Relatos con luz y sentido

El apellido de sus ancestros es Bryk, pero su padre, un ruso jud¨ªo huido a Inglaterra ante el avance alem¨¢n durante la I Guerra Mundial, hubo de aceptar que el oficial de pasaportes brit¨¢nico le inscribiera como Brook. En su primera etapa, el teatro de Peter Brook era una f¨¢brica de ilusiones, un mundo al otro lado del espejo, un polvor¨ªn de ficciones. Pero Tyrone Guthrie, director que representaba a Shakespeare en una carpa, con los espectadores rodeando el escenario, sembr¨® en ¨¦l la idea de que p¨²blico y actores deb¨ªan compartir el mismo espacio y formar una sola comunidad.

Antes de hacer suya esta proposici¨®n, Brook dirigi¨® a Paul Scofield, John Gielgud, Laurence Olivier, Jeanne Moreau, Glenda Jackson¡­ y escenific¨® ¨®peras en el Covent Garden. Gozaba de las mieles del ¨¦xito cuando acab¨® de convencerse de que la fama era un lugar sin inter¨¦s, un espacio mondo pintado de purpurina, un callej¨®n sin salida. Y decidi¨® dar un volantazo. Reuni¨® sus ideas en un libro de referencia, El espacio vac¨ªo, con cuyas ventas se lanz¨® a viajar por Afganist¨¢n. Brook y la actriz Natasha Parry, su esposa, manten¨ªan por aquel entonces un contacto estrecho con Jeanne de Salzmann, depositaria del legado de Gurdjieff, m¨ªstico ruso cuya filosof¨ªa ha ejercido una influencia larvada en la escena contempor¨¢nea.

De Salzmann fue el im¨¢n que atrajo a Brook a Par¨ªs, donde encontr¨® un ambiente proclive a la experimentaci¨®n y pudo poner en marcha un centro internacional de investigaci¨®n art¨ªstica para el que consigui¨® donaciones de un millonario texano y de las fundaciones Ford y Gulbenkian. Con semejante amparo y un equipo de 20 actores de nacionalidades iran¨ª, portuguesa, japonesa¡­ se lanz¨® a la b¨²squeda de legados teatrales perdidos y de tradiciones arrumbadas.

La invitaci¨®n de un festival iran¨ª le llev¨® a crear Orghast, espect¨¢culo sobre mitos arcanos representado en las ruinas de Pers¨¦polis. En Nigeria, Dahomey y Mal¨ª present¨® La conferencia de los p¨¢jaros, alegor¨ªa inspirada en un poema suf¨ª. Solo quedaba un paso para abordar la recreaci¨®n del Mahabharata, epopeya de nueve horas estrenada en Avi?¨®n, representada en 1985 en Barcelona y Madrid. Fue el montaje que lo elev¨® definitivamente a mito de la escena mundial. Desde entonces, Brook ha visitado Espa?a regularmente con montajes caracterizados por su visi¨®n sacra de la vida y de las relaciones humanas, entre los que sobresalen Je suis un ph¨¦nom¨¨ne, Hamlet, Tu mano en la m¨ªa y Tierno Bokar.