¡®La mujer que escap¨®¡¯: la nueva joya de un maestro coreano

Tan ligera como profunda, La mujer que escap¨® narra los encuentros de su protagonista (otra vez la gran Kim Min-hee) durante los primeros d¨ªas que pasa sola despu¨¦s de cinco a?os de matrimonio. Tres r¨¢fagas de una vida que, en manos del cineasta Hong Sansoo, nombre fundamental del cine contempor¨¢neo, desembocan en una sencillez emocionante, compleja y perfecta. A su manera esquem¨¢tica y misteriosa, tan oral como espacial, a trav¨¦s de largos di¨¢logos en apariencia triviales y m¨ªnimas sit...

Tan ligera como profunda, La mujer que escap¨® narra los encuentros de su protagonista (otra vez la gran Kim Min-hee) durante los primeros d¨ªas que pasa sola despu¨¦s de cinco a?os de matrimonio. Tres r¨¢fagas de una vida que, en manos del cineasta Hong Sansoo, nombre fundamental del cine contempor¨¢neo, desembocan en una sencillez emocionante, compleja y perfecta. A su manera esquem¨¢tica y misteriosa, tan oral como espacial, a trav¨¦s de largos di¨¢logos en apariencia triviales y m¨ªnimas situaciones, ir¨¢ calando la soledad, o la moment¨¢nea libertad y felicidad, de la protagonista. Una mujer que poco a poco se va despojando de capas: sabemos que lo primero que hizo sola sin su marido fue cortarse ella misma el pelo para luego reencontrarse con las amigas que, como tantas cosas, quedaron aparcadas.

Premiada en la Berlinale de 2020, la nueva pel¨ªcula del prol¨ªfico maestro coreano ocurre en tres ¨²nicos lugares (dos casas y la cafeter¨ªa y el cine de un centro cultural) donde las mujeres de este filme (los hombres aparecen como meras sombras) se sientan a comer manzanas y a hablar de sus cosas y del pasado. En los dos primeros encuentros, rodeados de humor, calidez y melancol¨ªa, la protagonista acude a la casa de esas dos viejas amigas a las que ya no ve. Son apartamentos impersonales y tecnol¨®gicos que Hong convierte en miniaturas de unas vidas cotidianas donde unas gallinas y, sobre todo, un gato, tendr¨¢n un inesperado protagonismo. El tercer encuentro es, a priori, el ¨²nico casual; ocurre en varios rincones de una cafeter¨ªa y un cine y es con la mujer que le arrebat¨® a su anterior pareja, un escritor que precisamente da una charla en el mismo lugar. Con una quietud filos¨®fica, sin necesidad de pavonearse, Hong le regala al espectador la esencia de la vida y del paso del tiempo. Ese tiempo que todo lo cura y que aqu¨ª se adivina a trav¨¦s de las ventanas por las que asoman las monta?as a las que hacen constante referencia los personajes. Esas, s¨ª, inapelables y eternas.