¡®Espejo, espejo¡¯, una ejecuci¨®n atroz del bochorno de la voz de nuestra conciencia
El segundo largometraje como director de Marc Crehuet est¨¢ asentado en una imagen visual con la que dif¨ªcilmente se puede hacer mucho
La idea no es en absoluto mala: una comedia sobre las interminables conversaciones ¨ªntimas con nosotros mismos acerca de lo que debimos hacer y no hicimos, sobre lo que pudimos decir y no nos atrevimos. La voz de la conciencia, que tantas veces llega desde dentro y no desde fuera, pues no hay nadie m¨¢s cr¨ªtico que nosotros mismos.
Su ejecuci¨®n, sin embargo, es atroz. Espejo, espejo, segundo largometraje como director de Marc Crehuet, est¨¢ asentado en una imag...
La idea no es en absoluto mala: una comedia sobre las interminables conversaciones ¨ªntimas con nosotros mismos acerca de lo que debimos hacer y no hicimos, sobre lo que pudimos decir y no nos atrevimos. La voz de la conciencia, que tantas veces llega desde dentro y no desde fuera, pues no hay nadie m¨¢s cr¨ªtico que nosotros mismos.
Su ejecuci¨®n, sin embargo, es atroz. Espejo, espejo, segundo largometraje como director de Marc Crehuet, est¨¢ asentado en una imagen visual con la que dif¨ªcilmente se puede hacer mucho: una serie de conversaciones entre un grupo de empleados de una empresa de cosm¨¦tica y su propio reflejo en el espejo; discusiones entre el lado oscuro y el lado luminoso de la vida. El Pepito Grillo que habita en nosotros, saliendo desde detr¨¢s de la luna del ba?o, con una horrenda luz de serie de televisi¨®n barata y un dise?o de producci¨®n en el que mandan el azul turquesa y el rosa, para acabar provocando el bochorno.
Tras un inicio en ca¨ªda libre, a Crehuet est¨¢n a punto de salvarle en algunas secuencias del n¨²cleo central las solventes interpretaciones de una parte de su reparto, formado por c¨®micos con infinitas tablas. Sin embargo, salvo en ciertos momentos en los que la pel¨ªcula se vuelve tan loca que ya da todo igual (los abundantes sopapos que se sueltan los unos a los otros), y algunas ideas dispersas con ciertas posibilidades que pronto se hunden (el narcisismo del que se cree perfecto y en realidad todos se r¨ªen de ¨¦l; la condici¨®n de ¡°perfectamente imperfecto¡± como promoci¨®n para las ventas; la cr¨ªtica del fomento y la inclusi¨®n y la diversidad como simple moda, (y no como una necesidad), Espejo, espejo provoca m¨¢s sonrojo que estupefacci¨®n.
Director, guionista y dramaturgo, Crehuet obtuvo una notable repercusi¨®n en 2016 con El rey tuerto, nominada al Goya a la mejor direcci¨®n novel, basada en una obra teatral propia que a¨²n se sigue representando (en estos d¨ªas se puede ver en Madrid), e inspirada en el caso real de una mujer que perdi¨® un ojo por una bola de goma disparada por un antidisturbios en una manifestaci¨®n. Pero, incluso ah¨ª, a Crehuet le perd¨ªan el manique¨ªsmo y el brochazo ideol¨®gico sin matices. En Espejo, espejo, con el ¨²ltimo papel en cine de la fallecida Ver¨®nica Forqu¨¦, poco se puede salvar porque finalmente su discurso sobre la superficialidad de las vidas y sobre los cuerpos de referencia en una sociedad heteropatriarcal viene ofrecido dentro de un artefacto de dudosa comicidad, reflexi¨®n y finura.
Espejo, espejo
Dirección: Marc Crehuet.
Intérpretes: Natalia de Molina, Santi Millán, Malena Alterio, Carlos Areces.
Género: comedia. España, 2022.
Duración: 78 minutos.
Estreno: 20 de mayo.