Maixabel Lasa, una reconciliaci¨®n de pel¨ªcula
Ic¨ªar Bolla¨ªn rueda un drama sobre el encuentro entre la viuda de Juan Mar¨ªa J¨¢uregui, gobernador socialista de Gipuzkoa, muerto a manos de ETA en 2000, y sus asesinos
El calendario ha saltado una d¨¦cada hacia atr¨¢s en la calle Zabaleta, en pleno barrio donostiarra de Gros. En concreto, al primer semestre de 2011, cuando Maixabel Lasa, entonces directora general de la Oficina de Atenci¨®n a las V¨ªctimas del Terrorismo del Gobierno vasco, se reuni¨® con Esther Pascual, abogada penal y coordinadora de los encuentros restaurativos entre v¨ªctimas y presos de ETA. Porque Lasa es la viuda del exgobernador civil de Gipuzkoa Juan Mar¨ªa J¨¢uregui, su pareja desde los 16 a?os, el pol¨ªtico socialista que impuls¨® la investigaci¨®n del caso Lasa y Zabala (el asesinato de dos miembros de ETA), el militante comunista que hab¨ªa pasado a?o y medio en prisi¨®n durante la dictadura franquista. Y aquel mayo de 2011, tras la mediaci¨®n de Pascual, se sentar¨ªa frente a Luis Mar¨ªa Carrasco e Ibon Etxezarreta, dos de los tres integrantes del comando etarra que asesin¨® a su marido el 29 de julio de 2000. En Zabaleta el rostro de Lasa es el de Blanca Portillo, que se ha convertido en su alter ego en la nueva pel¨ªcula de Ic¨ªar Bolla¨ªn. Y esa Portillo-Lasa cruza con muchos nervios de una acera a otra, acompa?ada en la distancia por dos escoltas, hacia un portal se?orial, a sabiendas de que ese paso le acerca a una encrucijada vital. Incluso dentro del portal, dudar¨¢ ante el ascensor que le llevar¨¢ por primera vez al piso de la abogada. Son las secuencias 74 y 75 de Maixabel, una pel¨ªcula que inicia este lunes su ¨²ltima semana, la s¨¦ptima, de rodaje.
El parecido entre Portillo, con la peluca blanca y el conveniente envejecimiento, y Lasa es abrumador. Bolla¨ªn bromeaba el pasado martes, bajo un cielo que se encapotaba por segundos, asegurando que eran Blanca Lasa y Maixabel Portillo. De paseo hacia el Kursaal, la joya dise?ada por Moneo varada en la playa de la Zurriola, a cuatro manzanas de donde hab¨ªa empezado la jornada de rodaje, la directora recordaba que el proyecto le lleg¨® ¡°hace tres a?os¡± de manos de los productores Koldo Zuazua y Juan Moreno. ¡°Yo hab¨ªa le¨ªdo las entrevistas en EL PA?S de M¨®nica Ceberio en 2013 sobre aquellos encuentros restaurativos, y me interesaba mucho el tema¡±, recuerda la realizadora. ¡°Pero estaba con el guion de La boda de Rosa [con la que fue candidata a mejor pel¨ªcula en los ¨²ltimos Goya], y sent¨ª que no iba a dedicarle el tiempo necesario, as¨ª que ellos apuntaron el nombre de Isa Campo¡±. Campo llev¨® el peso de la escritura, que a ella tambi¨¦n se le solap¨® curiosamente con otro guion de otro hecho ver¨ªdico que tambi¨¦n se rueda estos d¨ªas: Un a?o, una noche, sobre el atentado a la sala parisiense Bataclan, que dirige su pareja, Isaki Lacuesta. Bolla¨ªn la define como ¡°una escritora espectacular¡±. Juntas se reunieron, durante dos a?os, primero con Lasa, despu¨¦s con su hija Mar¨ªa, y posteriormente con Pascual, Carrasco, Etxezarreta y ¡°con quien pudiera aportar detalles a la narraci¨®n¡±. Para la cineasta, ¡°la historia ilustra el viaje emocional de Maixabel y de Ibon, al que encarna Luis Tosar, y de quienes les rodean¡±. Por eso se aleja un poco del documental Zubiak (ETA, el fin de silencio) (2019) de Jon Sistiaga, que sentaba a comer a Lasa y a Extezarreta, que mantienen a¨²n hoy su relaci¨®n. ¡°No es tanto los hechos, que los respetamos, como sus vivencias¡±, incide la cineasta.
En los bajos del Kursaal se han asentado las oficinas de producci¨®n y las dependencias de maquillaje y de vestuario, junto con la reconstrucci¨®n de una sala de la Audiencia Nacional. Los pasillos de los inmensos s¨®tanos se han convertido en los corredores de un hospital, la secuencia n¨²mero 9, en los que entra una rejuvenecida Portillo ¡ª¡°desconcertada y angustiada¡±, se lee en el guion¡ª buscando a J¨¢uregui, que acaba de morir tras ser trasladado desde Tolosa con un tiro en la cabeza. En un descanso aparece Maixabel Lasa, la aut¨¦ntica. ¡°?Qu¨¦ est¨¢is rodando aqu¨ª?¡±, pregunta. El equipo dibuja algunas florituras verbales para no concretar la secuencia, y la acompa?an a un camerino. ¡°Es una mujer de unos valores y unos principios de una solidez anonadante, y los expresa con una contundencia y una claridad que son extra?as en el Pa¨ªs Vasco. Y cree en las segundas oportunidades incluso con la gente que m¨¢s da?o le ha hecho¡±, apunta Bolla¨ªn. En ese camerino cerrado, compartiendo sof¨¢, Lasa y Portillo se sientan ante una grabadora y comienza su charla. Lasa sonar¨¢ m¨¢s pragm¨¢tica. A Portillo los ojos se le empa?ar¨¢n los ojos en varios momentos.
Maixabel Lasa. Se me ve bien como Maixabel Portillo [risas de ambas].
Blanca Portillo. Es extra?o, nunca me hab¨ªa ocurrido lo de encarnar no solo a alguien que es real, sino que est¨¢ vivo y con camino por hacer. No te puedes mover en la imitaci¨®n, porque yo no soy ella, y por otro lado est¨¢s a su servicio, con todo respeto. La he analizado para abarcar lo que yo no soy, y cuando ves su recorrido vital en ¨¦l hay hechos, sentimientos, que yo no puedo ni imaginar. Yo mismo no s¨¦ si lo llevar¨ªa a cabo. Una cosa es analizarlos intelectualmente, pensarlos; otra distinta, es hacerlos.
M. L. Con Isa e Ic¨ªar habl¨¦ mucho. Y, por supuesto, con Blanca: le he contado cosas... Nunca te imaginas que har¨¢n una pel¨ªcula sobre ti. Visto con perspectiva, puede servir para explicar qu¨¦ fueron los encuentros restaurativos, que muchos critican sin conocer. Ning¨²n etarra por participar en ellos tuvo beneficios penitenciarios. Y debe de quedar claro, porque fue una de las primeras premisas que subrayamos las v¨ªctimas que participamos en ellos [se acabaron con la llegada al poder de Mariano Rajoy en diciembre de 2011]. Yo hago esto por homenaje a Juan Mari, porque siempre fue dialogante, luch¨® por tender puentes. Para m¨ª, Ibon y Luis son personas muy distintas a las que fueron a asesinar a Juan Mari. Han hecho un viaje y hoy, si volvieran a nacer, no caer¨ªan en lo que cayeron. Te dicen que eso que sucedi¨® no puede repetirse nunca. Yo tampoco soy la misma del 2000. No podemos quedarnos inmovilizados como esfinges. Si queremos alcanzar una convivencia normalizada, debemos aclarar todas las cuestiones, no podemos dejar este marr¨®n a los hijos y los nietos.
B. P. Y creo que la ficci¨®n, toda obra art¨ªstica, pueden aportar algo m¨¢s a quienes no hemos vivido esto, que nos quedamos en el an¨¢lisis mental: nos puede trasladar al mismo encuentro. Nos apela aqu¨ª [se se?ala el coraz¨®n]. Con tu imaginario emocional entras en esa situaci¨®n. El otro d¨ªa vinieron Ibon y Maixabel al rodaje, y al acabar Ibon se la llev¨® en el coche. Era conmovedor. Se lo cont¨¦ a unos amigos de Madrid, y ellos, alucinados, ni lo conceb¨ªan. Pues para superar ese lugar de buenos y malos, para ilustrar esa reconstrucci¨®n, est¨¢ la ficci¨®n. Te despoja de ideas preconcebidas. En todo caso, nunca traicionar¨¦ a Maixabel, aunque seamos de sensibilidades distintas [sonr¨ªe mir¨¢ndola]. Cada uno se emociona de manera distinta. ?Qui¨¦n dice que Maixabel no llora?
M. L. Pues claro que lloro. En mis 10 a?os de trabajo en la oficina de las v¨ªctimas he re¨ªdo, he llorado, me he enfadado... S¨ª, a Luis y a Ibon les solt¨¦: ¡°Prefiero ser viuda de Juan Mari que tu madre¡±. Porque soy madre y saber que tu hijo ha matado a alguien debe de ser terrible. S¨¦ que a ellos les afect¨® mucho. Ibon volvi¨® tiempo despu¨¦s a record¨¢rmela y me dijo: ¡°Hoy prefiero ser Juan Mari a Ibon¡±.
B. P. Cuando rodamos esas frases, Luis Tosar y yo nos partimos en dos.
Portillo y Lasa se abrazan tras 20 minutos de charla. Hay que volver al rodaje. El productor Koldo Zuazua cuenta que conoc¨ªa a Maixabel desde mucho antes. ¡°Yo hab¨ªa hecho La pelota vasca, de Julio Medem, en 2003, que sufri¨® un ataque brutal¡±, recuerda Zuazua. ¡°Y cuando le¨ª las cr¨®nicas de EL PA?S de los encuentros restaurativos, viv¨ª una pulsi¨®n. Aquello ocurr¨ªa en la m¨¢s absoluta intimidad, fuera de ¨¢mbitos pol¨ªticos. Sent¨ª que era algo ¨²nico, que la conciliaci¨®n vasca nacer¨ªa de aquella reuni¨®n del n¨²cleo del dolor. Durante ocho a?os hemos estado con el proyecto, primero como documental, luego con un guion con muchos personajes. Y la clave estuvo cuando nos centramos en Maixabel¡±. Bolla¨ªn subraya: ¡°Ella es un referente en este compromiso por la convivencia en paz. Espero que, al final, la pel¨ªcula sirva para deslegitimar la violencia¡±.
Un dolor provocado a todas las partes
En un rodaje en pandemia, al jaleo habitual se le suma el cuidado con las mascarillas y las distancias. Eso provoca un 20% de aumento del presupuesto y mayor esmero para salvaguardar f¨ªsica y emocionalmente a los actores, en especial a Portillo y Tosar (en la foto, como Etxezarreta, ante el monolito que homenajea a Juan Mar¨ªa J¨¢uregi, en el rodaje de 'Maixabel'). ¡°Lo curioso es que Blanca y yo solo nos hab¨ªamos saludado de lejos una vez, en una presentaci¨®n del festival de M¨¦rida¡±, recuerda por tel¨¦fono Luis Tosar, que encarna a Ibon Etxezarreta. Por eso, el equipo decidi¨® que los dos actores no se ver¨ªan hasta rodar ¡ªunos 20 d¨ªas despu¨¦s de empezar la filmaci¨®n¡ª su primer encuentro. ¡°Yo estaba sentado en la mesa, y cuando entr¨® Blanca, no vi a la actriz, vi a Maixabel. Puede que sea el momento m¨¢s memorable de mi experiencia profesional en el cine", confiesa. Sobre Etxezarreta, cuenta que comparti¨® el mismo planteamiento que Portillo: ¡°Con Ibon he consultado algunas emociones, pero no he buscado hacer un retrato de ¨¦l. Ibon est¨¢ transitando un camino muy duro, el de restauraci¨®n y, a mi modo de ver, un calvario¡±. Y de Maixabel apunta: ¡°Lo que nos deja en herencia es un bien que nos costar¨¢ medir... y puedo entender que otras v¨ªctimas no sigan su camino. Entre los absurdos de aquel momento, es que no ten¨ªan ni idea de a qui¨¦n hab¨ªan matado. Con el tiempo descubrieron el da?o causado y a qui¨¦n. El terrorismo ha provocado dolor en todas las partes¡±.
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