¡®Maixabel¡¯, la pel¨ªcula ¡°necesaria¡± para el Pa¨ªs Vasco
El drama de Ic¨ªar Bolla¨ªn sobre el encuentro de la viuda de Juan Mar¨ªa J¨¢uregui y el etarra que lo asesin¨® logra un gran recibimiento en el festival de San Sebasti¨¢n
Las tres amigas salen juntas de la proyecci¨®n. Son las 10.25 de un s¨¢bado de cielos encapotados y algo de lluvia en San Sebasti¨¢n. No quieren dar sus nombres, pero s¨ª que son de la ciudad, superan los 60 a?os, viven en barrios distintos, y que conoc¨ªan la historia que se cuenta en Maixabel, aunque no personalmente a quienes la protagonizaron. ¡°Es una pel¨ªcula necesaria¡±, apunta una. ¡°Y qu¨¦ bien hace de vasca Blanca Portillo. Ha merecido la pena el madrug¨®n¡±, apunta otra delante de la puerta del edificio principal del Kursaal, donde se ha proyectado por primera vez al p¨²blico general la nueva pel¨ªcula de Ic¨ªar Bolla¨ªn, que compite en esta edici¨®n del festival de cine donostiarra. ¡°Toca un material muy sensible¡±, remata la tercera, en una expresi¨®n que media hora m¨¢s tarde repetir¨¢ en la rueda de prensa Portillo. No entran a m¨¢s, porque a¨²n en 2021 algunos temas no son comentados de forma abierta en el Pa¨ªs Vasco.
Y el tema en cuesti¨®n son los encuentros restaurativos que en 2011 llevaron a sentarte cara a cara a v¨ªctimas de ETA con terroristas. El proceso no conllevaba beneficios penitenciarios ni fue publicitado, pero tras la llegada del Partido Popular a la presidencia del Gobierno, fue cancelado al a?o siguiente. A¨²n hoy, partes de la sociedad vasca no lo entienden. Jos¨¦ Luis Rebordinos, director del festival de San Sebasti¨¢n, lleva meses afirmando: ¡°M¨¢s all¨¢ de su calidad cinematogr¨¢fica, sabemos que Maixabel es una pel¨ªcula importante para nosotros, para esta ciudad, que levantar¨¢ ampollas en varios sectores¡±. Porque Maixabel Lasa (70 a?os), la viuda de Juan Mar¨ªa J¨¢uregui, el ex gobernador civil de Gipuzkoa asesinado por ETA en julio de 2000, fue una de aquellas v¨ªctimas que se sent¨® a hablar con un etarra. En aquel momento era, adem¨¢s, directora general de la oficina de atenci¨®n a las v¨ªctimas del terrorismo del Ejecutivo vasco. ¡°Mi marido tambi¨¦n hubiera hablado con los terroristas que lo mataron¡±, repiti¨® a quien se opuso a su decisi¨®n. Y lo dice tambi¨¦n en 2021, cuando le cuestionan aquellos pasos. Primero habl¨® en una sala de la c¨¢rcel de Nanclares de Oca (?lava) con Luis Carrasco, que acompa?aba a Patxi Xabier Makazaga, autor material del asesinato, en la sociedad gastron¨®mica donde se cometi¨® el crimen. Y despu¨¦s, dos a?os m¨¢s tarde, con Ibon Etxezarreta, el tercer terrorista del comando, que esperaba con el coche en marcha a la puerta del local. Hablaron, conversaron. ¡°No era cuesti¨®n de pedir perd¨®n, de echarse en cara muertos y violencia, sino de crear la base para la convivencia de la siguiente generaci¨®n¡±, explica Ic¨ªar Bolla¨ªn. La misma Maixabel Lasa explica que aquellas conversaciones tampoco gustaban al entorno de ETA.
En diversos pases, Maixabel, que se estrena comercialmente el viernes 24, ha provocado l¨¢grimas y aplausos. En proyecciones para miembros de la Academia de Cine en su sede en Madrid. En peque?as sesiones que los productores Juan Moreno y Koldo Zuazua han realizado para pol¨ªticos y otras personalidades relevantes en el Pa¨ªs Vasco. Ibon Etxezarreta conoci¨® a Luis Tosar ¡ªque le encarna en la pantalla¡ª, charl¨® con las dos guionistas (Bolla¨ªn e Isa Campo) y accedi¨®, cuenta el equipo de la pel¨ªcula, a que se hiciera el filme ¡°para honrar a Maixabel¡±. Porque Etxezarreta y Lasa mantienen una relaci¨®n cordial, lo primero que a Blanca Portillo le llam¨® de la historia. ¡°Es que van en coche juntos, por ejemplo, y eso confirma el inmenso viaje emocional e intelectual que han afrontado ambos¡±, recordaba durante el pasado mes de marzo en el rodaje.
Pases con aplausos
Algunos de los protagonistas de la historia real la han visto en un ordenador, otros han preferido no hacerlo. Etxezarreta ha declinado acercarse al festival o a la sesi¨®n de gala nocturna, la gran puesta de largo de la pel¨ªcula, el s¨¢bado por la noche. Hubo un largo aplauso sobre los t¨ªtulos de cr¨¦dito durante la sesi¨®n matinal, con todo el aforo vendido tanto para la ma?ana como para la noche (el festival mantiene, por normativa sanitaria, al 50% la capacidad de la sala principal del Kursaal, la conocida como K1). Los mismos elogios recibi¨® durante el pase de prensa del viernes por la tarde en el donostiarra cine Principal, y este martes pasado en el madrile?o cine Proyecciones, donde la vieron periodistas, exhibidores y otros invitados de la productora y del equipo t¨¦cnico y art¨ªstico de Maixabel. ¡°Quer¨ªamos que la viera mucha gente cercana a la historia y creo que la han entendido¡±, reflexiona Guadalupe Balaguer, directora de producci¨®n del filme. Bolla¨ªn a?ade: ¡°Las reacciones hablan de algo cat¨¢rtico. Y en una de las proyecciones sentamos a pol¨ªticos de todos los partidos, lo que ya en s¨ª mismo es importante¡±.
Bolla¨ªn quiere que el p¨²blico sienta, y que la informaci¨®n se vaya conformando como un puzle hasta el final del metraje. ¡°Lo que contamos no son tanto los hechos, que los respetamos, como sus vivencias¡±, advierte. Por eso ha usado como gu¨ªa del espectador a Mar¨ªa J¨¢uregui, la ¨²nica hija del matrimonio. ¡°Ella ha sido m¨¢s reticente al proceso. Entendi¨® que era bueno para la convivencia, incluso para su madre, pero no lo ve¨ªa claro¡±, prosigue la cineasta. Sin ser consciente de ello durante el rodaje, acab¨® encuadrando en pantalla a la Mar¨ªa de ficci¨®n con la aut¨¦ntica Maixabel, por detr¨¢s, en una de las secuencias que retratan el homenaje que re¨²ne anualmente, ante un monolito en las monta?as, a amigos y familiares de J¨¢uregui para rememorarlo. Los protagonistas reales de la historia asistieron como extras y figurantes mezclados con el reparto. ¡°Ese fue el d¨ªa que tambi¨¦n se acerc¨® Ibon al rodaje, pero ¨¦l no sale en pantalla. Nunca nos lo planteamos, porque ¨¦l no quiere protagonismo¡±, asegura Bolla¨ªn.
Por cierto, la directora confiesa: ¡°Sabedora del material que ten¨ªamos entre las manos, un d¨ªa en el rodaje le dije a Luis: ¡®Oye, en otras pod¨ªamos fallar, pero esta pel¨ªcula no nos puede salir mal¡¯. ?l se re¨ªa para rebajar la tensi¨®n, pero todos hemos entendido que habl¨¢bamos de cosas demasiado importantes, dolorosas, de gente real... ¡°. Los mismos actores vascos se lo advirtieron a la directora: ¡°Me avisaron: ¡®Esto va a remover mucho y queremos que se siga hablando¡¯. Y los entiendo: cada d¨ªa tienen que convivir todos juntos¡±.
?Importa el origen del director? ¡°Yo quer¨ªa hablar de ETA y cuando en su momento le¨ª lo de los encuentros restaurativos en EL PA?S me impresion¨® mucho. El filme es un encargo, y lo recib¨ª feliz. No soy vasca, cierto, creo que la mirada exterior tiene tambi¨¦n sus ventajas. Y por suerte no sufr¨ª el terrorismo. Por otro lado, si delimitamos qui¨¦n puede o no contar algo, solo quedar¨ªan relatos en primera persona¡±. Y subraya otro detalle: ¡°Es una pel¨ªcula contada a trav¨¦s de mujeres, porque las madres saben que no se puede dejar esa situaci¨®n a sus hijos¡±.
Una pareja sale casi al final del reguero de gente. Tampoco dar¨¢n sus nombres. Rozan los 50 a?os y aseguran: ¡°Nos ha gustado, pero yo no me sentar¨ªa delante de quien ha matado a mi pareja¡±. Detr¨¢s sale una chica m¨¢s joven, y ella, de una generaci¨®n distinta, cuenta: ¡°Si no hablamos, ?qu¨¦ pasar¨¢ con nosotros? ?C¨®mo compartiremos futuro?¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.