La Polla Records: c¨®mo unos pueblerinos crearon el grupo m¨¢s grande del punk espa?ol
El documental ¡®No somos nada¡¯, que se presenta en el festival de San Sebasti¨¢n, cuenta la historia de la banda partiendo de su multitudinaria gira de 2019. ¡°Para ser de pueblo, no estuvo mal¡±, afirma su l¨ªder, Evaristo P¨¢ramos
La madre de Evaristo P¨¢ramos se llama Pilar. Es una mujer que mantiene una vitalidad llamativa para su edad, 82 a?os. Cuando irrumpe en el documental sobre el grupo de su hijo, La Polla Records, ya nada es igual. Pilar humaniza al punki anarquista: es la madre de todos nosotros preocupada por que su hijo vista siempre ¡°arregla¨ªco¡±. Con unos vaqueros estrechos, un bolso de piel de leopardo, un jersey amarillo anudado al cuello y una cabellera rubia rizada, Pilar cautiva al espectador por la gracia con la que se expresa y por lo que cuenta. Con un tono de voz suave, casi siempre deja las frases con puntos suspensivos, para que el que escuche complete las ideas.
Y ofrece respuestas certeras a preguntas claves: ?c¨®mo un chaval de pueblo se convirti¨® en el emblema del punk espa?ol? ¡°Evaristo era un chico normal, lo que pasa que con sus ideas¡ No me imaginaba que le iba a suceder esto. Le veo ah¨ª arriba en el escenario y digo: ¡®Me cago en la, no me lo imaginaba¡¯¡ Digo: ¡®Jol¨ªn, qu¨¦ suerte, qu¨¦ chulada¡±, cuenta, pizpireta. Ella, que trabaj¨® de ¡°criada¡± (como dice su hijo) y en una f¨¢brica de tuber¨ªas, ahora se asombra y disfruta al ver a 15.000 personas de todas las edades vibrando cuando su hijo canta contra los poderosos: ¡°Somos los nietos de los obreros que nunca pudisteis matar. / Quer¨¦is enga?arnos, pero no pod¨¦is, tampoco tenemos precio. / Vosotros ver¨¦is qu¨¦ hac¨¦is, nosotros ?ya veremos!¡±.
El documental No somos nada, dirigido por Javier Corcuera (Lima, Per¨², 54 a?os) y que se presenta en el festival de San Sebasti¨¢n, en la secci¨®n Zinemira, destinada al cine vasco, cuenta la historia de la banda punk espa?ola m¨¢s popular. Lo hace con un tronco argumental ins¨®lito en la narrativa de la banda: un grupo que, como apunta Evaristo, ¡°era de garitos de 800 t¨ªos que no estaban llenos¡± realiz¨® en 2019-20 una gira por Espa?a y Latinoam¨¦rica con locales repletos de 10.000 a 20.000 personas. Corcuera y sus c¨¢maras acompa?an a la banda por Espa?a y Latinoam¨¦rica en este ¨¦xtasis de nostalgia punk. ¡°Nos dimos cuenta en los conciertos de lo bien que ha perdurado el grupo. All¨ª hab¨ªa abuelos, hijos y nietos¡±, apunta el documentalista, ganador del Goya compartido por Invisibles (2007).
Uno de los puntos fuertes de la cinta surge cuando el m¨²sico muestra su rutina campestre: sus paseos por el monte con una estaca y unas botas de senderista, las conversaciones con un roble (tal cual), el placer que le da ver ovejas y caballos trotar por el campo. Todo en un ¨¢rea cercana a la Llanada Alavesa. Sentado en una piedra mientras disfruta de la vista de un prado verde, exclama: ¡°Me gustar¨ªa vivir aqu¨ª y que no pudiera venir nadie m¨¢s que yo y que os fuerais todos a la puta mierda. S¨ª, vivir aqu¨ª solo. Pero eso ser¨ªa ser poco solidario, poco democr¨¢tico y poco punk. ?Me cago en la puta, me voy a cambiar!¡±. Y contin¨²a su paseo matutino.
Estas im¨¢genes contrastan con los bulliciosos conciertos, con cientos de personas bailando a empujones y patadas. Los recitales recientes se solapan con filmaciones de los conciertos de sus inicios. El punk. Al que ellos se aferraron cuando escucharon a los Sex Pistols en Salvatierra (Agurain en euskera), el pueblo alav¨¦s donde naci¨® La Polla Records en 1979. El tel¨¦fono de contrataci¨®n estaba en el bar Otxoa y el manager era el camarero. No sab¨ªan tocar los instrumentos ni lo pretend¨ªan. Evaristo naci¨® en Galicia, pero se traslad¨® de peque?o con su familia al Pa¨ªs Vasco. Buscaban mejores condiciones de trabajo.
Tanto Abel Murua, que una semana antes del primer concierto de La Polla Records cogi¨® el bajo y no sab¨ªa que ten¨ªa cuatro cuerdas, como Evaristo se encargan de desmitificar su historia. ¡°Fuimos una gente de pueblo que nos juntamos y que sali¨® de una manera natural; si te pones a prepararlo no sale. Era una suerte estar en este grupo, porque si no sab¨ªas tocar no te echaban. En un grupo heavy hubi¨¦semos durado un cuarto de hora¡±, afirma Murua en la cinta. Evaristo se pregunta: ¡°C¨®mo hostias de andar por aqu¨ª [y se?ala los montes de Agurain] haciendo el ganso luego hemos tocado en los sitios que hemos tocado, y la de a?os que nos hemos tirado¡ Eso s¨ª que es una cosa muy rara. Me asombrar¨¢ siempre. Porque ¨¦ramos m¨¢s malos que pegar a un padre con un calcet¨ªn sudado. Pero ah¨ª and¨¢bamos¡¡±.
¡°Evaristo es un buen conversador, muy creativo y con una inteligencia afilada¡±, apunta el director del documental. El cantante lo demuestra sembrando su filosof¨ªa interferida de humor durante la hora y 40 minutos que dura No somos nada. Evaristo: ¡°Las monjas nos dec¨ªan: ¡®?Qu¨¦ vais a ser de mayores? Si no sac¨¢is buenas notas os llevaremos a coger piedras del r¨ªo¡¯. Con siete a?os ir a sacar piedras del r¨ªo, imag¨ªnate, con el invierno, esas piedras¡ Hostias. Cualquiera va. As¨ª que empollaba, s¨ª¡±. Seguramente este pragmatismo permiti¨® al grupo sobrevivir en tiempos turbulentos: sobrevivir a las drogas, no dejarse manipular por partidos pol¨ªticos a la caza del revoltoso punk, vivir al margen de la voraz industria discogr¨¢fica¡
Ellos dicen mierda, No somos nada, Salve, Y ahora qu¨¦¡ Cl¨¢sicos del rock espa?ol con un mensaje que P¨¢ramos sintetiza as¨ª: ¡°Siempre a favor de los de abajo y contra los de arriba. Hay cinco llev¨¢ndoselo todo y, los dem¨¢s, mierda. Hicimos un grupo para decir esto. Es lo que hab¨ªa que decir y lo que hay que decir¡±. ?Anarquistas? Abel Murua, el bajista, tercia en la cinta: ¡°Pol¨ªticamente no te voy a decir que somos anarquistas porque no vivimos como anarquistas. Pero no nos creemos esta historia [la sociedad capitalista] para nada¡±. Otra vez la voz de la madre de Evaristo, preocupada y comprensiva: ¡°[En las letras] Atacaba a los pol¨ªticos, a las monjas¡ Ay, ay, ay. Yo le dec¨ªa a mi marido: ¡®Que me lo van a empapelar¡¯. Pero luego ya lo vas aceptando poco a poco¡¡±.
El documental muestra a Evaristo, 61 a?os, en su faceta como padre. Antes de salir al escenario en la ¨²ltima gira besa a su pareja y a su hija, de poco m¨¢s de un a?o. ¡°A mi chiquitica lo que quiero es convertirla en una salvaje educada. Me gustar¨ªa un mundo en el que tuviera un poco de libertad, pero libertad de la buena. Que tuviera su tiempo para ella. La gente tendr¨ªa que ser due?a de su tiempo¡±, apunta. Durante una de sus reflexiones en el monte, el cantante se cruza con una monja y la saluda: ¡°Aupa¡±. Cuando se ha alejado dice a la c¨¢mara: ¡°Hab¨ªa unas cuando yo era peque?o que te dec¨ªan: ¡®Ave Mar¨ªa pur¨ªsima¡¯; y si no respond¨ªas ¡®sin pecado concebida¡¯ te ca¨ªa un coscorr¨®n, con todos los nudillos. ?Zas! Eran todas franquistas. Estas ser¨¢n del PNV, que tambi¨¦n son de izquierdas¡±, se?ala con iron¨ªa.
Despu¨¦s de ver la reacci¨®n de los miles de seguidores que llenaron sus recitales, Corcuera vaticina: ¡°Han durado 40 a?os y creo que la cosa va a seguir, porque est¨¢n en forma y su mensaje sigue vigente¡±. Evaristo remacha en No somos nada: ¡°Faltan miles de canciones por hacer. Me voy a morir sin hacerlas. Pero, bueno, ya grabamos unos cuantos discos y hay algunas canciones que son bastante majas. Para ser de pueblo, no estuvo mal¡±.
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