El Archivo Hist¨®rico de los Movimientos Sociales nace sin dinero extra ni personal espec¨ªfico
La creaci¨®n por el Ministerio de Cultura de un gran repositorio para albergar documentaci¨®n de asociaciones antifranquistas causa recelos entre los archiveros por su falta de medios y espacio
Los archivos de organizaciones obreras y estudiantiles antifranquistas, los de los primeros grupos conservacionistas y feministas en Espa?a, los documentos de los pioneros en la reivindicaci¨®n de los derechos de los homosexuales o de los movimientos de objetores de conciencia contra el servicio militar¡ Todo ello podr¨ªa tener cabida en el reci¨¦n nacido Archivo Hist¨®rico de los Movimientos Sociales, creado por el Ministerio de Cultura y que tendr¨¢ su sede en Alcal¨¢ de Henares (Madrid). Sin embargo, tras las luces de una supuesta medida estrella que quiere poner en marcha en unos meses el ministro Miquel Iceta, asociaciones del sector de los archiveros y documentalistas dudan de que el proyecto cuente con el dinero, medios y personal necesarios. Esta iniciativa la anunci¨® el anterior ministro, Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez Uribes, en febrero de este a?o. Sin embargo, relevado este en julio, Iceta tom¨® el testigo y en octubre el Consejo de Ministros aprob¨® el real decreto, publicado en el BOE del 12 de ese mes, con el que se pone en marcha el archivo.
El secretario general de Cultura y Deporte, V¨ªctor Francos, destaca que ¡°ser¨¢ el primer archivo nacional, en este caso dependiente de la Direcci¨®n General de Bellas Artes, que registre los movimientos sociales desde el tardofranquismo, poco antes de la Transici¨®n, hasta comienzos de los ochenta, porque es la etapa en que afloran ese tipo de organizaciones¡±. La ley de patrimonio, de 1985, considera ¡°patrimonio documental¡± a los documentos con m¨¢s de 40 a?os. Los papeles que Cultura espera recibir pertenecer¨ªan a ¡°entidades, fundaciones y colectivos que han participado en la transformaci¨®n social y pol¨ªtica de Espa?a tal y como la conocemos hoy¡±, a?ade Francos, quien por ahora prefiere no dar nombres de las organizaciones que ya se han dirigido al ministerio. El real decreto hace hincapi¨¦ en recuperar el legado ¡°del movimiento feminista¡± y de las asociaciones de consumidores.
Enrique Moradiellos, catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad de Extremadura y nuevo miembro de la Real Academia de la Historia ¡ªlee su discurso el 28 de este mes¡ª, conf¨ªa en que el proyecto genere ¡°una inercia que lleve a aportar archivos personales y atraer donaciones¡±. Este historiador afirma que ¡°la concentraci¨®n de archivos genera sinergias y facilita la labor a los investigadores¡±, lo que en este caso puede ser ¡°fundamental para entender las l¨ªneas de fractura que ocasionaron la crisis del franquismo, especialmente los obreros y los universitarios¡±, a trav¨¦s de sus huelgas, manifestaciones y protestas.
Henar Alonso, directiva de la Asociaci¨®n Archiveros Espa?oles en la Funci¨®n P¨²blica (AEFP), que agrupa a unos 150 miembros, sostiene que la idea no les parece mala, ¡°pero en el real decreto se han dejado aspectos importantes sin regular¡±. Su asociaci¨®n, que defiende los archivos p¨²blicos como garantes de la transparencia administrativa y de los derechos ciudadanos, reclama ¡°una ley general de archivos que regule todos, los p¨²blicos y los privados, para definir cuestiones como su acceso, y no un real decreto¡±. Y se pregunta: ¡°?No habr¨ªa sido mejor incorporar los nuevos documentos al Archivo General de la Administraci¨®n (AGA) o al Archivo Hist¨®rico Nacional (AHN)? Lo acordado nos parece antit¨¦cnico, han ido muy deprisa¡±.
¡°Hermano pobre¡±
Alonso remarca adem¨¢s una cuesti¨®n fundamental para ellos. El real decreto establece que los gastos generados por este nuevo archivo ¡°ser¨¢n atendidos con cargo a los cr¨¦ditos presupuestarios del Ministerio de Cultura y Deporte, sin que supongan incremento de gasto p¨²blico¡±. ¡°As¨ª parece dif¨ªcil pensar que sean posibles nuevas aportaciones documentales si no se contempla una inversi¨®n en nuevas infraestructuras¡±, a?ade. Lo corrobora la presidenta de la Sociedad Espa?ola de Documentaci¨®n e Informaci¨®n Cient¨ªfica (Sedic), Yolanda de la Iglesia, que re¨²ne a profesionales del sector p¨²blico y privado que gestionan la informaci¨®n: ¡°El problema es la falta de dotaci¨®n econ¨®mica. Los archivos que ya hay son el hermano pobre de la gesti¨®n de la informaci¨®n en la administraci¨®n p¨²blica. Sin dinero es una propuesta que nos crea mucha incertidumbre¡±.
Adem¨¢s, ¡°las referencias al personal que se ocupar¨¢ de estas tareas son m¨ªnimas¡±, agrega Alonso, por lo que para la AEFP ¡°hay mucha indefinici¨®n; se ha querido ser grandilocuente y colgarse la medalla de un nuevo centro, que estar¨ªa bien poniendo dinero, pero no a coste cero¡±. En la misma direcci¨®n apunta De la Iglesia: ¡°Hay bastante precipitaci¨®n en los planteamientos¡± y lamenta ¡°que no haya habido mucha participaci¨®n de los agentes¡± del sector en lo acordado por Cultura.
Otro pero que pone Alonso es el de los grupos incluidos en este archivo. ¡°?Por qu¨¦ no est¨¢n, por ejemplo, las asociaciones vecinales?¡±. En este sentido, Moradiellos subraya que ¡°la urbanizaci¨®n acelerada de ciudades como Madrid o Barcelona cre¨® una serie de problemas de higiene y salubridad que llevaron a este tipo de grupos a demandar mejoras¡±, con su consiguiente documentaci¨®n. El historiador abre m¨¢s el abanico: ¡°Yo incluir¨ªa tambi¨¦n a las organizaciones obreras cat¨®licas, que tuvieron una importancia transversal¡±.
Con los medios que hay hoy no merece la pena andar moviendo fondos de un archivo a otroAsociaci¨®n Archiveros en la Funci¨®n P¨²blica
Una de las organizaciones a las que podr¨ªa ata?er este archivo es la Confederaci¨®n Nacional del Trabajo (CNT), que re¨²ne agrupaciones sindicales anarquistas. Por correo electr¨®nico, S¨°nia Tur¨®n, presidenta de la Fundaci¨®n Anselmo Lorenzo, que custodia el archivo de esta organizaci¨®n, se pregunta si el Archivo no ser¨¢ ¡°un caj¨®n de sastre donde incluir todo movimiento colectivo que haya hecho algo a nivel social¡±. Tur¨®n defiende el archivo de la CNT que albergan ¡ªotra parte est¨¢ en el Instituto de Historia Social, en ?msterdam¡ª y considera que trasladarlo a ese nuevo centro diluir¨ªa su peso.
Francos apunta que ¡°la idea es que se hagan convenios con las diferentes entidades, para desarrollar un proceso que acabar¨ªa con la cesi¨®n de la documentaci¨®n al Archivo. Queremos tener todo en el mismo sitio porque hay entidades con dificultades para custodiar y conservar su propia documentaci¨®n¡±.
Edificio en Alcal¨¢
Ese lugar ser¨¢ un edificio de la Universidad de Alcal¨¢; en realidad se aprovechar¨¢ el que ya contiene, desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, archivos del movimiento obrero, como los de las fundaciones Largo Caballero, Pablo Iglesias e Indalecio Prieto, que, sin embargo, contienen documentos desde comienzos del siglo XX, muy anteriores al franquismo. El rector del campus alcala¨ªno, Jos¨¦ Vicente Saz, dice que esta instituci¨®n aportar¨¢ ¡°el espacio y su mantenimiento¡± al Archivo y que Cultura tendr¨¢ que comunicarles primero qu¨¦ documentaci¨®n les llegar¨¢. ¡°Despu¨¦s procederemos a valorar el estado del material, a organizarlo y que cada documento tenga una ficha para archivarlo. As¨ª podr¨¢ ser un ¨²til instrumento de investigaci¨®n¡±, explica. Sin embargo, Henar Alonso advierte: ¡°Ese edificio apenas tiene capacidad para albergar en sus dep¨®sitos nuevos ingresos documentales¡±.
Desde la AEFP se preguntan tambi¨¦n ¡°qu¨¦ ocurrir¨¢ con la documentaci¨®n sobre movimientos sociales que ya est¨¢ en otros centros, ?se van a trasladar al nuevo espacio, se har¨¢n copias¡? Hoy, con los medios que hay, no merece la pena mover fondos, lo que se necesita es una web donde est¨¦ todo bien digitalizado y se pueda consultar¡±. Ambas asociaciones de archiveros muestran finalmente su inquietud por la cuesti¨®n de c¨®mo se acceder¨¢ a los nuevos fondos, porque ¡°habr¨¢ muchos privados¡±. Para De la Iglesia, la medida anunciada desde el Ministerio de ¡°firmar convenios con cada entidad o particular¡± no es lo m¨¢s criticable del real decreto, ¡°pero resultar¨¢ una tarea muy laboriosa, con muchas cuestiones que negociar¡±. En cualquier caso, para Moradiellos lo primordial ser¨ªa que ¡°todos estos documentos se puedan preservar de la incuria del tiempo porque los destruye¡±.
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