Arturo Valls: ¡°Nunca hice ocho horas en una oficina¡±
El actor estrena este viernes la versi¨®n cinematogr¨¢fica de ¡®Camera caf¨¦', que ha producido
Hombre espect¨¢culo y, ante todo, experto en paellas, Arturo Valls (Valencia, 46 a?os) ha sabido transfigurarse en un tipo de espa?ol medio: el simp¨¢tico ga?¨¢n que se escaquea. As¨ª es Jes¨²s Quesada, su personaje en Camera caf¨¦, que llega ahora al cine, dirigida por Ernesto Sevilla, entre otras cosas, porque la produce el propio Valls junto a F¨¦lix Tusell de Estela Films y Lacoproductora. Sociolog¨ªa de oficina con toque berlanguiano y del gran Ib¨¢?ez al tiempo con risas aseguradas, que se estrena el viernes 25 de marzo despu¨¦s de pasar por el Festival de M¨¢laga.
Pregunta. ?C¨®mo se les ha ocurrido volver a la oficina en tiempos del teletrabajo?
Respuesta. Ese fue uno de los motivos. Conven¨ªa incluso despegarnos del formato de la serie porque hab¨ªamos estado viviendo un Camera caf¨¦ en la vida, plagado de reuniones por videoconferencia.
P. Es que la serie, en eso, fue prof¨¦tica.
R. Absolutamente. Por eso tambi¨¦n nos decidimos a hacer el contraplano y mostrar d¨®nde iba a sentarse la gente que se desperdigaba por los pasillos. El p¨²blico pensaba: ?d¨®nde ir¨¢n? Pues nosotros lo mostramos.
P. ?No es eso traicionar la idea en s¨ª?
R. Bueno, yo creo que descubre el universo que el espectador se ha construido en su imaginaci¨®n. Y puede que fuera un h¨¢ndicap al principio. Desmontando eso, algunos se decepcionar¨¢n, pero bueno.
?Habremos sido los creadores del trumpismo en Espa?a? Espero que no nos consideren los impulsores de semejante perfil que conviene muy poco a la pol¨ªtica
P. ?Qu¨¦ tipo de zoo es una oficina?
R. Un reflejo de la sociedad.
P. La gente se preguntar¨¢: ?Y qu¨¦ sabr¨¢ Valls lo que es una oficina si en la vida ha trabajado en ella?
R. Bueno, mi vocaci¨®n primera era la de periodista. Lo m¨¢s cercano a una oficina en mi vida ha sido una redacci¨®n. Pero es verdad que ah¨ª, las ocho horas nunca las hice. Esa dictadura del horario no la he vivido nunca. Luego me he desviado del camino.
P. ?Qu¨¦ pas¨® en su vida para eso? ?Caiga quien caiga?
R. S¨ª, se me apareci¨® la actualidad mordaz, la s¨¢tira.
P. Que incluy¨® la deconstrucci¨®n pol¨ªtica y la creaci¨®n de un personaje pop como Esperanza Aguirre. ?Se lo perdonar¨¢ Espa?a?
R. Ella se sent¨ªa a gusto con ese personaje.
A alguien se le ocurri¨® ofrecerme a este caradura, sinverg¨¹enza, no s¨¦ qu¨¦ vieron en m¨ª
P. Luego ha tenido su continuaci¨®n: Isabel D¨ªaz Ayuso.
R. Efectivamente. ?Habremos sido los creadores del trumpismo en Espa?a? Espero que no nos consideren los impulsores de semejante perfil que conviene muy poco a la pol¨ªtica.
P. ?Cu¨¢l?
R. Ese pol¨ªtico de Twitter, de figura medi¨¢tica, estrella de rock que desv¨ªa lo que es importante y va al titular. No es muy conveniente, desde luego. Visto as¨ª, me da rabia.
P. El Jes¨²s Quesada que usted representa en Camera caf¨¦, ?qui¨¦n es?
R. A alguien se le ocurri¨® ofrecerme a este caradura, sinverg¨¹enza, no s¨¦ qu¨¦ vieron en m¨ª.
P. ?El t¨ªpico t¨ªo que anda con los huevos por delante?
R. Pues s¨ª, ese cu?ao con quien tanto nos cruzamos. He tenido referentes reales, incluso en mi familia.
P. Majete, como parece usted. ?Qu¨¦ diferencia hay entre hacerse el simp¨¢tico y tener gracia?
R. Quesada no va tanto conmigo, eh. Hacerse el simp¨¢tico no es posible. La empat¨ªa no se puede trabajar, ni fingir. Se tiene o no. Yo cuando descubr¨ª que lo ten¨ªa, lo explot¨¦, claro.
Uno de los momentos c¨²lmenes en mi vida fue cuando Manuel Vicent elogi¨® una paella m¨ªa
P. La simpat¨ªa puede tener gracia, pero la antipat¨ªa tambi¨¦n. ?M¨¢s, incluso?
R. Puede tenerla, pero por un tiempo. Puede hacerte gracia la primera putada que veas que hace un borde o un mal tipo, pero la segunda ya no te hace tanta. A la larga, fracasa.
P. Oficinas, usted poco, pero bares, muchos, ?no? ?Las ca?as y el aperitivo son la continuaci¨®n del trabajo por otros medios?
R. Yo, bares, muchos, eso s¨ª tiene que ver conmigo. No comulgo con quien crea, como algunos en este pa¨ªs, que sufrir est¨¢ bien visto. Con ese que si ve que lo pasas bien te dice: ya lo pagar¨¢s. Instalarme en lo placentero es el secreto. Y ah¨ª estoy. Un bar es una antigua red social.
P. Hombre, no fastidie. Lo es, pero sin mal rollo ni que te insulten.
R. Bueno, a los bares tambi¨¦n eran esos sitios donde ibas a criticar. Y a fardar.
P. Pero, ?por qu¨¦ habla en pasado? Son, no eran.
R. Es verdad. Ver los bares y las terrazas llenas, tranquiliza. Ah¨ª se te ocurren cosas. ?Cu¨¢ntos proyectos salen de dos chupitos o unas cervezas?
Yo, bares, muchos, eso s¨ª tiene que ver conmigo. No comulgo con quien crea, como algunos en este pa¨ªs, que sufrir est¨¢ bien visto
P. Se ha hecho productor ahora. Pero seguir¨¢ sin ir a la oficina, ?o s¨ª? ?Sabe mandar?
R. No, no. Nada de despacho. Y en cuanto a mandar, tampoco s¨¦. Si me he metido a producir con F¨¦lix Tusell es para disfrutar de proyectos que me alegren durante unos meses. La pura diversi¨®n. Reuniones, en bares o restaurantes. Con una paella.
P. ?Sabe hacerlas?
R. ?Hombre, claro! Uno de los momentos c¨²lmenes en mi vida fue cuando Manuel Vicent elogi¨® una paella m¨ªa y cit¨® a Borges: cada grano de arroz tiene su individualidad, dijo.
P. Ya. Los escritores, siempre tan cuentistas: ?Qu¨¦ demonios sabr¨ªa Borges de paellas?
R. Pues ni idea, pero me encant¨®. Cuando ech¨¦ el arroz me dijo: ¡°Es como aterrizar un avi¨®n en mitad de la tormenta¡±. ?Qu¨¦ t¨ªo! Lo clav¨®, porque es as¨ª.
Babelia
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