Kelly Reichardt, el verso libre del cine norteamericano

Kelly Reichardt ha convertido la vida y el paisaje de Oreg¨®n en el laboratorio de su cine. Un microcosmos que le vale para retratar como nadie el lado m¨¢s profundo e inescrutable de su pa¨ªs, Estados Unidos. Siempre de la mano del escritor Jon Raymond, Reichardt es una artesana que nada a contracorriente de la industria. Escribe, filma y monta sus miniaturas con una mirada sosegada, inteligente y sabia. Siempre, y no falla, habla de asuntos importantes sin darse importancia. Showing Up es su nueva y maravillosa miniatura despu¨¦s de la grand¨ªsima First Cow, revisi¨®n de los mitos del Oeste y de la semilla del capitalismo americano.

Showing Up cerraba el concurso de Cannes despu¨¦s de la menor Un petit fr¨¨re, de L¨¦onor Serraille, y lo hac¨ªa con la fuerza de un verso libre que sobrevuela el cine estadounidense y el mundial con una ligereza inalcanzable. Ser¨ªa extra?o que ganase alg¨²n premio. Qu¨¦ m¨¢s da. Reichardt hace pel¨ªculas abiertamente peque?as y errantes porque lo que subyace es la inmensidad de la vida. Su nuevo filme no se mide esta vez con ning¨²n paisaje ni carretera, sino con una comunidad de artistas de un barrio bohemio de Oreg¨®n donde una de ellas un tanto rara y solitaria, interpretada por Michelle Williams, vive sola con su gato. Showing Up ocurre la semana de la inauguraci¨®n de su nueva exposici¨®n, una cita que le obliga a convocar a su disfuncional familia y a medirse con su propia misantrop¨ªa y peque?ez. Es una artista de aire depresivo que construye esculturas de mujeres en posturas inc¨®modas y extra?as. Son seres deformes, el reflejo de una intimidad torturada, pero sin dramas, como la de cualquier mujer solitaria que padece, como todos, a una familia que le hace da?o. Una vez m¨¢s, la directora de Old Joy y Wendy y Lucy encuentra el consuelo en los animales, esta vez en el cuidado de una paloma cuya ala rota ser¨¢ la ¨²nica obra de arte que de verdad le importa a esta cineasta superdotada.

Con el regalo final de la tenue y exquisita mirada de Reichardt se cerraba un concurso irregular que hace temer lo peor del jurado presidido por el actor franc¨¦s Vincent Lindon y que podr¨ªa incluir a la afectada y hueca Les Amandiers, de Valeria Bruni Tedeschi, que solo ha gustado y mucho a la cr¨ªtica francesa. La apuesta por un cine radical e inmersivo beneficiar¨ªa a la oscura belleza del fresco tahitiano de Pacifiction, de Albert Serra. O, al menos, a su actor protagonista, Beno?t Magimel: ninguna interpretaci¨®n a concurso alcanza la naturaleza ambigua de este actor tan poderoso en su madurez.

Pero la pel¨ªcula de mayor consenso y sin duda la que ha provocado mayor conmoci¨®n emocional es Close, de Lukas Dhont, una historia sobre el duelo de una amistad adolescente rota que gane o no tendr¨¢ el recorrido que merece. Es una pel¨ªcula muy dolorosa hecha con una sensibilidad fuera de lo com¨²n. Es la segunda pel¨ªcula de este joven belga despu¨¦s de Girl y eso puede jugar en su contra. La preciosa Armageddon Day, del estadounidense James Gray, se proyect¨® el segundo d¨ªa del festival pero su rotunda respuesta a los peores males de la sociedad estadounidense y a la cultura del ¨¦xito la han mantenido viva hasta el ¨²ltimo d¨ªa. Gray es uno de los mejores cineastas de su generaci¨®n y merece el reconocimiento de una vez por todas. Como EO, el bello canto animalista del veterano cineasta polaco Jerzy Skolimowski, cuyo viaje a la deshumanizaci¨®n del mundo a lomos de un pobre burrito ni se apaga ni se apagar¨¢.

El elegante noir de Park Chan-Wok Decision to Leave est¨¢ en lo m¨¢s alto de los paneles de cr¨ªticos gracias a una historia de amor fou rodada con las armas de un maestro y con algunos de los planos m¨¢s brillantes vistos durante estos d¨ªas. La pel¨ªcula m¨¢s divertida y grotesca, Triangle of Sadness, del sueco Ruben ?stlund, genera demasiada animadversi¨®n. Crimes of the Future, de David Cronenberg, tiene algo testamentario y sus cautivadoras ideas podr¨ªan tener un hueco en el palmar¨¦s de ma?ana y aunque ser¨ªa exagerado que los hermanos Dardenne ganen m¨¢s premios en este festival, la implacable dureza de su alegato en defensa de los ni?os sin papales en Tori y Lokita recupera toda su energ¨ªa perdida. Y aunque ser¨ªa exagerado que los hermanos Dardenne ganen m¨¢s premios en este festival, la implacable dureza de su alegato en defensa de los ni?os sin papales en Tori y Lokita recupera toda su energ¨ªa perdida.