Un mural protegido por la Constituci¨®n
El arte pol¨ªtico callejero gan¨® una de sus m¨¢s importantes victorias en Colombia: la Corte Constitucional defendi¨® el derecho a reproducir la composici¨®n pict¨®rica que un general del Ej¨¦rcito intent¨® censurar
El arte pol¨ªtico callejero, ese que sabe que no hay denuncia m¨¢s efectiva que aquella que se dibuja en un enorme muro, ha ganado una de sus m¨¢s grandes victorias esta semana. La Corte Constitucional de Colombia, la m¨¢s importante del sistema judicial, tom¨® una decisi¨®n clave para resolver un caso medi¨¢tico en el que se enfrentaron, a causa de un mural, un poderoso general del Ej¨¦rcito y una organizaci¨®n de derechos humanos. Los jueces, despu¨¦s de dos a?os desde que empez¨® el l¨ªo legal, decidieron darle su apoyo al mural.
¡°?Qui¨¦n dio la orden?¡±, pregunta en la parte superior este mural en amarillo y negro, pintado en octubre del 2019 en una esquina concurrida de Bogot¨¢, y en el que tambi¨¦n est¨¢n dibujados los retratos de cinco generales del Ej¨¦rcito colombiano que ejercieron cargos importantes entre el 2000 y 2010. En esos a?os se hizo p¨²blico que miles de ciudadanos hab¨ªan sido asesinados por miembros de las Fuerzas Armadas para luego ser presentados como guerrilleros abatidos en combates. Un fen¨®meno tr¨¢gico de la guerra colombiana conocido como falsos positivos. En 2019 se estimaba que eran al menos 5.763 personas asesinadas de esa forma, cifra que est¨¢ escrita en la esquina izquierda del mural. Abajo de la cara de cada general est¨¢n las cifras estimadas de los asesinados en las zonas donde los cinco comandaban. ?Fueron ellos quienes dieron la orden? ?Fueron otros m¨¢s arriba?
¡°La construcci¨®n de la pieza gr¨¢fica se hizo de manera colectiva, y para ello, se tuvo en cuenta cada idea o deseo que pudieran tener los grupos de v¨ªctimas¡±, dice a El Pa¨ªs el artista urbano que dise?¨® el mural, conocido como Corrosivo Carsal. ¡°El d¨ªa [en que pintamos el mural] un grupo de polic¨ªas y militares nos hostigaron y reclamaron de forma agresiva, exigi¨¦ndonos informaci¨®n personal, y a m¨ª me impusieron un comparendo (una sanci¨®n) por un supuesto da?o en bien p¨²blico¡±. En esa esquina de Bogot¨¢ no era da?o al bien p¨²blico, se sabr¨ªa despu¨¦s por la alcald¨ªa, y el mural logr¨® ser pintado.
¡°Lo que la Corte Constitucional dijo es que el mensaje del mural es de inter¨¦s p¨²blico para la sociedad colombiana¡±, dice Daniela Rodr¨ªguez, una de las abogadas del caso defendiendo al mural a nombre del Movice (Movimiento nacional de v¨ªctimas de cr¨ªmenes del Estado), la organizaci¨®n de derechos humanos detr¨¢s de la iniciativa. ¡°Y que si bien son las v¨ªctimas quienes piden verdad por estas ejecuciones extrajudiciales, toda la sociedad pide garant¨ªas de no repetici¨®n¡±, a?ade Rodr¨ªguez.
El l¨ªo legal arranc¨® cuando uno de los generales retratados, Marcos Evangelista Pinto Lizarazo, demand¨® el mural y su difusi¨®n en twitter a trav¨¦s de una tutela (un mecanismo especial del sistema judicial) argumentando que se estaba vulnerando su buen nombre, su honra, y su derecho a un debido proceso. Uno de sus argumentos centrales dec¨ªa que no hab¨ªa una sentencia judicial en su contra por las acusaciones de falsos positivos, y que por ende no se le deb¨ªa se?alar como culpable de antemano en un mural. Un juez en Bogot¨¢ rechaz¨® su petici¨®n de retirar el mural, pero no tanto por sus argumentos, sino porque consideraba que el general debi¨® exigir primero una rectificaci¨®n al Movice antes de acudir a la justicia. Pero el general no par¨® all¨ª. Pidi¨® que se revisara la decisi¨®n, y logr¨® que en febrero del 2020 otro juez de Bogot¨¢ ordenara al Movice retirar ¨Cen 48 horas¨C la imagen de murales, redes sociales o medios de comunicaci¨®n. Algo imposible de cumplir: la imagen del mural ya hab¨ªa sido compartida cientos de veces por usuarios de redes sociales.
Como era obvio, en vez de silenciar el mural, la decisi¨®n lo que hizo fue volverlo m¨¢s viral de lo que ya era. A principios del 2020 miles de usuarios de Twitter, Facebook o Instagram publicaron en sus perfiles la imagen del mural que, adem¨¢s, fue a?adiendo nueva informaci¨®n que se conoc¨ªa sobre los falsos positivos en la Justicia Especial para la Paz, o JEP, como se conoce un tribunal de justicia transicional. Si la primera versi¨®n del mural hablaba de al menos 5.763 casos, la ¨²ltima mencionaba al menos 6.402 personas asesinadas. Si la primera versi¨®n ten¨ªa solo a cinco generales como posibles responsables, la ¨²ltima ya tiene las caras de 13 grandes mandos del Ej¨¦rcito.
¡°El mural se volvi¨® patrimonio de la sociedad¡±, dice a EL PA?S Alexander Castro, familiar de dos v¨ªctimas de cr¨ªmenes de Estado. Castro explica que en octubre del 2006 tanto su t¨ªo como su hermano fueron asesinados y presentados por el ej¨¦rcito como miembros de la guerrilla del ELN. Desde que apareci¨® el mural en 2019, ¨¦l ha hecho parte del esfuerzo por difundir la imagen no solo en redes sino en calcoman¨ªas, pendones o camisetas (hoy, se encuentra hasta en las mascarillas). ¡°Esta es la forma de expresar nuestra tristeza, pero tambi¨¦n nuestra lucha por la verdad¡±, a?ade Castro. Los militares, dice, ¡°saben que estas cifras son ciertas: 6.402 es una cifra que se encontr¨® con investigaciones, y si ellos tienen ese honor que dicen que tuvieron en el ej¨¦rcito, no tienen ese honor ahora para reconocer la verdad¡±. Lo que quiere, insiste, es que los militares respondan a la pregunta: ?Qui¨¦n dio la orden?
El Movice demand¨® en 2020 la segunda decisi¨®n judicial que buscaba censurar el mural y eventualmente salt¨® a la ¨²ltima instancia, la Corte Constitucional, que decidi¨® ver la evidencia y pronunciarse al respecto. El fallo hecho p¨²blico esta semana no solamente es un enorme mensaje en apoyo al arte callejero, sino tambi¨¦n a la libertad de expresi¨®n y al derecho a la memoria que tienen las v¨ªctimas de la guerra en Colombia.
Debido ¡°al inmenso impacto que ha tenido en nuestra sociedad el fen¨®meno de los denominados ¡®falsos positivos¡¯¡±, dice el fallo, ¡°la manifestaci¨®n y los datos que se relacionan en la imagen en cuesti¨®n son de evidente inter¨¦s p¨²blico¡±. El general que demand¨®, adem¨¢s, no es un ciudadano cualquiera sino un funcionario p¨²blico, y por ende ¡°se encuentra sujeto al escrutinio ciudadano¡±. En otras palabras, los ciudadanos tienen derecho a cuestionar p¨²blicamente su autoridad y sus acciones. Las expresiones del mural, a?ade la corte, no son desproporcionadas ya que en el mural no se est¨¢ atribuyendo una responsabilidad sino cuestionando de qui¨¦n es la responsabilidad. ¡°?Qui¨¦n dio la orden?¡± pregunta claramente el mural. ¡°El mensaje que se quiere enviar a la comunidad [con esta imagen] es que las v¨ªctimas de estos cr¨ªmenes exigen la verdad¡±, dice la decisi¨®n. Un intento por censurar ese esfuerzo, en cambio, ¡°puede resultar en la revictimizaci¨®n de los afectados por los respectivos cr¨ªmenes¡±.
La Corte dice que la informaci¨®n del mural adem¨¢s estaba basada en fuentes confiables ¨Cinvestigaciones judiciales o informes de derechos humanos¨C as¨ª que no se trata de afirmaciones que se inventaron los del Movice caprichosamente. Adem¨¢s, aclaran los jueces, no es cierto que solo se pueda hablar de los posibles cr¨ªmenes de un funcionario hasta que haya una sentencia judicial sobre los casos. Eso volver¨ªa imposible denunciar a alguien hasta que un juez intervenga.
¡°La verdad no solo se alcanza en escenarios judiciales¡±, dice el fallo. Otra forma de decir que la memoria no es monopolio de los jueces. La memoria tambi¨¦n puede estar en la calle y sus murales.
¡°Yo no s¨¦ de otro caso como este, creo que es un caso sui generis¡±, dice Rodr¨ªguez, la abogada en el caso, sobre la primera vez que la Corte Constitucional sale a defender a un mural. ¡°Me parece que es un fallo que cobra relevancia porque no solo est¨¢ protegiendo la libertad de expresi¨®n¡±, a?ade, ¡°sino porque muestra c¨®mo ese derecho a la libertad de expresi¨®n se relaciona con el derecho a la verdad, a la justicia, a la memoria, y a la exigencia que hacen las v¨ªctimas de que el sistema los reconozca¡±.
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