Oteiza y Chillida, cara a cara por primera vez, en una muestra ¡°curativa¡± para enterrar la antigua enemistad
Una exposici¨®n en la Fundaci¨®n Bancaja de Valencia re¨²ne 120 obras de los grandes escultores vascos cuando forjaron una gran complicidad en los a?os 50 y 60 con el visto bueno de sus legatarias
De entrada, no. Esta fue la primera reacci¨®n de la Fundaci¨®n Museo Jorge Oteiza y de Chillida Leku cuando se les plante¨® la participaci¨®n en la primera exposici¨®n cara a cara, sin otros artistas, de dos figuras clave de la escultura espa?ola y europea de la segunda mitad del siglo XX. Parece que los rescoldos de su antiguo enfrenamiento no se hab¨ªan apagado 18 a?os despu¨¦s de la muerte de ambos artistas vascos. Pero luego se lo pensaron y las dos instituciones legatarias de Jorge Oteiza (1908-2003) y Eduardo Chillida (1924-2002) accedieron a prestar obras para la in¨¦dita muestra Di¨¢logo en los a?os 50 y 60, que se ha presentado este jueves en la Fundaci¨®n Bancaja de Valencia con 120 obras.
As¨ª lo ha explicado a la prensa esta ma?ana el bilba¨ªno Javier Gonz¨¢lez de Durana, comisario de la exposici¨®n que se puede ver hasta el mes de marzo. Es la muestra del ¡°acercamiento, de la reconciliaci¨®n de los artistas, de sus figuras hist¨®ricas que parec¨ªan distanciadas¡±, ha aseverado el profesor de Historia de la Universidad del Pa¨ªs Vasco. Es la muestra ¡°curativa, sanadora¡± que ha superado ¡°las enormes complejidades de conciliar a las dos instituciones legatarias que no hab¨ªan colaborado en un proyecto com¨²n¡±, ha a?adido. Ning¨²n representante de ambas ha participado en el acto ante los medios de comunicaci¨®n, si bien s¨ª han asistido a la presentaci¨®n oficial por la tarde.
Gonz¨¢lez de Durana ha querido centrarse en el periodo entre 1949 y 1969, cuando fructifica una ¡°amistad muy ¨ªntima, muy cercana¡±, con cartas, documentos, recomendaciones y ¡°una gran complicidad en el arte y en lo personal¡±. La exposici¨®n exhibe una carta firmada por Chillida y Oteiza en 1962 pidiendo al ministro franquista de Exteriores, Fernando Mar¨ªa Castiella, la libertad del tambi¨¦n escultor Agust¨ªn Ibarrola, preso en la c¨¢rcel, y la de ¡°los amigos que fueron presos por ¨¦l¡±, adem¨¢s de denunciar ¡°el trato inhumano de la polic¨ªa¡±, seg¨²n se recoge en la misiva mecanografiada.
La madera Laocoonte de Oteiza y el hierro Oyarak de Chillida, en posici¨®n de igualdad, casi de hermandad, pese a sus divergencias formales y materiales, reciben al visitante en un recorrido expositivo que contin¨²a con las espectaculares intervenciones de ambos escultores en Arantzazu: el Apostolario del primero y las puertas para la bas¨ªlica el segundo. Hay algunas piezas m¨¢s de Oteiza porque se incluyen m¨¢s obras en papel de ¨¦l. ¡°Todo est¨¢ en plano de absoluta igualdad. Los dos me parecen extraordinarios, no tengo preferencia. Mi gusto lo he sepultado¡±, apostilla el comisario.
A pesar de sus intentos de centrar la cuesti¨®n en el periodo amistoso, era inevitable preguntar por los motivos del enfrentamiento entre ambos y por el abrazo de la paz que se dieron en 1997, en Chillida Leku. Gonz¨¢lez de Durana ha contestado con esp¨ªritu conciliador: ¡°Esta expo gira en torno a los a?os de la amistad y no de la enemistad. Aquel abrazo tuvo algo de puesta en escena, de teatralizaci¨®n. Tambi¨¦n habr¨ªa dosis de sinceridad. Las razones de la enemistad fueron diversas: se cruzaron acusaciones entre ellos y en ciertos entornos de si hab¨ªa copia o plagio... Menudencias. Todos estos artistas respiraban el esp¨ªritu de la ¨¦poca, con las mismas cuestiones¡±.
¡°Las ideas en el mundo art¨ªstico fluyen¡±, ha proseguido el comisario. ¡°Las ideas van de uno a otro, las regurgita uno y las suelta otro. Tambi¨¦n hab¨ªa [en el Pa¨ªs Vasco] un clima de bipolaridad pol¨ªtica, social e ideol¨®gica. Se instrumentaliz¨® a ambos, se les utiliz¨® como punta de lanza de intereses no art¨ªsticos, de confrontaci¨®n ideol¨®gica: uno con el mundo radical [Oteiza], otro con el mundo democratacristiano [Chillida]¡±. Gonz¨¢lez de Durana ha cerrado el cap¨ªtulo enemistad con la siguiente afirmaci¨®n: ¡°Es imperdonable que una p¨¢gina tan brillante de la historia del arte quede empa?ada y manchada por unos dimes y diretes de pueblo¡±.
El comisario ha reconocido la dificultad de organizar la exposici¨®n en el Pa¨ªs Vasco por ¡°los prejuicios¡± a¨²n existentes, pero conf¨ªa en que estos se superen e incluso que la exposici¨®n viaje a la tierra de los artistas. Por ello, ha celebrado la propuesta de Rafael Alc¨®n, presidente de la Fundaci¨®n Bancaja, de realizar la muestra, que se ha nutrido tambi¨¦n de pr¨¦stamos de museos como el Reina Sof¨ªa, el Guggenheim de Bilbao o el IVAM de Valencia. Alc¨®n ha admitido que la gestaci¨®n y el desarrollo de la exposici¨®n fue ¡°todo un reto¡±, cuyo resultado ¡°se ha convertido en un hito¡±. ¡°Ha sido una bella historia de posibles e imposibles. Entre lo posible y lo imposible, muchas veces solo dista la reflexi¨®n y el trabajo¡±, ha a?adido. El consejero vasco de Cultura, Bingen Zupiria, y de su hom¨®logo valenciano, Vicent Marz¨¤, confirmaron su asistencia a la inauguraci¨®n oficial en la tarde de este jueves.
Fuera de la sala de la exposici¨®n, Luis Chillida, hijo del escultor y presidente de la fundaci¨®n que lleva el nombre de su padre, ha admitido las reticencias iniciales y el impacto que les produjo la propuesta de exposici¨®n. ¡°Bueno, luego reflexionamos. Hay que reflexionar¡±, ha comentado sonriendo.
Jorge Oteiza y Eduardo Chillida. Di¨¢logo en los a?os 50 y 60. Hasta el 6 de marzo en la Fundaci¨®n Bancaja de Valencia. De martes a domingo por 7 euros (entrada general).
Babelia
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