Lee Goldberg, o c¨®mo amar al detective exc¨¦ntrico
El autor de ¡®Monk¡¯, el hilarante ¡®noir¡¯ protagonizado por un detective obsesivo compulsivo, vuelve con una famosa inspectora novata en ¡®Colinas de California¡¯, una novela de comisar¨ªa ambientada ¡°en el plat¨®¡± que constituye ¡°desde los 50¡± Los ?ngeles
Eve Ronin no quer¨ªa ser famosa. Eve Ronin solo quer¨ªa ser detective. Pero pas¨® que puso a raya a un conocid¨ªsimo actor de Hollywood, alguien lo grab¨® con el m¨®vil y su brillante actuaci¨®n se hizo viral. Ronin no era m¨¢s que una novata entonces. ?D¨®nde? En el Departamento del Sheriff del Condado de Los ?ngeles. Puesto que la fama del sheriff no era muy buena, decidi¨® ascender a Ronin, m¨¢s conocida como Pu?o Mortal, para decirse a s¨ª mismo que hac¨ªa las cosas bien. Y ahora todo el mundo odia a Ronin. Todos, menos Duncan Pavone, su compa?ero en Homicidios. ?Que por qu¨¦ no la odia? Porque est¨¢ a punto de jubilarse y todo le da lo mismo menos los donuts.
El creador de Monk, el locuaz y expansivo Lee Goldberg (Oakland, 58 a?os), guionista de infinidad de variad¨ªsimos noirs televisivos como Diagn¨®stico Asesinato y Spenser, detective privado, amante del absurdo policial de Ed McBain y su delirante comisar¨ªa del distrito 87 y del tambi¨¦n descacharrante Lawrence Block, decidi¨®, anticip¨¢ndose al confinamiento y la vida a peque?a escala, inventar una pareja de detectives que pod¨ªa pasar a diario ante la puerta de su casa. Su casa est¨¢ en Calabasas, California, ciudad en la que opera, en eterna disputa con la polic¨ªa de Los ?ngeles, el algo anacr¨®nico y marginado Departamento del Sheriff del Condado.
¡°Me dije, ?por qu¨¦ escribir otra serie de detectives ambientada en Los ?ngeles? Quiero decir, no pod¨ªa competir con todas las que ya se ambientan en la ciudad, por no hablar de los cl¨¢sicos, ?Chandler!¡±, dice. As¨ª que se le ocurri¨® desplazar un poco el foco y aprovechar la disputa jurisdiccional. Aunque lo que de verdad le apetec¨ªa era crear una comisar¨ªa. ¡°Quer¨ªa hacer como Ed McBain¡±, dice tambi¨¦n. Pero antes, a?ade, ten¨ªa que descubrir c¨®mo funciona de verdad la cosa. As¨ª que se apunt¨® a un seminario para detectives en Wisconsin. ¡°Fue ah¨ª donde di con el caso que relato, porque por primera vez me baso en un caso real, y tambi¨¦n con algo llamado cop common sense¡±, dice.
El ¨¦xito de cualquier serie depende del detective, "el caso es siempre lo de menos", opina Goldbeg
Est¨¢ en casa, en su despacho. Sobre la mesa, adem¨¢s del esquema de la tercera novela de la serie que protagoniza Ronin ¨Cla primera, Colinas de California (RBA), acaba de publicarse en Espa?a ¨C hay una Coca-Cola Light y un paquete de cacahuetes. Suena la canci¨®n de una banda sonora ¡°de una serie de polis¡±. De hecho, suenan todo el rato, dice. Cree que el ¨¦xito de cualquier serie ¨C literaria o televisiva ¨C con detective depende ¨²nicamente del detective. ¡°El caso es siempre lo de menos¡±, asegura. Aunque en este caso es especial. ¡°Cuando o¨ª contar la historia en aquel seminario no me lo pude quitar de la cabeza¡±, recuerda. Tampoco el concepto de ¡°sentido com¨²n de poli¡±.
El caso en cuesti¨®n era el de alguien que acude a casa de otro alguien porque no le contesta los mensajes y descubre que la casa est¨¢ vac¨ªa pero hay un mont¨®n de sangre por todas partes. En la casa viv¨ªa una mujer con sus dos hijos y un perro. No hay rastro de sus cuerpos, pero hay tanta sangre que parece que quien sea que se los ha llevado se los ha llevado a trozos. As¨ª lo reproduce en la novela. ¡°Lo que aprend¨ª en aquel seminario es que el polic¨ªa debe actuar siempre como si fuera su primer caso, dejando de lado todo lo aprendido, es decir, anulando el concepto del sentido com¨²n. ?Y qu¨¦ mejor que un caso que es a la vez tambi¨¦n ¨²nico para una detective novata como Ronin?¡±, se pregunt¨®.
Experto en crear detectives exc¨¦ntricos, o m¨¢s bien, falibles, es decir, con debilidades, y, por supuesto, no cl¨¢sicamente atormentados ¨C ¡°oh, considero a esos detectives masculinos alcoh¨®licos aburrid¨ªsimos, puro clich¨¦ barato¡±, dice ¨C, Goldberg da una vuelta de tuerca al mundo del espect¨¢culo ¨C y confronta a Ronin con su yo desdoblado ¨C convirtiendo a su detective en este caso en protagonista de su propia serie de televisi¨®n ¨C s¨ª, se ha hecho as¨ª de famosa ¨C y en un irreconocible e inalcanzable otro yo con el que no puede dejar de competir. ¡°Cuando eso ocurra, Ronin se enfrentar¨¢ a su propio mito¡±, dice. Un poco a la manera en la que la ciudad de Los ?ngeles lo hace cada d¨ªa.
Se ruedan pel¨ªculas y series en Los ?ngeles desde los a?os 50. La ciudad entera es un plat¨®. Y eso la afecta Lee Goldberg
¡°S¨ª, se ruedan pel¨ªculas y series en Los ?ngeles desde los a?os 50, y no solo en los estudios, en las calles, en la playa, en los parques, y dentro de algunos colegios, tiendas, museos, y barrios enteros. Es salir a la calle y toparte con alguna c¨¢mara. La ciudad entera es un plat¨® y eso, claro, la afecta. Adem¨¢s, act¨²a como lo har¨ªa una f¨¢brica en la que los obreros son actores, directores, guionistas. Es decir, se cruzan en todas partes. Vivir en Hollywood es en cierto sentido ser el protagonista de tu propia pel¨ªcula, una que solo emite tu cabeza. Y no puedes evitar hablar de ello cuando escribes algo ambientado en Los ?ngeles. Porque la ciudad y los que viven en ella se reflejan en la pantalla todo el tiempo. Viven en el sue?o que ellos mismos han fabricado¡±, considera.
Sabe de lo que habla. Su madre ¨C en la que se basa la madre de Ronin, porque ¡°en realidad, yo soy muy como Eve¡±, dice ¨C fue una famosa columnista que nunca lleg¨® a triunfar como novelista. Su padre presentaba las noticias. ¡°Verle en televisi¨®n cada noche hizo que me familiarizara con el medio. Para m¨ª, la televisi¨®n era parte de la familia¡±, dice. Sus padres se separaron cuando ten¨ªa nueve a?os, y qued¨® en manos de las novelas que le¨ªa y las miles de series que ve¨ªa. ¡°Mi padre nos abandon¨® literalmente, y mi madre se qued¨®, pero era como si no estuviera. Era un poco una ni?a ella tambi¨¦n, as¨ª que supongo que en parte me crio la ficci¨®n¡±, dice. ?La novela que le hizo escritor? Fletch, de Gregory McDonald. ¡°Nunca hab¨ªa le¨ªdo nada igual. Yo quer¨ªa divertirme as¨ª¡±, recuerda.
?Por qu¨¦ la novela negra? ¡°No lo s¨¦. Desde ni?o hab¨ªa le¨ªdo sobre todo novela negra y hab¨ªa visto sobre todo series de polic¨ªas. Creo que tiene que ver con el orden que impone la ficci¨®n criminal. Ordena el mundo en cierto sentido. Ante una situaci¨®n de p¨¦rdida de control, trata de volver a recuperarlo, dando sentido al caos que supone un asesinato. Quiz¨¢ buscaba el orden y la paz que se consigue cuando se resuelve un crimen en mi propia vida, que era entonces puro caos. Creo que me hice escritor b¨¢sicamente para eso. Para encontrar el sentido a lo que pasa, y para huir del caos¡±, contesta. Tambi¨¦n dice que ¡°escribir novela negra es como intentar hacer un truco de magia sin esconder nada. Es decir, no solo la historia tiene que ser buena, debe producirse alg¨²n tipo de magia¡±.
Inexplicablemente in¨¦ditas en Espa?a, hubo 15 entregas de las aventuras del detective con trastorno obsesivo compulsivo Adrian Monk ¨C que ¨¦l mismo adapt¨® a televisi¨®n ¨C y afirma que Ronin ha venido para quedarse, puede que tanto tiempo como aquel. Entonces, ?la veremos con mascarilla? ?Hasta qu¨¦ punto la ficci¨®n criminal va a huir o no de esta situaci¨®n pand¨¦mica que creemos transitoria, pero tal vez no lo sea? ¡°A m¨ª no me importar¨ªa en absoluto a?adir la pandemia. Es un obst¨¢culo m¨¢s. Algo a lo que enfrentarse. Pero los editores a¨²n no est¨¢n por la labor. No creen que la gente quiera leer sobre nada que tenga que ver con mascarillas¡±, responde. ¡°Aunque las series de televisi¨®n est¨¢n ya hablando de ello¡±, a?ade.
Puesto que la conversaci¨®n tiene lugar el d¨ªa despu¨¦s del asalto al Capitolio, es inevitable preguntarle por Donald Trump. Dice que ¡°delira¡±. ¡°Probablemente sea la amenaza m¨¢s peligrosa a la que se ha enfrentado Estados Unido desde Adolf Hitler¡±, dice. Tambi¨¦n dice que ambos tienen mucho en com¨²n. ¡°Trump es como Hitler un racista egoc¨¦ntrico, loco por el poder, que ha apelado a lo peor de la humanidad, y que se ha alimentado de la desesperaci¨®n y el miedo de la clase trabajadora¡±, asegura. No entiende su nefasta inacci¨®n ante la pandemia. ¡°Todav¨ªa no puedo creerme que alguien haya votado a ese estafador de medio pelo. Ha mentido desde el primer d¨ªa¡±, dice.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.