Cyber Alb¨¦niz en su laberinto
Todo naufraga en una adaptaci¨®n teatral en la que o sobra la m¨²sica del compositor espa?ol o los adaptadores se han pasado de rosca
Al modo de la materia oscura del universo, existe un cuerpo negro que no emite se?ales en la l¨ªrica espa?ola, que la condiciona sin que sepamos bien c¨®mo. El repertorio l¨ªrico de Isaac Alb¨¦niz entra de lleno en ese pozo. Sus bi¨®grafos m¨¢s consistentes mencionan cinco zarzuelas, alguna fragmentaria, un pu?ado de ¨®peras, que incluyen las inglesas con libretos de Money-Coutts y de las que se ven de vez en cuando Henry Clifford, Pepita Jim¨¦nez o Merl¨ªn, alg¨²n que otro drama l¨ª...
Al modo de la materia oscura del universo, existe un cuerpo negro que no emite se?ales en la l¨ªrica espa?ola, que la condiciona sin que sepamos bien c¨®mo. El repertorio l¨ªrico de Isaac Alb¨¦niz entra de lleno en ese pozo. Sus bi¨®grafos m¨¢s consistentes mencionan cinco zarzuelas, alguna fragmentaria, un pu?ado de ¨®peras, que incluyen las inglesas con libretos de Money-Coutts y de las que se ven de vez en cuando Henry Clifford, Pepita Jim¨¦nez o Merl¨ªn, alg¨²n que otro drama l¨ªrico y al menos dos operetas, tambi¨¦n en ingl¨¦s. ?Qui¨¦n se hace cargo de ello? ?Los ingleses, los espa?oles? ?Nadie¡?
De las dos operetas citadas, el Teatro de la Zarzuela propone la m¨¢s celebrada, The Magic Opal. Ya lo hizo en 1894, al a?o de su estreno londinense, as¨ª que ha llovido. Para decirlo claro y pronto, The Magic Opal posee un libreto, firmado por Arthur Law, indigerible ya en su ¨¦poca. Esto, m¨¢s los elevados costes de producci¨®n para lo que, despu¨¦s de todo, era una producci¨®n comercial destinada a hacer dinero, lastr¨® la opereta de la que solo se salvaba la m¨²sica de Alb¨¦niz.
Con el paso del tiempo (130 a?os), una cosa as¨ª solo tiene sentido como una obra de Alb¨¦niz. Y, en efecto, la m¨²sica se salva y merece toda la atenci¨®n, aunque haya que ser paciente con un autor que firm¨® la m¨¢s sublime producci¨®n pian¨ªstica de la reciente historia de Espa?a. Sus fragmentos instrumentales son excelentes; el estilo, m¨¢s almibarado y comercial, pag¨® el peaje de presentarse en Inglaterra como algo entre orientalista y vagamente hispano; y las partes cantables tienen buena pinta, por m¨¢s que con la adaptaci¨®n al espa?ol y la obligaci¨®n de ser graciosos, no terminan de dejar que se entere uno de qu¨¦ es Alb¨¦niz en ese ¨¢mbito.
Pero, todo esto naufraga en una adaptaci¨®n teatral en la que o sobra Alb¨¦niz o los adaptadores se han pasado de rosca. La actualizaci¨®n a ultranza, los rollos de las aplicaciones telef¨®nicas para encontrar pareja, la juvenilizaci¨®n algo p¨¢nfila de los personajes, o el deseo de parecer un musical moderno sin poder quitarse el fardo de los residuos de opereta decimon¨®nica¡, todo ello termina haciendo que hasta Alb¨¦niz est¨¦ sobrando aqu¨ª.
Es una pena, porque la producci¨®n es vigorosa y el equipo art¨ªstico se entrega con unas ganas contagiosas. Once cantantes, ocho bailarines, cuatro acr¨®batas m¨¢s el Coro pueblan la escena con energ¨ªa y buena adecuaci¨®n f¨ªsica a las intenciones del equipo que dirige Paco Azor¨ªn. Guillermo Garc¨ªa Calvo coordina bien la orquesta. En lo canoro, los once protagonistas tienen un nivel alto, destacando la soprano Ruth Iniesta con su timbre vocal delicioso y unos medios sobrados para encarnar a Lolika, el eje de la acci¨®n. Tampoco desmerece el tenor Santiago Ballerini. Dec¨ªa Georges Bernard Shaw que la ¨®pera era ese espect¨¢culo en el que el tenor quiere ligarse a la soprano y el bar¨ªtono intenta impedirlo. Pues aqu¨ª, quien busca entorpecer el romance es nada menos que tres bar¨ªtonos y tres mezzos, todo un comando. El citado Bernard Shaw critic¨® el estreno londinense de The Magic Opal sin muchas contemplaciones: ¡°Alb¨¦niz tiene los defectos, as¨ª como las cualidades, de su disposici¨®n alegre y acr¨ªtica, y la gracia y el esp¨ªritu de su m¨²sica tienden a ser de un tipo demasiado obvio como para causar una impresi¨®n muy profunda¡±. Produce escalofr¨ªo pensar lo que dir¨ªa ahora Shaw, o alguien equivalente, de esta producci¨®n h¨ªbrida que parece ideada para un p¨²blico a¨²n por inventar, para alguien que mejor ser¨ªa que no sepa qui¨¦n era Alb¨¦niz y que aterrice en La Zarzuela con el m¨®vil sin desconectar con los vaqueros rotos a la moda. Para los que, lamentablemente, s¨ª sabemos qui¨¦n era Alb¨¦niz y nos produce el mayor inter¨¦s averiguar lo que dio de s¨ª en el terreno complicado de la opereta, habr¨¢ que esperar otros 100 a?os.
The Magic Opal
Música: Isaac Albéniz. Libreto: Arthur Law.
Dirección musical: Guillermo García Calvo. Dirección de escena y escenografía: Paco Azorín.
Reparto: Ruth Iniesta, Carmen Romero, Santiago Ballerini, Leonardo Sánchez, Luis Cansino, Rodrigo Esteves, Fernando Albizu.
Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro del Teatro de la Zarzuela. Del 1 al 10 de abril. Teatro de la Zarzuela. Madrid