¡®Con qui¨¦n viajas¡¯: veh¨ªculo compartido, sufrimiento querido

Que en menos de dos meses se hayan estrenado en los cines un par de pel¨ªculas asentadas en la complicidad o el rechazo, el amor y el ardor, el triunfo y el fracaso provocados por la conexi¨®n entre personas a trav¨¦s de un viaje en veh¨ªculo compartido dice mucho de la naturalidad con la que se ha impuesto la aplicaci¨®n pr¨¢ctica, y de sus posibilidades narrativas y dram¨¢ticas. Y sin embargo, cu¨¢n distintas son la francesa ?Al abordaje!, dirigida por Guillaume Brac, y la espa?ola Con qui¨¦n viajas, debut en el largometraje de Mart¨ªn Cuervo: en la estructura, en el tono, en la puesta en escena, en los objetivos y, por desgracia, tambi¨¦n en la calidad.

El primer tercio de Con qui¨¦n viajas, dedicado al encuentro entre los cuatro personajes en Madrid, con Murcia como destino, a la presentaci¨®n de sus especial¨ªsimos caracteres (quiz¨¢ como cualquiera), al descubrimiento de la relaci¨®n entre dos de ellos y al inicio del conflicto con el singular conductor, est¨¢ cerca del espanto. Los int¨¦rpretes hacen lo que pueden, pero los di¨¢logos, de bajo nivel, muchas veces en colisi¨®n m¨¢s que en connivencia con el montaje, nunca acaban de conformar un tempo: un ritmo de r¨¦plica y contrarr¨¦plica, de palabras y de miradas, que fluya con gracia y sencillez. No es f¨¢cil componer toda una pel¨ªcula en el reducid¨ªsimo espacio de un coche, pero la apuesta es precisamente esa, y en poco ayuda la fea imagen que transmite su rodaje en estudio con el croma de la carretera de fondo y en el lateral, en forma de c¨²pula. As¨ª hay m¨¢s posibilidades para los ¨¢ngulos de c¨¢mara, pero el color y las texturas digitales resultan demasiado deslucidos.

Las posibilidades dram¨¢ticas del encierro de cuatro personas durante horas, casi con la obligaci¨®n de hablarse y de caerse medianamente bien, son inmensas. Sin embargo, el libreto de Cuervo, tambi¨¦n guionista en solitario, est¨¢ lleno de di¨¢logos banales e intrigas sin fuste, enclavados en una especie de comedia de situaciones negras y fondo blanqu¨ªsimo. Y los grandes temas apuntados apenas tienen desarrollo ni altura: el desamor; la desconfianza en un mundo hiperconectado; la necesidad de hablar con la gente, de conocer, de comunicarnos, incluso por encima del ahorro del viaje; la socializaci¨®n del miedo y el miedo a socializar.

Aunque en su segunda mitad mejora algo, Con qui¨¦n viajas, m¨¢s que incomodidad, la que tienen los personajes en su mal viaje, lo que transmite en el espectador es una cierta tosquedad. Como de historia y pel¨ªcula a medio cocinar.