Inolvidable noche en memoria de Chick Corea
Jorge Pardo, Ni?o Josele, Carles Benavent y Rubem Dantas protagonizaron en JazzMadrid un emotivo concierto en recuerdo de su maestro y amigo
Hace casi nueve a?os, el 2 de diciembre de 2012, Chick Corea (que falleci¨® en febrero de 2021) act¨²o en Madrid con su tr¨ªo junto a Christian McBride y Brian Blade, e invit¨® al escenario a dos viejos amigos y compa?eros musicales: Jorge Pardo y Ni?o Josele. Aquella velada, que se antojaba especial por la mera presencia del estelar tr¨ªo, se convirti¨® en ¨²nica con la presencia de Pardo y Josele; tanto, que qued¨® registrada en uno de los mejores ¨¢lbumes de los ¨²ltimos a?os del pianista, Trilogy, en el que podemos escuchar a los invitados en preciosas versiones del est¨¢ndar My Foolish Heart y del cl¨¢sico de Corea Spain.
Anoche, en una de las ¨²ltimas jornadas del Festival Internacional de Jazz de Madrid de este a?o, se vivi¨® una velada tan especial como aquella, en la que tambi¨¦n estuvo presente Corea, a su manera, mediante la memoria y la m¨²sica de varios viejos amigos que oficiaron un concierto exequial en recuerdo del maestro. A principios de 2021, la muerte del pianista supuso una gran conmoci¨®n en el mundo del jazz, y especialmente en nuestro pa¨ªs, que tan cercano estuvo siempre de Corea, desde sus gui?os compositivos en los a?os 70 con temas como La Fiesta o Spain hasta su encuentro con Paco de Luc¨ªa en los 80 y todas sus posteriores aventuras con Pardo, Josele, Carles Benavent o Rubem Dantas. Ellos cuatro estuvieron ayer en el escenario del Centro Cultural Fern¨¢n G¨®mez para un concierto homenaje ¨²nico, acompa?ados por el excelente vibrafonista gallego Ton Risco y por un habitual compa?ero musical de Pardo y Benavent: el baterista Tino Di Geraldo.
El primer homenaje de la noche fue, c¨®mo no pod¨ªa ser de otra manera, recordando a Paco de Luc¨ªa, con menci¨®n de Pardo a la importancia de Pedro Ruy-Blas en el encuentro de Paco con Corea, antes de interpretar Touchstone, el tema que dio nombre al disco en el que Corea, de Luc¨ªa y un joven Carles Benavent colaboraron por primera vez, abriendo una enorme puerta internacional a la fusi¨®n del jazz y el flamenco a principios de los 80. Este primer tema, interpretado con desahogo y con brillantes momentos solistas de Pardo, Josele, Risco y Benavent, fue el ¨²nico en que el sexteto al completo estuvo en el escenario hasta la recta final del concierto.
Ni?o Josele y Rubem Dantas interpretaron temas en solitario en memoria de Chick, antes de que todo el grupo, salvo el guitarrista, recordasen con North Africa sus a?os girando con el pianista a mediados de la primera d¨¦cada del presente siglo. Entre tema y tema, unos y otros iban contando an¨¦cdotas y recuerdos, alternando la m¨²sica con viejas historias que, lejos de lastrar el ritmo del concierto, se sintieron como parte del mismo: casi como una reuni¨®n de amigos en la que, aqu¨ª y all¨¢, se dicen ¡°vamos a tocar esta, va, que a Chick le gustar¨ªa¡±. Tras otro tema interpretado en solitario por Benavent y m¨¢s historias compartidas con el p¨²blico, lleg¨® la despedida con una extensa versi¨®n de la composici¨®n que dedic¨® Corea a Paco de Luc¨ªa cuando lo conoci¨®, The Yellow Nimbus, en la que los seis m¨²sicos se entregaron al m¨¢ximo, cerrando un concierto que result¨® perfecto, curiosamente, por su imperfecci¨®n; por la dom¨¦stica cercan¨ªa que se transmiti¨® desde el escenario y por la maestr¨ªa de unos instrumentistas que no necesitan flema ni solemnidad para ofrecer m¨²sica de primera, con respeto y cari?o por su maestro y amigo.
Para el bis, tras una breve interpretaci¨®n en solitario de La Fiesta por parte de Pardo, la banda al completo sali¨® para tocar el cl¨¢sico Spain, un tema que, en palabras del flautista, ¡°Chick siempre la tocaba; yo creo que se pasaba sus conciertos esperando que llegase el final para tocarla¡±. Y para redondear esta clausura, Pardo anunci¨® la presencia en la sala de Pedro Ruy-Blas, que se uni¨® al sexteto para esa ¨²ltima despedida a Chick. La participaci¨®n del vocalista a?adi¨® la definitiva sensaci¨®n de estar en una noche vivida entre amigos, con la calidez del recuerdo al compa?ero desaparecido compartida con un p¨²blico completamente entregado.
El disco mencionado al principio de esta cr¨®nica, Trilogy, fue un ¨¦xito, e incluso se llev¨® un Grammy al mejor ¨¢lbum de jazz instrumental en 2014. Pardo y Josele hab¨ªan subido al escenario de Corea en Madrid como amigos, por puro placer y sin ning¨²n atisbo contractual; sin embargo, cuando el ¨¢lbum sali¨®, Corea les hizo llegar a ambos lo que les correspond¨ªa, tal y como har¨ªa un amigo. Ese recuerdo, como todos los que se compartieron anoche en Madrid, muestra la talla humana del gran Chick Corea. Su talla musical ya la conoc¨ªamos, y la celebraci¨®n de Pardo, Josele, Benavent y compa?¨ªa, queda para siempre en la historia del festival como algo m¨¢s que un concierto especial.
Babelia
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