La memoria hist¨®rica del anarquismo espa?ol reposa en ?msterdam
El International Institute of Social History guarda el archivo de la CNT-FAI y tambi¨¦n los de la resistencia antifranquista y la editorial Ruedo Ib¨¦rico. Entre los fondos ha aparecido la orden de viajar a Madrid recibida por el l¨ªder anarquista Durruti antes de morir y cartas de P¨ªo Baroja
Parte de la memoria de la Guerra Civil espa?ola (1936-1939) y el anarquismo se conserva en los Pa¨ªses Bajos, en concreto en el International Institute of Social History (IISH), de la capital neerlandesa, fundado en 1935, y que atesora el archivo hist¨®rico de la CNT-FAI ¡ªlas conocidas como 47 cajas de ?msterdam¡ª junto con una extensa colecci¨®n sobre el activismo obrero y los movimientos sociales. Sacado de Espa?a para evitar que Franco lo reclamara durante la contienda o en a?os posteriores, entre los m¨¢s de 20 kil¨®metros de estantes del instituto figura la orden de viajar a Madrid dada por el propio sindicato en 1936 al l¨ªder anarquista Buenaventura Durruti. All¨ª caer¨ªa despu¨¦s en extra?as circunstancias. El IISH guarda tambi¨¦n los archivos de la resistencia antifranquista y de la editorial Ruedo Ib¨¦rico, los de sindicalistas y feministas libertarias, cartas originales del escritor P¨ªo Baroja, as¨ª como miles de im¨¢genes de la contienda que se cre¨ªan perdidas. Entre estas, las captadas por las fot¨®grafas Margaret Michaelis y Kati Horna, cuya atribuci¨®n fue posible gracias a la labor de la historiadora espa?ola Almudena Rubio. Es el legado de una situaci¨®n extrema puesto a disposici¨®n de los investigadores.
La nota sobre Durruti, firmada por los comit¨¦s regionales de la CNT-FAI, estaba fechada el 9 de noviembre de 1936, sin sellar, y ordena ¡°que el compa?ero Durruti, sin m¨¢s dilaci¨®n parta para Madrid (¡) para intervenir decididamente en la defensa de la capital de Espa?a¡±. Seg¨²n Almudena Rubio, que ha recuperado esta circular, es la prueba documental de que ¡°la c¨²pula de la Confederaci¨®n Nacional del Trabajo y la Federaci¨®n Anarquista Ib¨¦rica estaba detr¨¢s de aquella decisi¨®n, mientras que Durruti quer¨ªa tomar Zaragoza¡±, explica en una videollamada.
A?ade que no todas las ¨®rdenes de la CNT-FAI iban selladas, y hab¨ªa un distanciamiento entre el sindicato y sus bases, ¡°pero parece que se consider¨® a Durruti imprescindible para la lucha antifascista en la capital¡±. Al desviar al leon¨¦s de su idea original, ¡°sal¨ªan beneficiados los comunistas, que tomaban ya posiciones en Madrid, y Stalin, que estaba en contra de la revoluci¨®n social perseguida por Durruti¡±, apunta. Los firmantes indican ¡°las posibilidades enormes de ¨¦xito [de nuestros camaradas] si les llega nuestra ayuda¡±, y apelan al ¡°anhelo del pueblo de Madrid, que nos reclama¡±. La realidad fue bien distinta. Durruti muri¨® de un balazo d¨ªas despu¨¦s de llegar y hay varias teor¨ªas sobre lo ocurrido. Su ch¨®fer, Clemente Cuy¨¢s, dijo en 1993 que hab¨ªa sido v¨ªctima de un disparo fortuito de su propio fusil y el sindicato exigi¨® silencio a los testigos. Otras versiones hablan de su muerte en combate o por la bala de un traidor.
La llegada a los Pa¨ªses Bajos del archivo de la CNT-FAI fue convulsa. ¡°Cuando en 1939 se vio que el bando republicano no ganar¨ªa la Guerra Civil, representantes del sindicato lo llevaron a la sucursal que ten¨ªa en Par¨ªs el IISH. Lo hicieron en calidad de particulares, para evitar que el nuevo Estado fascista pudiera reclamarlo despu¨¦s por ser de una organizaci¨®n espa?ola¡±, explica Leo Lucassen, su director de investigaci¨®n, en otra videollamada.
Poco antes del estallido de la II Guerra Mundial, el archivo parisino fue trasladado al Reino Unido y regres¨® a ?msterdam en 1947. Cerrado durante tres d¨¦cadas, hasta la muerte de Franco, en los a?os ochenta fue ordenado y se hizo inventario. Lucassen subraya que la Guerra Civil espa?ola gener¨® ideas a escala internacional cuyo efecto es indiscutible: ¡°Prueba de ello es que entre las Brigadas Internacionales hubo centenares de holandeses comprometidos en una lucha presentada como ejemplar: entre el bien y el mal¡±. La vuelta a los Pa¨ªses Bajos de este grupo fue muy dolorosa y supuso casi su muerte civil. ¡°Se quedaron sin pasaporte por haber luchado para una fuerza extranjera. Eran vistos como unos traidores a su patria, pero tambi¨¦n como un icono libertador¡±, apunta. La nacionalidad les fue devuelta en 1970, y ?msterdam les dedic¨® en 1986 un monumento en una plaza llamada Spanje (Espa?a) 1936-1939.
Las cartas de Baroja
Entre la abundante correspondencia espa?ola conservada hay tres cartas originales del escritor P¨ªo Baroja. Incluidas en el Archivo de la Resistencia Espa?ola, que recoge documentos hasta 1974, est¨¢n dirigidas a Concepci¨®n Mart¨ª Vall (Ada Mart¨ª). Era una escritora y periodista anarquista que le admiraba, aunque m¨¢s tarde se distanci¨® porque le parec¨ªa que Baroja hab¨ªa traicionado el car¨¢cter social de sus primeras obras. Fechadas en 1936, cuando ella ten¨ªa 21 a?os y ¨¦l 64, parecen un intercambio entre un idealizado profesor y su alumna, y Baroja le confiesa su pasi¨®n de ¡°vivir para escribir, escribir para vivir¡±. Al mismo tiempo, le dice cosas como esta: ¡°Yo ya no necesito br¨²jula porque estoy anclado en el puerto. Usted s¨ª es la que debe estar atenta a la aguja de marcar¡±. Encontradas por la misma experta espa?ola, fuentes del Ateneu Enciclop¨¨dic de Barcelona, que tiene una fotocopia de estas misivas, indican que desconoc¨ªan la presencia de los originales en ?msterdam.
El centro holand¨¦s acoge, por otro lado, el archivo de Ruedo Ib¨¦rico, la editorial fundada en Par¨ªs en 1961 por cinco refugiados espa?oles de la Guerra Civil. Ah¨ª estaba el manuscrito de Viaje al Sur, el libro que los editores le encargaron a Juan Mars¨¦. Supuestamente desaparecido, el escritor record¨® que lo hab¨ªa titulado Andaluc¨ªa, perdido amor con el seud¨®nimo de Manolo Reyes, y fue publicado tras su muerte, en 2020, por Lumen.
Un archivo de archivos
Fundado en 1935 por Nicolaas Posthumus (1880-1960), un profesor holand¨¦s de Historia Social y Econ¨®mica, el IISH se ha convertido en un archivo de archivos ¡ªhay papeles de Marx, Engels, Bakunin o la anarquista Emma Goldman¡ª con un mill¨®n de libros y publicaciones, 5.400 colecciones y 1,5 millones de piezas de material audiovisual. ¡°A Posthumus le interesaban las ra¨ªces intelectuales de las ideas anarquistas y socialistas, liberales o democristianas. Hacia 1930, cuando los movimientos de la izquierda estaban amenazados en Europa por el fascismo y el nacionalsocialismo, empez¨® a recibir documentos de organizaciones sociales. Sacados muchas veces de forma clandestina de los pa¨ªses de origen, ¨¦l mantuvo la independencia del nuevo centro¡±, se?ala Leo Lucassen. Con el tiempo, ¡°colecciones enteras de publicaciones de izquierda de pa¨ªses latinoamericanos como Argentina y Bolivia, nos han sido confiadas¡±, a?ade. Un patrimonio que sigue llegando hoy desde otros lugares donde persisten conflictos similares.
La historiadora Rubio espera presentar una exposici¨®n en 2022 con el material de la Guerra Civil de la fot¨®grafa h¨²ngara Kati Horna, y de su colega de origen polaco, Margaret Michaelis, recuperado a partir de 2015. El sindicato les encarg¨® el testimonio gr¨¢fico de la revoluci¨®n social que pretend¨ªa implantar, y las fotos estaban en el archivo fotogr¨¢fico de las oficinas de propaganda exterior de CNT-FAI, incluido en las cajas de ?msterdam.
Babelia
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