al premio)
Luis Garc¨ªa Berlanga solo una vez fue candidato al Oscar. Lo logr¨® con Pl¨¢cido en la ceremonia de 1962, pero la estatuilla se la llev¨® Como en un espejo, de Ingmar Bergman. Por cierto, fue la edici¨®n de El buscavidas, West Side Story, ?Vencedores o vencidos?, Dos mujeres y Desayuno con diamantes.
Pablo, el alcalde de Villar del R¨ªo
¡°?Vecinos de Villar del R¨ªo! Como alcalde vuestro que soy, os debo una explicaci¨®n, y esa explicaci¨®n que os debo, os la voy a pagar. Que yo, como alcalde vuestro que soy, os debo una explicaci¨®n, y esa explicaci¨®n que os debo, os la voy a pagar, porque yo, como alcalde vuestro que soy¡± (?Bienvenido, mister Marshall!).
Quintanilla, Gabino
?No conocen a Gabino Quintanilla? S¨ª, ese, el hijo del due?o de la serrer¨ªa, al que han encargado coordinar la campa?a que ha organizado estas navidades Ollas Cocinex, que patrocina una subasta con artistas de Madrid para invitar a cenar a un pobre en casa de cada familia rica de esta ciudad de provincias. Por desgracia, a Quintanilla (interpretado por Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez) los pobres le dan igual. As¨ª es Pl¨¢cido: amarga, cruel y un espejo del clasismo espa?ol.
RAE: berlanguiano
De su diccionario: 1. adj. Perteneciente o relativo a Luis Garc¨ªa Berlanga, cineasta espa?ol, o a su obra. ¡°Estudios berlanguianos¡±. 2. adj. Que tiene rasgos caracter¨ªsticos de la obra de Luis Garc¨ªa Berlanga. ¡°Una situaci¨®n berlanguiana¡±. La Real Academia Espa?ola lo acept¨® el a?o pasado.
Sue?o de la maestra, El
La censura prohibi¨® uno de los sue?os de guion de ?Bienvenido, mister Marshall!: el de la maestra, que se imaginaba perseguida por robustos jugadores de f¨²tbol americano (algo que ol¨ªa a pecaminoso). Medio siglo despu¨¦s, y en su ¨²ltimo trabajo audiovisual, en 2002 Berlanga rod¨® ese sue?o, eso s¨ª, en color (y en los cr¨¦ditos pone ¡°Una falla de Luis G. Berlanga¡±). Luisa Mart¨ªn sustituy¨® Elvira Quintill¨¢, y la maestra ahora explica a sus alumnos los sistemas para matar legalmente mientras se los aplica a sus estudiantes: la horca, el garrote vil, la lapidaci¨®n a una ni?a, la silla el¨¦ctrica, la guillotina y hasta la pira en la que se autoinmola.
Tengo miedo (Par¨ªs Tombuct¨²)
En la secuencia final de Par¨ªs Tombuct¨², el ¨²ltimo largometraje de Berlanga (a¨²n rodar¨ªa despu¨¦s el corto El sue?o de la maestra), Michel Piccoli abandona su bicicleta en la carretera, se escucha Cambalache, de Luis Eduardo Aute, y la c¨¢mara se centra en un cartel con el toro de Osborne, una flamenca y el mensaje: ¡°Tengo miedo L.¡±. Y as¨ª se despidi¨® el cineasta del gran cine.
Uni¨®n Republicana
El padre del cineasta, Jos¨¦ Garc¨ªa-Berlanga (1886-1952), comenz¨® su militancia en el Partido Liberal (formaci¨®n en la que tambi¨¦n estuvo su progenitor, Fidel), para m¨¢s tarde afiliarse al partido Uni¨®n Republicana, de centro izquierda burgu¨¦s y creado por Diego Mart¨ªnez Barrio. Jos¨¦ Garc¨ªa-Berlanga fue diputado y senador, adem¨¢s de gobernador civil de Alicante, y acabada la Guerra Civil fue condenado a muerte, pena que le fue conmutada por la prisi¨®n. Estuvo en la c¨¢rcel hasta pocos meses antes de fallecer, en 1952.
Valencia
El 12 de junio de 1921 Luis Garc¨ªa Berlanga naci¨® en la calle Sorn¨ª. Luego la familia se traslad¨® a la casa de su abuela, en el ¨¢tico del Hotel Londres, en la calle Barcelonina. Berlanga nunca olvid¨® su Valencia natal, estuvo siempre que pudo en las Fallas y en su feria del libro antiguo para comprar literatura er¨®tica. Es la Valencia de la secci¨®n de literatura del Ateneo (que frecuent¨® durante la Guerra Civil por la ausencia de clases), del colegio de los jesuitas, del instituto Luis Vives, la Universidad de Valencia, y de cafeter¨ªas como Lauria, Balanz¨¢ y Chacalay o teatros como el Principal y el Apolo. O la Valencia de la plaza Redonda. En 1947, Luis Garc¨ªa Berlanga se mud¨® a Madrid a estudiar Cine.
Washington, billetes de d¨®lar sin George
?Bienvenido, mister Marshall! no fue la primera pel¨ªcula de Berlanga, pero s¨ª la que le abri¨® el mundo del cine. El filme compiti¨® en el festival de Cannes de 1953, y provoc¨® todo tipo de reacciones. Muchas, a favor. Otras, como la de la delegaci¨®n estadounidense, que ten¨ªa a Edgar G. Robinson en el jurado, en contra por la banderita de Estados Unidos que se desliza por las aguas de un riachuelo al final de la tragicomedia. Pero adem¨¢s, la productora Uninci hab¨ªa impreso billetes de un d¨®lar con los rostros de Jos¨¦ Isbert y Lolita Sevilla, los protagonistas, en lugar del habitual de George Washington. En Espa?a tambi¨¦n se repartieron, sin mucho esc¨¢ndalo; sin embargo, en el certamen franc¨¦s fue la gota que colm¨® el vaso de la paciencia estadounidense: las leyendas hablan de un Robinson exaltado que quer¨ªa llevarse a comisar¨ªa al cineasta valenciano.
XXX
¡°Cuando me siento demagogo, digo que erotismo es cuando lo hacen los ricos y pornograf¨ªa cuando lo hacen los pobres. El erotismo es la pornograf¨ªa vestida de Dior¡±.
Youdelman, Susan
La esposa de Rafael Azcona. Imprescindible en la carrera de su marido como lo fue Mar¨ªa Jes¨²s Manrique en la de su esposo, Luis Garc¨ªa Berlanga. Ambas apoyaron sin fisuras a dos genios del cine.
Zapatos
Fetichista, erot¨®mano, presidente del jurado del premio anual La sonrisa vertical (de la editorial Tusquets) y homenajeado en festivales de cine er¨®tico, admirador del zapato de tac¨®n de aguja, Berlanga tuvo incluso vinculaci¨®n con el Museo del Calzado de Elda y les ayud¨® a fundar la Academia del tac¨®n de aguja que, aunque lleg¨® a constituirse, nunca se puso en marcha.