Miguel Bos¨¦: ¡°Para m¨ª ha sido m¨¢s dif¨ªcil ser hijo que padre¡±
El m¨²sico presenta ¡®El hijo del Capit¨¢n Trueno¡¯, unas dur¨ªsimas, tiernas y t¨®rridas memorias en las que recrea la dif¨ªcil relaci¨®n con sus padres, Luc¨ªa Bos¨¦ y Luis Miguel Domingu¨ªn, los fascinantes personajes que frecuentaban y su despertar sexual con hombres y mujeres
Son las 11 de la ma?ana en un cuarto de un hotel de lujo de Madrid. Miguel Bos¨¦ encara su segundo d¨ªa de entrevistas de promoci¨®n de su libro. Docenas de compa?eros han pasado, unos inmediatamente detr¨¢s de otros, ante el artista en este junket, esa pr¨¢ctica habitual de editoriales, discogr¨¢ficas y productoras para orde?ar medi¨¢ticamente hasta la ¨²ltima gota a los protagonistas de sus lanzamientos. Bos¨¦ ha pedido ¡ªexigido¡ª a sus editores que las preguntas de la prensa, radios y teles, se limiten a su autobiograf¨ªa. Los periodistas lo sabemos, igual que ¨¦l sabe que le preguntaremos por su postura negacionista del coronavirus, si en algo estimamos nuestro oficio y no queremos pasar por marcianos o por sus propios relaciones p¨²blicas. El libro de Bos¨¦, el primero que escribe, justo es decirlo, es una lectura amena, emocionante, dura, tierna y t¨®rrida por momentos, escrita con buen pulso, gusto y ritmo narrativos. Me fijo en el t¨ªtulo del volumen, y en su firma, escrita en la portada por lo que parece el pu?o y letra de alguien, enlazando una letra con la otra con tirabuzones y rabillos como en esa florida caligraf¨ªa de los ni?os hasta que sueltan la mu?eca. Le pregunto:
?Esta es su letra?
S¨ª, una de ellas. ?Por qu¨¦?
?Tiene varias?
S¨ª, igual que tengo varios abrigos, y son diferentes. Pero, a ver, vamos a ver d¨®nde vamos.
Me resulta curioso lo de tener varias letras. ?Por qu¨¦ ha elegido esa para titular su biograf¨ªa?
Porque es as¨ª, porque quiz¨¢ es la que se acerca m¨¢s al ni?o que fui, no s¨¦ por qu¨¦ preguntas eso.
?Qu¨¦ pregunta le gustar¨ªa que le hiciese?
Que me preguntases por el libro. ¡°?C¨®mo es tu libro?¡±.
?Y qu¨¦ titular le gustar¨ªa que sacase?
Ay, por favor, qu¨¦ cosa m¨¢s aburrida. ¡®Una vida extraordinaria¡¯, ese ser¨ªa el titular para m¨ª, porque esa es la banda que le he puesto al libro. Pero ese no lo vais a poner.
?Cu¨¢ndo se dio cuenta de que era extraordinaria? Su vida, digo.
Uno no se da cuenta, ni siquiera compar¨¢ndose con quien tiene alrededor. Si tienes la cabeza bajo el agua, no puedes respirar, tienes que salir. Y eso es lo que he hecho, salir del agua. Me he dado cuenta de que mi vida era muy bella, ¨²nica, excepcional. Pero vivi¨¦ndola, no te das cuenta. Igual que, vi¨¦ndola cada d¨ªa en el espejo, no ves las cosas que pasan en tu cara.
?Qui¨¦nes han sido el hombre y la mujer de su vida?
Mi padre y mi madre.
?Ning¨²n otro amor le ha marcado tanto?
Jam¨¢s, jam¨¢s.
?Eso es un ¡®Edipo¡¯ y un ¡®Electra¡¯ de libro, no?
Bueno, t¨² ves en el libro que mi madre sin duda estimulaba el Edipo. Todas las madres lo hacen. El padre, supongo que estimula el Electra con sus hijas, y con los hijos, para que de alguna manera crezcan, crean competencia.
En sus p¨¢ginas recrea escenas dur¨ªsimas en las que su padre lo maltrata despiadadamente de ni?o. ?Necesitaba sacar ese dolor, o no s¨¦ si rencor, para explicar y explicarse su posterior reconciliaci¨®n?
En el libro no existe el rencor. Si t¨² lo ves es porque t¨² lo interpretas as¨ª, pero no, jam¨¢s. Son memorias duras, a veces muy desagradables, muy feas, pero porque lo que cuento fue as¨ª. El retrato es fiel al recuerdo que tengo. Sin edulcorarlo. Ah¨ª est¨¢n las texturas, los gestos, las luces, todo lo que cuento fue tal cual. Si lo contaba, ten¨ªa que contarlo como fue.
?Llor¨® escribiendo?
S¨ª, mucho. Porque saca cosas que estaban aparcadas. Tirando del hilo de un recuerdo, te acuerdas de lo que pas¨® despu¨¦s, de qu¨¦ consecuencias tuvo aquello. T¨² sabes que esas cosas fluyen, que, si las dejas ir, empiezan a salir cosas desde lo alto de la monta?a hacia el mar de las historias.
?Cuesta m¨¢s ser padre o hijo?
Es m¨¢s dif¨ªcil ser hijo. Para m¨ª, no s¨¦ a nivel general. S¨¦ que hay gente a la que le es inc¨®modo ser padre, que no sabe c¨®mo manejar las cosas. A m¨ª eso no me pasa. Para m¨ª fue dif¨ªcil ser hijo porque date cuenta de que tuve que sobrevivir a dos monstruos sagrados, que ten¨ªan sombras muy largas y todo lo eclipsaban.
Conmueve el retrato que hace de su tata Reme, la mujer que les cuidaba. ?Qu¨¦ fue ella en su vida?
La columna vertebral de la familia. La ¨²nica que tuvo cabeza entre dos dioses, dos estrellas a las que se les consent¨ªa todo, y que hac¨ªan cosas brutales. La tata Reme era la gerente, la que ostentaba la jefatura de la casa. Y menos mal que estaba.
?Teme repetir los errores de sus padres con sus propios hijos?
No se repiten porque hay cosas que de forma natural se descartan, o se cambian, o se reconducen. No he hecho ning¨²n esfuerzo por darles a mis hijos lo que a m¨ª me falt¨®, o por apartarles de lo que a m¨ª me da?¨®, o de lo que no me ense?¨® nada. Simplemente sucede. Y luego te puedes dar cuenta de que, en efecto, les est¨¢s dando lo que a ti te hubiese gustado que te dieran.
[¡ªBos¨¦, molesto y hostil desde la primera pregunta, mira a un representante de la editorial, que, inmediatamente, nos apremia con que nos quedan cinco minutos, as¨ª que pasamos a grabar el v¨ªdeo que acompa?a a la versi¨®n digital de esta entrevista, de la que se reproducen, a continuaci¨®n, algunas preguntas y respuestas.]
?Por qu¨¦ titul¨® su libro ¡®El hijo del capit¨¢n Trueno¡¯?
Por mi canci¨®n del mismo t¨ªtulo, que explica la relaci¨®n que tuvimos mi padre y yo. Es lo m¨¢s in¨¦dito de todo lo in¨¦dito que cuento en el libro, y me gustar¨ªa que la revisit¨¢rais antes de leerlo.
En el libro habla abierta y expl¨ªcitamente de su bisexualidad. ?Vivi¨® siempre sin armarios?
Siguiente pregunta.
Pero s¨ª lo cuenta en el libro.
Pero no con ese tono que le pones, amarillista y sensacionalista.
?Qui¨¦n es su peor enemigo?
En este momento, mi peor enemigo eres t¨².
Tiene una docena de canciones que nos sabemos de memoria, insertas en la memoria colectiva del pa¨ªs. ?Ese es su mejor legado?
S¨ª, sobre todo en la m¨²sica, porque adem¨¢s, esos temas corresponden a distintos momentos muy determinados de la historia de este pa¨ªs.
?Cree que sus pol¨¦micas opiniones sobre la pandemia han erosionado su reputaci¨®n?
No voy a hablar sobre cosas que no tengan que ver con el libro. Se os dijo. T¨² puedes preguntar y yo no responder.
Muchas gracias
Gracias. [Se quita el micr¨®fono, me abronca por ser ¡°tensa entrevistando¡±, y se va sin despedirse]
DE SU PADRE Y DE SU MADRE
Miguel Bosé (Panamá, 65 años), único hijo varón de los mitos Luis Miguel Dominguín y Lucía Bosé, cree llegada la hora de contar la primera parte de una vida "única, bella y excepcional". La suya. El resultado, El hijo del Capitán Trueno (Espasa), son unas amenas y vigorosas memorias que comienzan desde antes de la concepción de "Miguelito", como se llama a sí mismo de niño, y acaban justo con su legendario debú como cantante en Florida Park, ante la arrobada mirada de sus padres, ya separados y reunidos de nuevo para acompañarlo. Su tormentosa convivencia con el volcánico Dominguín, con quien sentía no cumplir jamás con sus expectativas. El ambiente libérrimo de la casa Bosé cuando, por fin, su madre decidió abandonar al torero. Los primeros amores del adolescente Miguel con Helmut Berger y otros hombres y mujeres. Su relación casi familiar con mitos del siglo XX, como Picasso y Ava Gardner. Todos esos acontecimientos, y más, contados sin ahorrar pelos, señales, sudor y lágrimas, desfilan por las páginas de la autobiografía. La continuación, la vida no menos convulsa del Miguel adulto y del Bosé artista, se verán pronto, en un documental de televisión que prepara ahora.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.